En las últimas horas quedó en libertad la comerciante Gladys Cancino, quien había sido secuestrada el pasado miércoles 22 de junio en el municipio de Tibú, Norte de Santander.
De este caso se conoció que hombres fuertemente armados llegaron en motocicleta hasta el trabajo de esta mujer y se la llevaron con rumbo desconocido. De inmediato, se encendieron las alarmas en esta región del Catatumbo, donde en lo recorrido de este año ya se han presentado varios casos similares.
Ante este hecho, SEMANA consultó a la Defensoría del Pueblo en Norte de Santander, que rechazó una vez más esta acción y expresó su solidaridad con sus familiares; así mismo, aseguró que dispondrían de todos los canales humanitarios para su pronta liberación.
“Le hacemos un llamado a todos los grupos armados ilegales que pudieron haber cometido este hecho para que le respeten su vida e integridad y que en el menor tiempo posible la devuelvan al seno de su familia. Activamos la ruta de protección y atención a los familiares de esta persona”, señaló en su momento a este medio el defensor del Pueblo, Jaime Marthey.
Sin embargo, en horas de la noche del viernes 24 de junio, los captores de este secuestro dejaron en libertad a Gladys. Los hijos de esta mujer nortesantandereana expresaron a través de un video difundido por redes sociales el agradecimiento por su liberación.
“Queremos darle las gracias por el apoyo, no tenemos palabras en este momento, estamos super felices, nuestra mamá se encuentra bien de salud y ya está descansando”, aseguraron los Cancino.
Así mismo, el defensor regional expresó en SEMANA algunas palabras de agradecimiento: “celebramos la liberación de la señora Gladys en Tibú, aspiramos que todas las personas que están siendo víctimas de tantos hechos en nuestro territorio por fin tengan la paz. Estamos dispuestos como siempre a seguir acompañando todos los procesos de reconciliación”.
Tras estos hechos de inseguridad, se encuentran consternados, preocupados y con temor los pobladores de la región del Catatumbo, en Norte de Santander, donde en menos de tres días se presentado tres secuestros; entre estas nuevas víctimas se encontraba Cancino y otra mujer, así como también el tío del alcalde del municipio de Ocaña, quien fue hallado sin vida en las últimas horas.
En máxima alerta permanecen las autoridades de este departamento por los múltiples casos de secuestro, pues entre finales de mayo y principios de junio han sido seis los secuestros extorsivos, de los cuales solo tres ya están en libertad, mientras que otros dos siguen retenidos, sin contar a la persona fallecida en cautiverio.
El primero de estos últimos tres se presentó el domingo 19 de junio en el municipio de Ábrego, Norte de Santander, justamente horas después de que Betty Arévalo Casadiegos se encontrara en su lugar de residencia luego de haber ejercido su derecho al voto.
Hasta la vereda La Estancia, zona rural de esa población, hombres armados llegaron en motocicleta y raptaron a esta mujer quien se desempeña como agricultora, docente y ambientalista, para llevársela con rumbo desconocido.
Por otro lado, en horas de la noche del mismo miércoles 22 de junio, en el municipio de Ocaña, fue secuestrado el también comerciante Adalberto Casadiego Angarita, de 73 años, tío del alcalde de este territorio, Samir Casadiego.
De este hecho se conoció que los hombres desconocidos que están atentando contra la integridad de los pobladores, llegaron hasta la finca de este ciudadano y se lo llevaron hacia la zona montañosa del Catatumbo.
SEMANA trató de comunicarse con el mandatario de Ocaña para saber más información sobre este caso, pero no tuvo respuesta, pues en la mañana del jueves 23 de junio se conoció que en un paraje entre la vía hacia el municipio de Teorama fue hallado el cuerpo sin vida de Adalberto Casadiego.
Lo que se conoce es que Adalberto habría sufrido un infarto cardíaco cuando era trasladado por los captores en su camioneta hacia la zona del Catatumbo. Wilson Casadiego, otro tío del alcalde de Ocaña, confirmó la noticia, pues él se había ofrecido para un canje debido al delicado estado de salud de su hermano.