“Tirofijo está muerto”. A finales de mayo del año pasado, el ministro de Defensa Juan Manuel Santos dijo estas palabras para SEMANA en una entrevista que le hizo María Isabel Rueda. Ese día, el país supo que el jefe de las Farc Manuel Marulanda Vélez, alias ‘Tirofijo’, había muerto el 26 de marzo en algún lugar de las selvas de Colombia. En principio hubo dudas sobre las causas del fallecimiento. Se creyó que había sido en un bombardeo de las Fuerzas Militares. Pero después, versiones de guerrilleros como ‘Timochenko’ e ‘Iván Márquez’ sostuvieron que Marulanda había muerto de una complicación cardiaca. Su cadáver todavía está en poder de las Farc. Un año después de que ‘Alfonso Cano’ lo sucediera como jefe de las Farc, Semana.com le preguntó a diferentes personalidades de la vida nacional qué cambió de manera sustancial, dentro de esta organización insurgente, después de la muerte de ‘Tirofijo’. Esto fue lo que respondieron. General Fredy Padilla de León, comandante de las Fuerzas Militares   "La muerte de Manuel Marulanda se presenta en medio del peor momento estratégico de la organización. Se acumulaban una serie de fracasos sucesivos a partir de la derrota en Cundinamarca, la pérdida de su retaguardia estratégica en el Caguán, golpes continuados contra cabecillas de todos los niveles y operaciones como “Fénix” y “Jaque” que acabaron con el mito de invulnerabilidad de los miembros del secretariado y la pérdida de su principal recurso de chantaje político. Ahora, ante su ausencia definitiva los cambios en las Farc son sensibles: Alfonso Cano inicialmente debe consolidar su precario liderazgo para mantener la cohesión de la organización armada, toda vez que no se puede obviar el hecho de que este sujeto carece de ascendiente en muchos sectores de la organización, que lo ven como un citadino y no como un “guerrero”, lo que esta ahondando aún más su reconocimiento y la aceptación, así como la división en la organización". Gustavo Petro, senador del Polo Democrático “Yo no veo ningún cambio sustancial, prácticamente porque es una organización compleja, construida durante décadas por una historia tiznada por el sectarismo, la exclusión campesina, una enorme desconfianza de los mandos y la degradación paulatina. Alfonso Cano es la misma línea política de ‘Tirofijo’ y se nota en temas como el intercambio humanitario, el método militar al replegarse, no batallar y dejar que el gobierno gaste dinero en encontrarlos” Román Ortiz, coordinador de estudios sobre seguridad y defensa de la Fundación Ideas para la Paz “Definitivamente, las Farc rompieron su conexión con la violencia histórica en Colombia y dieron un paso para convertirse en un grupo terrorista más moderno. Lo cual quiere decir que es más sofisticado en términos de violencia y en cómo utiliza esa violencia para conseguir réditos políticos. Ese cambio está muy acentuado por Alfonso Cano, un guerrillero de origen urbano, de clase media, con un cierto nivel de estudios. General Jorge Enrique Mora, ex comandante de las Fuerzas Militares “La muerte de ‘Tirofijo’ acabó con un mito dentro de la guerrilla y el mensaje para el guerrillero raso es que se fue el líder, el guerrero, el eje de la organización, y de ahí que se incrementen las rivalidades dentro de las Farc. La muerte de Marulanda se presentó en momento coyuntural de la guerra que fortalecerá los propósitos del estado para llegar a un punto de negociación”. Carlos Lozano, director del periódico VOZ y miembro del Partido Comunista Colombiano “Yo no creo que se haya presentado un cambio fundamental. Las Farc son una guerrilla, a su manera, coherente, que está cohesionada a un estado mayor, a un secretariado, y en ese sentido no me hago ilusiones que hayan cambiado las cosas. Lo único nuevo es el acento político en los documentos y en los pronunciamientos, ya que es más abierta a todos los temas: el hecho de liberaciones recientes como la de Alan Jara, Sigifredo López, o el aceptar un intercambio epistolar con ‘Colombianos por la paz’. Pareciera entonces ya no son tan arrogantes y que están privilegiando la política sin abandonar la parte militar”.