La subregión del Catatumbo que comprende 11 municipios de los 40 que hacen parte del departamento de Norte de Santander, y que conecta a la zona costera del país, a lo largo del año pasado vivió varias situaciones de orden público que generaron zozobra entre los pobladores.
Así como fue el hecho más reciente que puso en alerta a las autoridades, luego de que un intendente y dos patrulleros fueran secuestrados por grupos armados en la vía del municipio de Tibú hacia la ciudad de Cúcuta cuando se disponían a disfrutar su permiso de fin de año.
Sin embargo, ante el primer fin de semana de 2023 con puente festivo, se reforzarán las capacidades operativas de la Fuerza Pública, específicamente en el Catatumbo, donde por estas fechas varios pueblos están de ferias por la celebración del 6 de Reyes.
Por su parte, la Policía departamental en coordinación con el Ejército Nacional dispuso de un equipo especial en este territorio con el fin de contrarrestar este flagelo, que puso en alerta a las autoridades y llenó de zozobra a la comunidad.
Se detalló que se están realizan patrullajes constantes en horas de la noche, verificando los establecimientos abiertos al público, billares y los sectores focalizados, solicitando antecedentes a personas y vehículos para evitar delitos como el homicidio, hurto y lesiones personales en esta temporada de fin de año.
“Se está aplicando la estrategia PRI (Pare, Registre e Identifique), con el propósito de controlar, disuadir y prevenir comportamientos contrarios a la convivencia y seguridad ciudadana”, señaló el teniente coronel Juan Carlos Jara Aristizábal, comandante Distrito Cuatro de Policía Tibú.
Temor en Catatumbo
A través de redes sociales denunciaron el pasado 22 de diciembre de 2022 la presencia de disidencias de las Farc que, al parecer, estarían patrullando las calles del municipio de Tibú, saludando a la comunidad de la vereda Bertrania, según pudo confirmar SEMANA.
Los delincuentes ya no se esconden, menos en las zonas de conflicto como este territorio fronterizo con Venezuela, en donde ahora se mueven como dueños y señores en la región, al punto que, en esta época decembrina, caminaron con un fusil en una mano y con un calendario en la otra.
Los miembros de la estructura 33 de las disidencias de las Farc no solo patrullan ejerciendo el presunto control territorial, sino que ahora hasta aprovecharon las fiestas de fin de año para entregar almanaques con publicidad de ellos a la población.
Así lo confirmó este medio con autoridades de la región, al conocer la fotografía que andan circulando, en las que se ven hombres de esta organización criminal, con brazalete de identificación en sus brazos, pasando por los barrios de Tibú y entregando de mano en mano estos elementos a la comunidad que no le queda de otra que recibirlas.
“Estos hombres estuvieron como un aproximado de 10 a 12 minutos en este punto, efectivamente se fueron rápido, ya que es zona rural que cuenta con presencia del Ejército”, señaló una fuente de la Policía de Norte de Santander a SEMANA.
El descaro y propiedad con que opera este frente, que en el pasado fue uno de los que más terror sembró y más rentas ilícitas le generó a la guerrilla por su relación directa con el negocio criminal del tráfico de drogas, no es nueva.
“Esto lo hicieron con el propósito de llamar la atención y crear zozobra en la población en busca de reclutar jóvenes, porque eso es lo que están buscando. Cuando llegamos al sitio ya no estaban”, recalcaron las autoridades en su momento.