Pese a que los casos de extorsiones se han disminuido a lo largo de este año en la capital nortesantandereana, hay preocupación de que a final de año esta cifra supere a la registrada en el año pasado.
Pues según registros del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional (Siedco), en Cúcuta se han presentado, desde el primero de enero a corte del 30 de septiembre del presente año, 112 denuncias de extorsión.
Ante estos datos, el centro de pensamiento Futuros Urbanos reveló al diario La Opinión que para 2021 estos caos cerraron con 152, lo que significa que para estos últimos meses de 2022 la cifra pudiese aumentar.
Este análisis del centro de investigación muestra el comportamiento del delito de extorsión durante el periodo (2018-2022), estudio que se hizo en diez principales ciudades de Colombia, donde Cúcuta -hasta el momento- se ubicó para este año con 14,1, es decir, se estarían presentando 14 casos por cada 100.000 habitantes.
Mientras que en 2021 la tasa fue de 19,9 casos, en 2020 tuvo una baja de 17,1, para 2019 se registró un repunte ubicándose con 24, 2 y en 2018 fue de 19,5 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, los investigadores argumentan que las extorsiones habrían aumentado en algunas ciudades por causa de las restricciones del covid-19.
Extorsionan desde la cárcel de Cúcuta
La extorsión se convirtió en un problema mayor en el oriente del país, principalmente en la ciudad de Cúcuta. Lo insólito del caso es que los responsables de liderar esta actividad criminal continúan siendo personas que ya están privadas de la libertad en una cárcel.
Ante esta situación, las autoridades de la región dieron a conocer las principales modalidades de extorsión que se están presentando en la capital nortesantandereana e hicieron un llamado de alerta a los ciudadanos para que eviten caer en estas trampas.
El falso servicio: en esta modalidad los delincuentes, valiéndose de información que obtienen de redes sociales o hackeando bases de datos, contactan a personas de diversas áreas y las contratan para que presten sus servicios, por lo general en zonas rurales, con mala cobertura de señal telefónica.
Una vez la persona llega al lugar acordado, el extorsionista llama a la empresa o a los familiares y dicen que la víctima se encuentra bajo secuestro de un grupo armado ilegal y comienzan a exigir dinero.
“Estas modalidades se generan 100 % por llamadas telefónicas a conductores, trabajadores, conductores de grúas, taxis, (y) se nos han presentado casos a veterinarios. Estas personas tienen un gran poder de convencimiento, los familiares creen la versión y acceden a pagar altas sumas de dinero”, detalló la Policía de Cúcuta.