Juan Manuel Santos fue aclamado por La U -partido que ayudó a fundar hace ocho años para apoyar la reelección de Álvaro Uribe- como su candidato presidencial. Un respaldo que, aunque no estaba en duda, vino con una especie de cheque en blanco para que el mandatario haga coaliciones con otros partidos políticos, incluido el Conservador, y para que busque su fórmula vicepresidencial.Al recibir el aval de la colectividad, con el que en cualquier momento puede inscribirse como candidato y así empezar formalmente su campaña, Santos aseguró que “con la frente en alto” afronta el reto de ganar las elecciones en primera vuelta, el próximo 25 de mayo, al señalar que cumplió con lo que prometió al país hace tres años y medio. “Fui fiel a mis promesas (…) cumplí al pie de la letra con mi programa”, dijo el mandatario mostrando la cartilla en la que reunió las 110 promesas de su campaña en el 2010.Un mensaje que muchos interpretaron como una respuesta a sus opositores disidentes del Partido, como el sector uribista (que en la Asamblea del Partido estuvo representado en Juan Lozano) y que desde que marcaron distancia con el Gobierno, les reclamaron a Santos de haber “traicionado” a sus electores. No fue el único mensaje contra los uribistas, que alguna vez fueron los dueños de La U. Por ejemplo, al reconocer las banderas que este Partido ha defendido en el Congreso y la forma como ha acompañado las principales políticas de su Gobierno, Santos hizo una aclaración. La inicial de su Partido, la U, no puede tener un significado distinto a la unidad. “U de Unidad”, dijo elevando el tono de su voz. Una frase que contrasta con aquella que pronunció el 12 de marzo del 2006 como coordinador de la naciente agrupación política. En ese entonces, al reclamar el triunfo en las elecciones parlamentarias de ese año, dijo: “La U es Uribe”. Este martes, La U oficializó de forma definitiva su ruptura con Uribe. Más allá de que la Asamblea del Partido, según el disidente Juan Lozano, fue excluyente con las bases populares de la colectividad, que en su criterio, rechazan la reelección “como más del 60 % de los colombianos, tal como lo dicen las encuestas”. Esta tesis, sin embargo, no quedó reflejada en la decisión de la Asamblea que, aunque tuvo su epicentro en Bogotá y se hizo a puerta cerrada, integró a 31 capitales de departamentos. 787 asambleístas se registraron. 772 votaron por tener a Santos como candidato y sólo 15 votaron en contra, uno de esos votos fue el de Lozano. Votación que no era más que un protocolo y un requisito para cumplir con los estatutos, pues nadie entendería que en el partido del presidente hubiese un debate en contra de su reelección. La votación fue calificada por Sergio Díaz Granados, jefe único de La U, como un mandato del Partido por la paz el cual recogió Santos al reiterar que la “seguridad definitiva” del país no tiene otro camino distinto al de la consecución de la paz. “Hoy reitero, nos la jugamos por la paz”. Durante algo más de treinta minutos, Santos pasó cuenta de cobro por lo que ha alcanzado su Gobierno en tres años y medio. En lo social, dijo que se enorgullece de haber sacado a dos millones de colombianos de la pobreza, a otro millón de la pobreza extrema y de haber reducido la desigualdad; de haber reducido durante 40 meses la tasa de desempleo hasta ubicarlo en menos de un dígito. En materia internacional, de haber llevado a Colombia a las grandes ligas y de trabajar para que los colombianos dejen de ser ciudadanos de “segunda categoría”. Pero dijo: “No estoy satisfecho” y por eso pidió otros cuatro años. “Vamos por más”. La asamblea de La U no era más que un evento protocolario para aclamar la candidatura de Santos. Pero en el evento, el presidente aprovechó para trazar el reto del partido, que no es otro a mantenerse como la primera fuerza política del país. "Hace ocho años muchos, nos auguraban un fracaso, que ni siquiera íbamos a superar el umbral. Pero con pocos meses de historia conseguimos lo que otros partidos no han podido en más de un siglo de historia, ser la primera fuerza del país, afirmó.