Tras cumplirse más de cinco días del secuestro de Noraima Carrascal Picón, quien se convirtió en la primera víctima de 2023 en sufrir por este flagelo en la subregión del Catatumbo, ubicada en el departamento de Norte de Santander, la comunidad salió a protestar y exigir por su liberación.
Esta mujer es una reconocida líder comunal y madre comunitaria del programa Hogares Comunitarios de Bienestar Familiar en el municipio de Ocaña, donde el pasado sábado 7 de enero, sobre la vía que conduce al corregimiento de Aguas Claras, fue retenida por hombres armados.
Ante esta situación, los familiares, amigos y madres comunitarias salieron a las calles del territorio exigiendo la pronta liberación de esta líder comunal, quien se ha caracterizado por su labor en los más de 30 años de servicio comunitario.
“Protestamos y exigimos a sus captores que la regresen a la libertad, su familia está muy angustiada, hemos pedido a las autoridades que nos ayuden para que cuanto antes regrese a la libertad”, señaló Carmen Ballesteros, presidenta de Madres Comunitarias de Ocaña.
En medio de estas movilizaciones pacíficas, las cuales buscan hacen un llamado a los secuestradores, quienes hasta el momento se desconocen sus intenciones del hecho, la comunidad se puso de rodillas y elevó una oración para su pronta liberación.
“Es una mujer humilde, trabajadora, es la mejor mujer del mundo, por favor libérenla, estamos sufriendo todos. Pido que por favor que me la liberen rápido”, expresó Carlos Ovallos, esposo de la víctima.
Este caso genera zozobra y angustia entre la comunidad catatumbera, tras presentarse al momento en que el Gobierno nacional mantiene una mesa de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo guerrillero que delinque en este territorio fronterizo de Colombia.
“Esta es la situación que lastimosamente estamos viviendo, necesitamos que el Gobierno ponga sus ojos en la región del Catatumbo y la provincia de Ocaña, porque ya son varias las personas secuestradas en nuestro municipio”, señaló Cristian Jiménez, concejal.
Sin embargo, hay gran preocupación en el departamento luego de que el presidente Gustavo Petro anunciara un cese al fuego bilateral con la guerrilla del ELN y este lo negara tajantemente por medio de un comunicado de prensa.
Tras la polémica, los nortesantandereanos, y en especial los pobladores del Catatumbo, quienes se han visto sumergidos en la guerra desde hace muchos años, claman porque ese acuerdo se consuma realmente y así puedan vivir en paz.
“El ELN dice que ellos no han acordado el cese al fuego con el Gobierno, lo que nos preocupa, debido a que esta guerrilla tiene una fuerte presencia en varios municipios del Catatumbo”, indicó Olger Pérez, vocero de la Asociación de Unidad Campesina del Catatumbo (Asuncat).
Esto despierta esperanza para el departamento, al ser un territorio mayormente afectado por estos grupos subversivos que delinquen en este territorio fronterizo desde hace décadas.
“Esperamos que en el menor tiempo posible se logre un avance de diálogo con esta guerrilla para que finalmente los habitantes puedan tener una verdadera paz y podamos compartir con nuestras familias sin preocuparnos de ataques en contra de la población civil o contra la fuerza pública”, puntualizó el vocero de Asuncat.