La Avenida Caracas es tal vez la arteria de Bogotá que más transformaciones ha tenido a lo largo de su historia. Desde 1880, cuando se estableció el primer trazado, los urbanistas sabían que sería uno de los ejes principales de la ciudad al conectar el centro con Chapinero y luego con la zona rural del norte. La vía conservó su trazado hasta 1967, cuando se amplió y pasó de dos a cuatro carriles vehiculares. Para ello se redujeron los pasos peatonales y los jardines que la adornaban. Por ella transitó el sistema Trolebus y los buses urbanos. En la década de 1980 por la vía circulaba toda clase de buses, colectivos, taxis y vehículos particulares, que la convirtieron en una arteria con serios problemas de movilidad. A diario los usuarios de buses tenían que padecer largas jornadas dentro de los vehículos para poder desplazarse. En la Alcaldía de Andrés Pastrana (1988-1990), quien fue primer mandatario electo que tuvo la capital, se diseñó e inició la construcción de la denominada Troncal de la Caracas que contaba con carriles exclusivos para la circulación de buses. La idea nunca funcionó. La mole de concreto terminó siendo el refugio para habitantes de calle y ladrones. Además servía de baño público, el caos era tal, que los conductores de buses nunca respetaron las paradas. El electo alcalde Enrique Peñalosa (1998- 2001) llegó con una nueva propuesta que consideraba revolucionaria, copiada del sistema de transporte de Curitiba (Brasil). Peñalosa creo Transmilenio, un sistema de buses que tenía como gran novedad el pago en las estaciones y con tarjeta. La propuesta fue aceptada por los bogotanos que vieron cómo la llamada Troncal Caracas era demolida para darle paso a estaciones de hierro y vidrio. Con el paso de los años, los críticos del alcalde le reprocharon por los problemas de ingeniería en las losas que han tenido que ser reemplazadas en un considerable porcentaje. En 2016 nuevamente Peñalosa tomó las riendas de la ciudad y nueve meses después de su posesión presentó una propuesta para que el metro pase por esta vía. Lo hizo al cambiar el trazado de la administración de Gustavo Petro. El proyecto costaría en su primera fase 9,7 billones de pesos. Está previsto que haya una transformación urbana por toda la avenida, se construya una cicloruta y haya pasos a desnivel. Lo cierto es que esta avenida podría considerarse la vía inacabada en la que los alcaldes han querido idealizar un modelo de ciudad que hasta ahora no han conseguido.