Con respecto a lo dicho por el nuevo mandatario de los colombianos, Gustavo Petro, y parafraseando su discurso -la tierra no es de quien la posee, sino de aquel que la necesita-, ha tomado gran fuerza en todo el territorio nacional la invasión de tierras. Esto ha abierto las puertas a un nuevo capítulo mucho más agresivo y masivo de invasiones de predios privados en el país.

El tema ha generado todo tipo de reacciones y ya se empieza a sentir en el departamento de Santander, donde ya se han evidenciado cuatro municipios, de los 87 que comprende, bajo esta amenaza.

Según el gobernador Mauricio Aguilar, han recibido información de amenazas de posibles ocupaciones de terrenos que serían propiedad de ganaderos en los siguientes municipios de Santander: Bajo Rionegro, Sabana de Torres, Puerto Wilches y Puerto Parra.

“Hay amenazas, hay ruidos, pero lo que nosotros queremos es precisamente evitar estos hechos que vayan a conllevar a situaciones de violencia y, sobre todo, de alguna situación que repercuta en los dueños de estos predios. Son amenazas en la región del Magdalena medio, donde se escucha presuntamente de una invasión”, puntualizó el mandatario departamental.

Ante esta situación, el martes 20 de septiembre se llevará a cabo un consejo de seguridad con la presencia de autoridades de la Policía y el Ejército, así como algunos ganadores, con el fin de revisar qué medidas se implementarán frente a estas amenazas.

“Estamos trabajando en materia estratégica y de seguridad con la fuerza pública y precisamente tanto Ejército como Policía estaremos mañana (martes) reunidos con el sector ganadero para escucharlos y evitar alguna invasión que se vaya a presentar”, aseveró el Aguilar.

El asentamiento Gustavo Petro

A unos 20 minutos por carretera pavimentada se llega a la región del Caguán, una pequeña población de Neiva, Huila, en donde predominan grandes extensiones de tierra desocupadas. Uno de estos predios privados de más de 50 hectáreas fue invadido por al menos unas 500 familias, es decir, cerca de 2.000 personas, entre niños, adolescentes, madres cabeza de hogar, ancianos y uno que otro avivato.

La mayoría de los invasores asegura que se siente con el derecho de tomarse este terreno por las promesas que hizo en campaña Gustavo Petro, quien aseguró iba a gobernar para darles un mejor uso a los lotes baldíos y grandes extensiones de tierra desocupadas. “Acá estoy haciendo los huecos para levantar mi rancho”, le respondió a SEMANA Anyerli Rueda, una de las invasoras del gigantesco terreno.

Para esta mujer, quien asegura ser desplazada de La Dorada (Caldas), este fue el camino que encontró para hacer su sueño realidad: tener una casa propia. “Yo necesito, tengo dos niños (8 y 10 años) a quienes debo brindar un techo y necesito mi casa propia, yo no tengo trabajo y me vine para acá porque le escuché a la gente que estaban cogiendo lotes y que se estaban metiendo y yo me metí también a guerrearla; yo no me salgo así me echen la Policía”, dice, mientras rompe con una pica metálica la tierra para clavar los palos que sostendrán su rancho.

En el predio invadido ya hay cuerdas que dividen las porciones de tierra de los nuevos ocupantes. Hay números que sirven para identificar los lotes de cada uno. El de Anyerli es el 328. “Antes de ser presidente (Gustavo Petro), él dijo que había muchos predios haciendo nada, muchas fincas grandes haciendo nada y él dijo que cuando fuera presidente les iba a dar uso a esas tierras, bien sea para cultivar o hacer viviendas y se dio la oportunidad de estar acá”, asegura John Mosquera, quien armó su carpa cerca a la de Anyerli.