Un día como hoy sucedió uno de los terremotos más destructivos de Colombia. El 18 de mayo de 1875, cuando el reloj marcaba las 11:15 a. m., se sintió en la ciudad de Cúcuta, capital de Norte de Santander, un impresionante sismo que acabó con todo.
De acuerdo con los expertos, este movimiento telúrico tuvo una magnitud de 6,8 Mw, con una profundidad de 15 kilómetros y una intensidad máxima de EMS-98, considerada muy destructivo.
Este fenómeno natural dejó entre 800 a 1.500 personas fallecidas en Cúcuta, aunque inicialmente la prensa reportó 461 víctimas. Además, hubo cientos de damnificados que se quedaron sin comida y refugio, por lo que hubo saqueos por varios días.
Cabe mencionar que en los días previos a este evento, se sintieron en esta ciudad sismos premonitorios, donde uno de ellos agrietó varias casas. Asimismo, durante el mes siguiente, se presentaron algunas réplicas.
Este terremoto generó graves daños en diferentes construcciones en Cúcuta, su área metropolitana y parte de la frontera, específicamente en el estado Táchira, Venezuela.
Villa del Rosario: la iglesia, la casa de Gobierno ‘La Bagatela’, la casa natal del general Santander y el templo del Congreso (que albergó el Congreso Constituyente de 1821), se arruinaron. Además, la mayoría de las viviendas quedaron destruidas, por lo que la cabecera municipal tuvo que ser reubicada.
Cúcuta: la mayoría de las construcciones como la iglesia, la cárcel municipal y las viviendas en general, quedaron completamente destruidas.
Ureña y Capacho (Venezuela): estos municipios que están limítrofes con Cúcuta, tuvieron que ser reubicados, mientras que San Antonio del Táchira, San Cristóbal, Colón y Palmira, registraron daños severos.
Así mismo, los municipios nortesantandereanos como Cucutilla, Bochalema, Santiago, Chinácota, San Cayetano, Arboledas, Ocaña, Pamplona, Pamplonita, Salazar de las Palmas y Toledo presentaron diversas afectaciones especialmente en viviendas e iglesias. Esta situación también se registró en municipios del departamento de Santander como Matanza, Molagavita, Suratá y Matanza.
Por otro lado, el sismo generó efectos sobre la naturaleza de la siguiente manera:
Agrietamientos: en Cúcuta, San Cayetano, Málaga y Mologavita, se reportaron grietas profundas en los suelos. Esto también sucedió en poblaciones de Venezuela, como San Cristóbal, Colón y Ureña.
Licuación: en zonas aledañas a los ríos Pamplonita y Táchira se abrieron grietas de entre 2 y 3 metros de profundidad, por las que brotaron aguas negras y fétidas.
Cambios hidrológicos: cerca de Cúcuta, Villa del Rosario, San Antonio y Ureña, desaparecieron algunas fuentes termales y emergieron otras.
Sin embargo, tras pasar 148 años de esta tragedia, el pueblo cucuteño volvió a levantarse de la ruinas, construyó edificaciones, más iglesias, colegios, canchas, centros comerciales, entre otras cosas, dejando en el olvido ese episodio.
Actualmente, en esta ciudad fronteriza se evidencia progreso, desarrollo y cultura, a pesar de que este terremoto destruyó gran parte de este territorio.
Es por ello que cada año la comunidad en general conmemora este día que quedó registrado en la historia al ser considerado como uno de los sismos más destructivos de Colombia en los últimos tiempos.