El reclutamiento y la utilización de menores por parte de grupos armados ilegales ha sido, por más de 60 años, una de las prácticas más crueles en el marco del conflicto armado, según lo afirman organismos internacionales.
Parte de esta realidad se debe a que la vida de muchos niños, niñas y adolescentes en Colombia está marcada por la falta de oportunidades, situación que es utilizada por estructuras de crimen organizado, que a través de engaños obligan a esta población a ingresar a sus filas y realizar actividades ilícitas.
En el panorama nacional, Cúcuta no ha sido la excepción, pues la capital nortesantandereana ha luchado contra este y otros hechos victimizantes durante años; sin embargo, en la realidad se siguen presentando casos tanto en la zona urbana como en la rural.
Este panorama ha motivado a entes territoriales como la Alcaldía municipal a emprender acciones que alerten a la comunidad más vulnerable sobre la prevención ante el reclutamiento forzado en menores de edad.
Es por eso que, desde 2020, se vienen realizando estrategias como ‘1, 2, 3, Por la Paz’, en la que, con dinámicas, juegos y actividades pedagógicas, les enseña a niños, niñas y adolescentes (NNA), ubicados en barrios y corregimientos de la ciudad, cómo actuar ante posibles propuestas de grupos delincuenciales, la importancia de acceder a la educación y cuál es la ruta que deben seguir en caso de sentirse amenazados o intimidados.
“Esta estrategia nació de la mano con el proyecto de Entornos Protectores que semanalmente visita comunidades de la ciudad para acercar a los habitantes los servicios institucionales; en esa labor, identificamos la alta afluencia de menores de edad a las jornadas, una oportunidad para hablarles a ellos sobre el riesgo que los rodea. ‘1, 2, 3, Por la Paz’ creció a tal punto que ahora es solicitada por los líderes comunales de la ciudad y por entes privados y públicos”, explica Elisa Montoya Obregón, secretaria de Posconflicto y Cultura de Paz.
Actualmente, además de llegar con el mensaje de prevención del reclutamiento a niños, niñas y adolescentes, también se empezó a brindar capacitaciones y asistencias técnicas a organizaciones como la Fundación Nacional Batuta, quienes a través del arte promueven la paz en grupos poblacionales juveniles.
“Lo que estamos haciendo hoy es explicarles a los funcionarios cuál es la ruta de atención que deben seguir en caso recibir (NNA) víctimas del conflicto armado o con amenazas de reclutamiento. Una buena orientación previene posibles riesgos o actos delincuenciales”, puntualizó Nataly Barrero, enlace municipal de víctimas.
De acuerdo con el informe revelado por el Mecanismo de Monitoreo de Riesgos del Sistema Integral para la Paz, entre el 26 de septiembre de 2016, fecha en que se firmó el Acuerdo de Paz, y el 21 de agosto de 2022, 542 niños, niñas y adolescentes colombianos han sido víctimas de reclutamiento forzado por grupos armados.
Estas cifras siguen exigiendo la creación de planes, programas y proyectos que promuevan la prevención del reclutamiento forzado y aseguren el ejercicio y goce efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, debido a que Antioquia, Chocó, Valle del Cauca y Norte de Santander son los departamentos donde mayormente se presenta esta práctica.