El pasado 21 de octubre, el subteniente Anderson Gómez Posada, comandante de la estación de Policía San Calixto en Norte de Santander, perdió la vida en un trágico ataque. El oficial fue víctima de un francotirador, un acto que se atribuye al Ejército de Liberación Nacional (ELN), un grupo que opera en la conflictiva región del Catatumbo.

Según informes de las autoridades, los atacantes se posicionaron en las cercanías de la zona urbana y dispararon a quemarropa. Uno de los proyectiles alcanzó al subteniente, quien fue rápidamente evacuado en un vuelo aéreo hacia una clínica en Cúcuta. A pesar de los esfuerzos médicos, no lograron salvarlo.

La muerte de Anderson dejó un profundo vacío, especialmente en su fiel compañero, Hund, su perro, que siempre lo acompañaba en su labor diaria. Hund, con su energía desbordante, era una presencia constante a su lado, recorriendo el patio de la estación con la alegría de un amigo leal que ve en su dueño a un protector.

Sin embargo, una emotiva escena dejó conmocionada a la institución policial al ver que Hund permaneció por horas acostado en la cama de su amo, esperando que llegara luego de ser asesinado.

Esta es la historia de Hund y el subteniente Anderson Gómez. | Foto: Foto tomada de X: @jhonjacome

“Después del fallecimiento de su compañero de vida, Hund fue traído a la ciudad de Cúcuta, donde ahora es cuidado con el mismo cariño que Anderson le daba”, detalló el teniente coronel Amaury Linsay Aguilera López, comandante (e) Departamento de Policía Norte de Santander.

Este lazo de lealtad era notable para sus colegas, quienes recordaban cómo Anderson consideraba a Hund como parte de su familia, un vínculo que trascendía lo convencional.

“Sus compañeros, aún de luto, lo han adoptado temporalmente, sabiendo que no solo es un perrito, sino un recordatorio vivo del sacrificio y la vida del subteniente”, mencionó el teniente.

Mientras los compañeros de trabajo del subteniente lo acarician y le dan de comer, no pueden evitar observar cómo el perro busca ansiosamente el rostro de su dueño. Cada vez que se abre una puerta o alguien pronuncia su nombre, alza la cabeza con la esperanza de ver a Anderson.

Esta es la historia de Hund y el subteniente Anderson Gómez. | Foto: Policía Nacional

En los próximos días, Hund será entregado a la familia de Anderson Gómez, quienes lo recibirán con los brazos abiertos, reconociendo en él un pedazo del subteniente que aún perdura: “Para ellos, Hund será más que una mascota; es el compañero más fiel que Anderson tuvo en vida y ahora será un símbolo de su memoria y su amor incondicional”, dijo el teniente Aguilera López.

El impacto de esta pérdida se siente no solo entre sus compañeros, sino también en la comunidad a la que servía, resaltando el sacrificio de aquellos que arriesgan sus vidas por la seguridad de los demás. “El subteniente Gómez Posada registraba en su hoja de vida 27 felicitaciones y 2 condecoraciones por su valentía, liderazgo y coraje”, indicó la institución en un comunicado.

Murió dos días antes de su cumpleaños

Este 23 de octubre, el subteniente Anderson Gómez cumplía 28 años de edad, casualmente el día que se llevaron a cabo los actos fúnebres del oficial que fue despedido con honores.

En presencia de Lida y Jorge, padres del asesinado oficial, el director general de la Policía Nacional, William Salamanca, se comprometió a dar con el paradero de los criminales que cometieron este cruel acto.

“Me comprometo con esa misión, para que los cobardes asesinos tengan que vivir la mayor cantidad de años posibles en el ostracismo, lejos de la sociedad que a diario violentan”, recalcó el general de la Policía.

Por su parte, la Policía Nacional dispuso una recompensa de hasta 100 millones de pesos para quien con su información permita la identificación y posterior captura de los responsables de este hecho.