La ciudad de Cúcuta como capital del departamento de Norte de Santander, ha sido atravesado por diversas dinámicas que han marcado su historia y, por lo tanto, la forma de vida de muchas personas que allí habitan.

La presencia de los grupos armados al margen de la ley, las economías que surgen de la ilegalidad y se fortalecen en la actividad fronteriza, y la ruptura que había de la diplomacia binacional entre Colombia y Venezuela, han sido factores clave en las problemáticas del territorio.

Sin embargo, la violencia basada en género continúa siendo una dramática realidad en este territorio, convirtiendo en el primer departamento del país en ocupar esta alarmante situación.

Desde el 2021 a la fecha, han sido 9.027 mujeres las que la Defensoría del Pueblo ha asesorado en la reivindicación de sus derechos ante hechos de violencia basada en género de los que han sido víctimas, por lo que son preocupantes las elevadas cifras de violencia en 2021, 2022 y lo corrido de 2023.

Según la Delegada para los Derechos de las Mujeres y Asuntos de Género, de esos más de 9.000 casos, la manifestación de violencia basada en género que predomina es la psicológica con 6.439 casos; seguido de la violencia física con 3.982; la violencia económica con 2.343; luego 1.684 casos de violencia sexual y, por último, 1.600 casos de violencia patrimonial. En algunos casos, las mujeres atendidas fueron víctimas de varios tipos de violencia basada en género.

Hay mujeres que no denuncian por miedo. | Foto: Fiscalía General

Así las cosas, las regiones del país donde se concentra el mayor número de casos atendidos son: Norte de Santander (889); Bolívar (868); Valle del Cauca (557); Cauca (511); Chocó (510); Antioquia (493); Putumayo (455); Cundinamarca (447); Bogotá (378) y Magdalena (362).

En relación con los principales agresores, se encuentran sus exparejas, con un 31 %; seguido de personas desconocidas, con un 26 %; parejas con un 17 %; personas conocidas, con un 17 %, y familiares con un 8 %. Por su parte, en cuanto a los casos de feminicidio para este mismo periodo, la Entidad cuenta con un registro de 200 casos y 262 de tentativa de feminicidio.

Por su parte, Irene Salas Menotti, directora de la especialización en psicología forense de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, explica que en 2022 se presentaron en Colombia aproximadamente 210 casos de feminicidio, comprendidos entre el periodo de 1 de enero al 31 de octubre. Al realizar la comparación del mismo periodo de tiempo del año inmediatamente anterior, las cifras indican que presentaron un total de 240 casos.

Dentro de los departamentos más afectados por este flagelo, que es casi de salud pública según varios analistas, se encuentra en primer lugar el Valle del Cauca, con 29 casos; en segundo lugar, Antioquia con 19 casos y en el tercer lugar, Bogotá, con un total de 18 casos confirmados, según cifras de la Fundación Feminicidios Colombia.

Para la experta en psicología forense, las estadísticas demuestran que:

  • Quien atenta contra la mujer con mayor frecuencia es la pareja de la misma, seguido por la expareja, y luego, por desconocidos.
  • El escenario donde ocurren con mayor frecuencia los feminicidios es más en el ámbito privado que en lo público, siendo consecuente con el tipo de victimario.
Muchas de las víctimas no buscan ayuda. | Foto: KIVILCIM PINAR

Hay distintas formas de violencia que acompañan al feminicidio:

  • Las torturas físicas y psicológicas a las que son sometidas las víctimas previo a la muerte.
  • Las otras formas de violencia como la económica y sexual que son reportadas, entre otras, y que deben ser tenidas en cuenta a la hora de tomar las acciones legales en clave de investigación, judicialización y juzgamiento.
  • El tipo de armas utilizadas y las formas de causar la muerte.
Mujeres marcharon por sus derechos este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. | Foto: Semana

Estereotipos en la adjudicación de la justicia:

  • Afirmaciones que sugieren que la mujer era responsable de los hechos, argumentando que ella era quien se encargaba de provocar los celos en el victimario, lo que producía en él un episodio de ira intensa que lo llevó a cometer los hechos violentos.
  • Las agresiones físicas y psicológicas eran el resultado de la provocación realizada anteriormente por la mujer, normalizando la violencia psicológica y los comportamientos agresivos de parte de su victimario.