Pese a que la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) desmintió sobre dos presuntos casos de secuestro registrados en las últimas horas, la comunidad cucuteña tiene preocupación ante estos supuestos hechos.

Según se conoció, dos niños de 9 y 13 años habrían sido secuestrados por supuestas bandas delincuenciales, hechos ocurridos en la ciudadela La Libertad y en el municipio metropolitano de Los Patios. Sin embargo, las autoridades dicen que no están secuestrando niños.

Uno de los hechos tiene lugar en el barrio Vallesther, donde los padres del menor de 13 años denunciaron que su hijo estaba secuestrado, pero de acuerdo con el coronel Juan Carlos Ramírez, comandante de la Mecuc, el niño se había ido de su casa hace algunos días por supuestos problemas con sus hermanos. Ante este caso, se investiga el motivo por el cual tomó la decisión de salir de su hogar.

Por otro lado, el segundo caso tendría relación debido a que el menor de 9 años habría perdido el año escolar, lo que lo provocó que se escapara de la casa por temor a ser maltratado por sus padres al enterarse de su indisciplina, según indicó la Policía junto a la Comisaría de Familia que revisó el hecho.

En ese sentido, la comunidad cucuteña encendió las alarmas por la supuesta información que ronda en redes sociales sobre los secuestros de niños, “no tenemos ninguna denuncia de este aspecto, no es cierto que exista una banda delincuencial que secuestra menores para vender sus órganos”, puntualizó el coronel Ramírez.

Ante estas denuncias, SEMANA se comunicó con Jessica Flórez, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, seccional Cúcuta, quien argumentó que hasta el momento no ha recibido denuncias ni hechos como los anteriormente mencionados.

De igual forma, la Alcaldía de Cúcuta recalcó en este medio que por parte de la Defensoría del Pueblo no ha recibido alerta alguna; sin embargo, rechazan este tipo de situaciones y hacen un llamado a estar más atentos a sus hijos.

Así previenen el reclutamiento en Cúcuta

El reclutamiento y la utilización de menores por parte de grupos armados ilegales ha sido, por más de 60 años, una de las prácticas más crueles en el marco del conflicto armado, según lo afirman organismos internacionales.

Parte de esta realidad se debe a que la vida de muchos niños, niñas y adolescentes en Colombia está marcada por la falta de oportunidades, situación que es utilizada por estructuras de crimen organizado, que a través de engaños obligan a esta población a ingresar a sus filas y realizar actividades ilícitas.

En el panorama nacional, Cúcuta no ha sido la excepción, pues la capital nortesantandereana ha luchado contra este y otros hechos victimizantes durante años; sin embargo, en la realidad se siguen presentando casos tanto en la zona urbana como en la rural.

Este panorama ha motivado a entes territoriales como la Alcaldía municipal a emprender acciones que alerten a la comunidad más vulnerable sobre la prevención ante el reclutamiento forzado en menores de edad.

Es por eso que, desde 2020, se vienen realizando estrategias como ‘1, 2, 3, Por la Paz’, en la que, con dinámicas, juegos y actividades pedagógicas, les enseña a niños, niñas y adolescentes (NNA), ubicados en barrios y corregimientos de la ciudad, cómo actuar ante posibles propuestas de grupos delincuenciales, la importancia de acceder a la educación y cuál es la ruta que deben seguir en caso de sentirse amenazados o intimidados.

“Esta estrategia nació de la mano con el proyecto de Entornos Protectores que semanalmente visita comunidades de la ciudad para acercar a los habitantes los servicios institucionales; en esa labor, identificamos la alta afluencia de menores de edad a las jornadas, una oportunidad para hablarles a ellos sobre el riesgo que los rodea. ‘1, 2, 3, Por la Paz’ creció a tal punto que ahora es solicitada por los líderes comunales de la ciudad y por entes privados y públicos”, explica Elisa Montoya Obregón, secretaria de Posconflicto y Cultura de Paz.

Actualmente, además de llegar con el mensaje de prevención del reclutamiento a niños, niñas y adolescentes, también se empezó a brindar capacitaciones y asistencias técnicas a organizaciones como la Fundación Nacional Batuta, quienes a través del arte promueven la paz en grupos poblacionales juveniles.