El contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi, le envió una carta a la directora del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), Liliana Pardo, en la que le hace una petición que debe responder en máximo cinco días hábiles. Para el próximo lunes, Pardo debe aclararle dos inquietudes contundentes al Contralor sobre la construcción del tramo de la Calle 26, entre carreras 19 y 76 de la tercera fase del Transmilenio. La primera pregunta es qué hará el IDU para que se cumplan los cronogramas previstos en la ejecución de la obra, pactada con la Unión Temporal Transvial, de la cual el grupo Nule representa el 70 por ciento. Y la segunda, cómo protegerá los dineros públicos comprometidos en la ejecución de este tramo. En su comunicación, Moralesrussi hace un recuento de las demoras de esta obra y sus causas: En junio de 2009, el funcionario le dijo a Pardo por escrito que, desde la planeación de las obras, “la entidad (el IDU) no estaba lo suficiente preparada para recibir, revisar, organizar y entregar a los contratistas los estudios y diseños entregados por los consultores, teniendo en cuenta que no se evidenció la existencia de un listado maestro de estudios y diseños donde se consignara la descripción, fecha de entrega, revisión, aprobación”. En la compra de los lotes necesarios para la construcción de la obra, la Contraloría también había advertido que “los predios requeridos para los tramos 3 y 4 del contrato son 130 y a la fecha se han entregado 46 (35%). El cronograma de entrega de predios se extiende hasta el próximo mes de junio de 2009 a pesar que la entrega de la totalidad de los predios por parte del IDU estaba prevista para el mes de junio de 2008”. Debido a aquellos retrasos, el consorcio Transvial solicitó seis meses más para entregar la obra terminada. El pasado 21 de diciembre, el informe de la Contraloría sobre la ejecución de la obra encontró que se habían incumplido los plazos en la ejecución de la obra. En ese documento, se le advirtió al IDU que “de no tomar medidas efectivas pueden llevar al no cumplimiento del contrato en los plazos establecidos, ocasionando que la fase III de Transmilenio no se construya en los plazos establecidos contractualmente y por ende no entre en operación el sistema de troncales, ocasionando traumas en la movilidad de la ciudad”. Las recientes discusiones entre los funcionarios del IDU y del consorcio se han basado en señalamientos de incumplimientos de parte y parte. Transvial pide cerca de 70 mil millones de pesos por los daños causados por las demoras provocadas por el IDU y la directora de este instituto ha defendido en los medios de comunicación que todo lo ha hecho a tiempo. En la mitad está una obra que tiene bien congestionado el sector de la calle 26, cerca del Concejo, y el temor de un despilfarro de dinero público. Según ha dicho Pardo, la semana entrante debe recibir una respuesta de Transvial sobre cómo va a seguir con la obra, que se encuentra paralizada. “Ellos pueden decir si van a ejecutar la obra, a cumplir los plazos, si quieren entregársela a otro consorcio o si la dejan”, explicó la funcionaria en La W. Pero Moralesrussi ve muy difícil un acuerdo entre ambas partes porque tiene puntos de vista muy distantes. Mientras el IDU defiende que entregó la información a tiempo, el consorcio asegura que no y pide prórrogas y nuevos recursos. La Contraloría, por su parte, ha alertado de los retrasos de ambos y le pide al IDU que destrabe la obra y le diga el próximo lunes cómo lo hará. Lea la carta en la que el Contralor hace un recuento de los retrasos de la obra.