La restauración de una imagen del patrono de Soledad (Atlántico), San Antonio de Padua, ha causado revuelo entre los católicos asistentes al templo del mismo nombre y los conocedores del patrimonio de este municipio del Atlántico, de casi 700.000 habitantes y vecino de Barranquilla.Esta figura tallada en madera, que dataría del siglo XVIII y habría sido traída por los españoles, fue sometida a un proceso de restauración que habría cambiado significativamente las facciones de los rostros del santo y del niño Jesus que lo acompaña. Es un caso que guarda algún parecido con el del ‘Ecce Homo’ de Borja (España), donde pese a la buena intención, el resultado fue, por lo menos, controvertido. Puede leer: La abuelita de 80 años que se las dio de "restauradora"Mientras tanto hay hermetismo por parte del párroco a cargo de este templo y de la junta que habría encargado hace un mes las reparaciones a alguien de quien no se sabe su identidad. Juan Camilo Duque, un joven restaurador autodidacta, con 13 años de experiencia, fue quien denunció el caso y señaló que la decisión de hacer el trabajo no fue consultada con la comunidad, que solo fue informada cuando la ausencia se hizo evidente.“Son restauraciones que al hacerlas mal perjudican totalmente a la imagen. En este caso el trabajo debía hacerse con la técnica de policromado al óleo y lo que se hizo fue pintar con acrílicos, que son más económicos, pero dañan. Al ser literalmente un plástico, comienzan a pegarse tanto que, en el momento de querer retirarlo pueden remover fragmentos de la madera original”, manifestó en diálogo con SEMANA. Según su concepto, volver a restaurar la obra, dependiendo de los daños, puede costar entre 10 y 20 millones de pesos.Pero eso no es todo. La centenaria talla fue atacada por el xilófagos (comején o termitas) y esa fue la principal razón para restaurarla. Lo que nos sabe, ahora que fue entregada, es si fue debidamente tratada. “El comején en una imagen de madera va a hacer todo lo posible para acabarla. Alguien especializado sabe que, antes de restaurar, hay que hacer un análisis de la pieza con rayos X para establecer daños estructurales” advierte Duque, para luego inmunizarla y evitar que la plaga se coma el interior de la madera.En la mañana de este viernes se celebró reunión entre varios feligreses y la Secretaría de Cultura municipal otro tema que les preocupó fueron las facciones de los rostros de la figuras, cuyas cejas y boca fueron delineadas al punto de parecer femeninas. Uno de los asistentes, el periodista y exsecretario de Cultura de Soledad, Giovanni Montero, dijo a este medio que “la persona que intervino la imagen, a quien no califico de restaurador, prácticamente deformó las facciones originales del santo”.

De fondo hay algo más espinoso. Si hay algo por lo que se burlan varios barranquilleros de los habitantes de Soledad -erradamente y en medio del machismo que aún predomina en la región- es por ser hogar de una gran comunidad Lgbti, por lo que el episodio se ha prestado para chistes de mal gusto. Incluso, desde antes de la restauración, los comentarios pasaban por la supuesta estampa afeminada del santo, aunque quizá sería más bien andrógina al igual que muchas otras de la iconografía cristiana. Para el periodista, que divulgó la denuncia en sus redes sociales, lo determinante era “la mirada de ternura del santo al niño. Eso se perdió”.Montero, descartando de plano cualquier asomo de discriminación, dice que los fieles buscan que este ícono religioso y con un alto contenido simbólico para el municipio, deje de ser centro de burlas. “Para nosotros San Antonio es un referente, como lo es la butifarra, el merecumbé y la cumbia, con los que Soledad ha logrado una vigorosa identidad cultural propia en Colombia y en el mundo”, asevera. No en vano las fiestas de Soledad son el 13 de junio, fecha en la que se conmemora la muerte del santo.De hecho, el santo hace parte de la tradición oral de los soledeños, que buscan su intercesión para conseguir milagros. La tradición dice que las mujeres en búsqueda de pareja ponen de cabeza la imagen y piden por hallarla. “Antaño -cuenta Montero, sobre la historia traída por los españoles- las mujeres cuando cumplían más de 35 años, se les consideraba solteronas. Una de ellas le hizo la novena a una imagen de madera de San Antonio, pasaban los días y no ocurría el milagro. Por ello, optó por ponerlo de cabeza, pero nada ocurrió. Al final, aburrida, decide lanzarla por la ventana, con tal suerte que golpea a un marinero en el rostro. Él se devuelve y toca la puerta de la casa e inicia una historia de amor que termina en matrimonio”.Tras la reunión se acordó que se pedirá una nueva intervención de la figura, que no había abandonado tanto tiempo el altar central en sus 150 años de presencia. Este San Antonio, si bien no ha sido declarado patrimonio, hace parte del templo, que sí les monumento y que fue recientemente restaurado. También se elevarán solicitud al Ministerio de Cultura para establecer pueden lograr ayuda para intervenir este elemento histórico. Por ahora, San Antonio trae a Soledad de cabeza.