Este lunes, 9 de octubre, se presentó oficialmente a la nueva comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), Sandra Yaneth Mora Morales. La bienvenida se llevó a cabo en medio de una izada de bandera organizada por la administración municipal.
En este acto, el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, recalcó que la ciudad tiene varios retos en materia de inseguridad y confió plenamente en la uniformada para liderar la estrategia contra el delito en el área metropolitana de Cúcuta.
“Sabemos que su experiencia nos permitirá mejorar varios de los indicadores de inseguridad. Compartimos un reto mutuo de recuperar esta que es la frontera más dinámica de Suramérica”, dijo el mandatario de los cucuteños.
La nueva comandante tendrá un gran reto y es contrarrestar a la cifra de homicidios que se han registrado este año en toda el área metropolitana de la capital nortesantandereana.
“Venimos a combatir el multicrimen, así como también los temas de microtráfico y obviamente todo el tema de seguridad en nuestra frontera (...) enviamos un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía y es que venimos a trabajar por todos”, detalló Mora Morales.
Esta es la increíble historia de esta mujer policía
Para el año de 1962, la familia Mora Morales, conformada por una tolimense y un llanero de Vichada, estaba esperando a su primer bebé sin pensar que ese 21 de octubre sus vidas les cambiarían y quedarían marcados para la historia.
Ese domingo, la ciudad de Villavicencio, Meta, presenció el nacimiento de Sandra Mora, la mayor de sus cuatro hermanos. Creció en una familia tradicional, con principios y valores. En su niñez soñaba con ser médico algún día, pero fue hasta mediados de su infancia que la inseguridad le arrebató esa idea.
A la edad de ocho años, cuando vivía en Bogotá junto con su mamá, Sandra fue secuestrada por una familia de delincuencia común. Aquella pequeña niña estuvo apartada de su núcleo familiar por tres años y medio.
“En ese periodo fui instrumentalizada para hurtos en almacenes”, recuerda Mora, quien prefiere no referirse a esos momentos que estuvo privada de su libertad y que le quitaron parte de su niñez.
“Cuando fui creciendo, en una situación muy adversa para uno viviendo de todo, pues sí quise ser Policía para poder ayudar y proteger mucho a los niños. La vida de un secuestro me transformó y me llevó a querer ayudar a otros y lo pude hacer desde la óptica institucional de la Policía Nacional, pero yo no quería ser Policía, quería ser médico”, señala Mora.
Con retos y pruebas que le puso la vida, Sandra para el año de 1993, con 19 años de edad, inició su carrera como oficial de la Policía. En esa época ya era una mujer valiente y con ganas de salir adelante.
Uno de los principales retos en la institución fue demostrar que ella tenía la capacidad de afrontar diferentes escenarios. Fue así como se convirtió en la primera mujer instructora de escoltas en la Policía.
“Las mujeres no solo tenemos capacidades de ir a cuidar los niños, sino en todos los ámbitos académicos, operativos y administrativos”, reseña.
Con el tiempo fue creciendo en la Policía y, para el año de 1999, mientras ocupada el cargo como comandante de la Policía aeroportuaria del aeropuerto de Vanguardia de Villavicencio, fue señalada por supuestos nexos con el paramilitarismo y su orientación sexual. El 11 de mayo de 2000, fue retirada por decreto discrecional de la Policía Nacional.
“Ese fue el argumento del coronel Mario Gutiérrez Jiménez en su momento para poder hacerme echar. A mí nunca me vincularon a nada, a mí me retiran y me amenaza él, simplemente porque yo le confirmé algo que él tenía sospechas de que yo era una mujer lesbiana y en ese momento tenía una relación con una piloto comercial del aeropuerto de Vanguardia de Villavicencio”, menciona Sandra.
Además, recuerda el argumento que expuso en ese entonces el coronel Gutiérrez Jiménez, frente a una junta de generales: “Que a mí me habían observado con nexos con paramilitarismo y narcotraficante. Argumento válido para poder invocar una discrecionalidad, una facultad de discreción que aún tiene la Dirección de Policía Nacional. No me podía echar e invocar que porque era lesbiana me iba a sacar, argumenta y engaña a una junta de generales presentando esos argumentos, pero no porque a mí me vincularan”.
Sandra sale de la institución a la edad de 27 años. Fue un golpe duro para su carrera como oficial, en la calle la señalaban de corrupta, el mundo se le vino encima. Así duró durante 12 años.
En ese periodo de su vida se encargó de salir adelante, se preparó académicamente y creó una fundación para apoyar los emprendedores. Sin embargo, cuenta que fue muy difícil por el rechazo que sentía de las personas.
Pese a que se le cerraron muchas puertas, eso no fue impedimento. Terminó su carrera de Administración de Empresas, también estudió especializaciones en seguridad física y en temas de protección.
Esta mujer no se derrota ante las adversidades de algunos; incluso, desde el 2008 está casada y junto con su pareja y su hijo, afronta la discriminación que diariamente recibe, pero sin nunca desistir de su objetivo.
“Creo que la vida le va colocando a uno las historias y uno va evolucionando, eso es lo que me la he pasado haciendo, evolucionando frente al pasado y hoy puedo decir orgullosamente que soy mujer lesbiana”, detalla Sandra.
“Fueron 12 años sobreviviendo permanentemente”, pero su pasión por el servicio la llevó a poner una demanda ante el consenso administrativo que duró 11 años. Es así como hubo dos instancias, ambas ganadas, y finalmente logró volver a la Policía a la edad de 39 años.
Durante ese reintegro, Sandra ha tenido cada vez más retos en su vida. Desde ese entonces ha sido investigada fuertemente por cosas irrisorias por personas que aún tiene prejuicios contra ella.
“Se me ha tildado de poco institucional, de negligencia, que he violado los derechos humanos. Son particularidades que yo digo, pero ¿qué está pasando? Llevo más de 40 investigaciones disciplinarias, más de 30 anónimos. He estado en la justicia penal, Fiscalía y Procuraduría, por todos lados me han tenido dando muchas vueltas ante una persecución disimulada, pero muy legal. Aclaro no es con la institución”, menciona.
Recientemente, esta coronel había sido destinada por el presidente Gustavo Petro como directora del Fondo Rotatorio de la Policía Nacional, pero ahora, desde este mes asumirá la dirección de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
“Me siento orgullosa porque sé que voy a hacer la primera mujer comandante de la metropolitana, es un profundo reto y desafío personal e institucional. Me están enviando porque consideran que tengo las capacidades de las cuales vamos a hacer y colocar todo el empeño. Esta es una oportunidad importante y estoy feliz de llegar a Cúcuta”.