La inseguridad en la frontera entre Colombia y Venezuela se ve reflejada en la ciudad de Cúcuta, a raíz de las múltiples masacres que se registran desde años anteriores por los grupos armados que delinquen en esta zona. Además, también se han registrado desplazamientos por conflictos armados, enfrentamientos y violaciones de derechos humanos.

Según el informe del Observatorio de Asuntos de Género, esta violencia afecta de forma significativa al departamento de Norte de Santander, específicamente a mujeres, niños y comunidad LGBT, mediante violencias basadas en género como: violaciones colectivas, feminicidios, torturas y trata de personas con fines de explotación sexual.

“El control armado que ejercen sobre las trochas los grupos armados al margen de la ley, tiene un efecto directo sobre la vida y la integridad de las mujeres y comunidad LGBT, sobre todo porque estamos hablando de violaciones grupales y notamos un patrón de que hay mucho miedo de denunciar, porque no hay las condiciones de seguridad para que las víctimas puedan hablar”, señaló una delegada del Observatorio a Caracol Radio.

Por su parte, Cúcuta registró el mayor número de víctimas con el 68,4 %, seguido de Tibú (6,3 %), Villa del Rosario (6 %) y Los Patios (2,9 %), indican las cifras del año pasado.

Es importante detallar que fueron 830 personas víctimas de violencias basadas en género, de las cuales 71 % son colombianas, 29 % de origen venezolano y del total, 24 % pertenecen a la comunidad LGBT.

Del mismo modo, la activista Natasha Duque, representante de la organización Operación Libertad Internacional, con sede en Villa del Rosario, Norte de Santander, manifiesta que gran parte de las mujeres que huyen de Venezuela son de bajos recursos y van acompañadas por sus hijos.

Las activistas feministas de la zona de frontera del estado Táchira y asimismo las de Norte de Santander, tienen encendidas las alarmas por los recientes hechos suscitados en los pasos fronterizos ilegales contra las mujeres migrantes, motivo por el cual utilizan campañas para incentivar la migración regular, segura y ordenada, para evitar que aumenten los índices de trata de blancas, explotación sexual y desapariciones forzadas.

Cabe detallar que para el caso de Norte de Santander, la encuesta identificó que el 96 % sufrió violencia psicológica, el 88 % violencia sexual, 79,1 % violencia física y 44 % fueron de carácter económico y patrimonial.

Denuncias

La activista Duque denuncia que varias jovencitas del municipio de Pedro María Ureña, de Venezuela, están siendo utilizadas para explotación sexual, además, afirmó que el 60 % de las niñas, adolescentes y mujeres, que están en la zona limítrofe con el vecino país (La Parada) y de la ciudad de Cúcuta, son de nacionalidad venezolana.

“Hay muchas mujeres venezolanas y niñas en la explotación sexual, y lo peor es que hay muchos padres y esposos que están poniéndolas a prostituirse”, señaló.

También denunció que una red delictiva lleva a niñas y adolescentes con edades comprendidas de 12 a 17 años, del oriente y centro de Venezuela y las pasan a Colombia a través de los pasos ilegales (trochas). “Pese a que los puentes internacionales están abiertos, a los alrededores están ocurriendo delitos porque no hay un interés por parte de los gobiernos de ambos países”, apuntó la activista.