Desde el 1 de enero entró en operación el nuevo puente que conecta a la ciudad de Cúcuta (Colombia) con el estado Táchira (Venezuela), que lleva por nombre Atanasio Girardot, y ante esto se restablecieron las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Luego de más de siete años con paso vehicular restringido, la capital del departamento de Norte de Santander vuelve a sentir el flujo de visitantes venezolanos que se trasladan hasta este territorio colombiano a realizar todo tipo de compras.

Es por ello que durante estos primeros días de reapertura, las calles de Cúcuta se visten de hermandad, donde miles de vehículos arriban a la ciudad sin ningún tipo de inconveniente, tendiendo en cuenta algunos requerimientos como el seguro del carro y otros documentos establecidos por los dos gobiernos.

Mientras que algunos venezolanos bajan a visitar a sus familiares o hacer mercados, otros aprovechan la situación y se abastecen de gasolina colombiana, debido a que en el vecino país es más complicado conseguir este elemento.

Cabe mencionar que actualmente en Cúcuta se presenta los precios más bajos de todo el país, debido a que el valor del galón estará en $7.089 y $8.396, respectivamente, esto ante el aumento de 400 pesos por el Gobierno nacional.

“Los papeles se invirtieron, pues antes del cierre de frontera los colombianos iba a Venezuela y se abastecían de gasolina en San Cristóbal, ahora somos nosotros los que llegamos a Cúcuta y llenamos los tanques del carro”, señaló en SEMANA Enrique Astorquia.

Sin embargo, los cucuteños han empezado a sentir la preocupación de una posible escasez de este servicio en la ciudad, pues manifiestan que se han generado largas filas en las diferentes estaciones de gasolinas ubicadas a inmediaciones de la frontera.

De acuerdo con las bases de datos del RUNT, en Cúcuta hay 75.000 vehículos matriculados, de un total de 450.000 que pertenecen al área metropolitana, por lo que las autoridades buscan nuevas estrategias de movilidad que permitan mitigar esta situación.

Estas propuestas serán socializadas en la Mesa Técnica Nacional para ponerlas en consideración del alto Gobierno y con eso seguir consolidando la apertura de la frontera con Venezuela que se constituye como una oportunidad histórica para este departamento.

Así mismo, se estudia la posibilidad de un pico y placa metropolitano que permita mitigar la demanda de automóviles que está ingresando desde el vecino país a partir del primero de enero.

“Con los alcaldes del área se está discutiendo un pico y placa metropolitano, esperamos que los otros municipios muy respetuosamente nos acompañen porque la llegada de miles de vehículos podría generar traumatismos en la movilidad en general”, señaló Jairo Yáñez, mandatario de los cucuteños.

Pese a que aclaró que hasta el momento son propuestas sobre la mesa, mencionó que otra de las preocupaciones es el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) para estos carros venezolanos que vuelven a ingresar a la ciudad.

“Se está buscando una posibilidad que permita sacar el SOAT durante 15 días o un mes y así estos conductores estén amparados por las leyes colombianas ante cualquier incidente”, aseveró Yáñez.

El mayor anhelo para los pobladores de esta zona de frontera ha despertado la ilusión de muchos al volver a tener una frontera comercialmente activa entre Norte de Santander y el estado Táchira.