En los últimos días, la Policía Nacional ha sido atacada por grupos subversivos que están asesinando sin pudor a cualquier uniformado de la fuerza pública. El departamento de Norte de Santander ha sido uno de los principales epicentros del conflicto armado.

En recientes hechos registrados en este territorio fronterizo, un patrullero fue asesinado y otro resultó gravemente herido, al tiempo que unidades han sido hostigadas con artefactos explosivos y ráfagas de fusil.

La alteración del orden público se ha tomado 17 regiones de Colombia y entre esas se encuentran los municipios de la región del Catatumbo, que están atravesando una dramática crisis humanitaria generada por la violencia.

El diagnóstico fue revelado por Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en donde se detalló que Norte de Santander hace parte de los departamentos con mayor problemática a causa de los diferentes grupos armados.

En ese sentido, fueron reflejados los siguientes acontecimientos por los que está pasando la comunidad nortesantandereana: desplazamiento forzado, secuestros, ataques a la fuerza pública, así como a la misión médica y situaciones que ponen en riesgo las comunidades vulnerables ante la presencia de criminales, tal y como pasó en el municipio de Tibú.

Ante esta crisis humanitaria, el documento expuesto por la CICR plantea redoblar las capacidades institucionales para evitar otros ataques terroristas que ponen en zozobra, específicamente a los pobladores del Catatumbo y los habitantes de la zona rural de Cúcuta, siendo estas las más afectadas.

De igual forma, esta organización internacional buscará ayudas de instituciones gubernamentales para atender a las víctimas del conflicto armado y garantizar los derechos a esta población.

Cabe mencionar que, el pasado 26 de julio, el departamento de Norte de Santander fue epicentro de dos ataques contra la fuerza pública, donde en menos de siete horas asesinaron a un patrullero en el municipio de Tibú y otro fue gravemente herido en zona rural de Cúcuta.

El primer hecho se presentó hacia las 6:30 a. m., cuando una patrulla de la subestación de petróleo realizaba el acompañamiento de un superior cerca al casco urbano. Allí, un francotirador disparó contra los uniformados, logrando impactar al patrullero James Antonio Morales Curico, de 34 años.

“El hecho ocurrió cuando el uniformado que realizaba turno, brindaba acompañamiento y seguridad a un funcionario que salía de la estación a disfrutar de su descanso, siendo afectado por el francotirador a la altura del pecho”, señaló el coronel John Robert Chavarro Romero, comandante de Policía de Norte de Santander.

De acuerdo con la información preliminar, el segundo ataque se registró sobre el mediodía de ese mismo martes en el corregimiento de Banco de Arena, zona rural de la ciudad fronteriza de Cúcuta.

Los hechos se registraron cuando el uniformado identificado como Ferney Rozo Contreras, quien se encontraba prestando seguridad en la estación de Policía, recibió un disparo en la espalda por un francotirador.

Para algunos defensores de los derechos humanos resulta preocupante la situación de seguridad y orden público, pues manifestó que, en lo corrido de este año, se han presentado más de 100 acciones terroristas contra las autoridades en el departamento.

“Por eso les pedimos a las autoridades que los dispositivos que refuerzan la seguridad en la región sean permanentes, no podemos seguir permitiendo más ataques contra los policías y militares”, precisó en SEMANA Diego Villamizar, defensor de los derechos humanos en la región.