Rubiela Tejada Posada está parada sobre una montaña de 22.000 metros cúbicos de tierra, allí mismo donde pudo haber quedado el cadáver de su hijo John.Pero esa es una conjetura que, a decir verdad, no tiene sustento. No ha habido un solo exparamilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que se haya hecho cargo de la desaparición de John, a quien se llevaron de la sala de su casa a la edad de 17 años, más exactamente el 29 de agosto del 2001. “Nadie da razón, pero bueno, yo sigo aquí esperando”, dice Rubiela hecha un manojo de lágrimas. Las excavaciones para desenterrar más de 90 muertos que los paras ocultaron en una montaña de escombros y arena, en la Comuna 13 de Medellín, comenzaron en medio de enormes incertidumbres. “Puede que encontremos restos, como puede que no”, dice Gustavo Duque, el fiscal que tal vez más exhumaciones ha llevado a cabo en el país. Nadie como él para asegurarse de no crear falsas expectativas. Pero nadie como él para comprometerse a dejar hasta la última gota de sudor en las excavaciones.La tarea comenzará en un sector conocido como Polígono 1, una zona que fue señalada por el exparamilitar Juan Carlos Villada, ‘Móvil 8’, en la que durante 14 años hubo movimientos de tierra. En tres sectores, pertenecientes a una cantera de arena, se supone que fueron inhumadas unas 50 personas, según la versión de ‘Móvil 8’.Pero la dimensión de lo que ocurrió en la Comuna 13 a inicios de la década del 2000 es aún más vasta. Una de las preocupaciones de algunas de las víctimas es que la tarea de buscar restos comenzó en la arenera y no en La Escombrera, un cerro que se divisa justo en frente de donde se iniciaron los trabajos.En toda la comuna, la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín logró dar fe de 313 desaparecidos del Bloque Cacique Nutibara. De ellos, 44 pudieron haber sido enterrados en sitios cercanos a la primera excavación. Pero si se mira alrededor, el número puede aumentar a 90. Otros dicen que a más de cien. La tarea de excavación, que estará a cargo de la Fiscalía de Justicia Transicional, se ejecutará inicialmente con maquinaria pesada. No hay otra opción. De aquí a diciembre se terminará una primera etapa, en la que se invertirán casi 1.000 millones de pesos, plata que aportará mayoritariamente la Alcaldía de Medellín.Que este proceso haya iniciado es posible gracias a un fallo del Tribunal Superior de Medellín, que en el 2013 obligó a la Alcaldía a adelantar todas las medidas necesarias para suspender el arrojo de escombros en el sector. También le ordenó adoptar mecanismos de búsqueda y protección de los desaparecidos.Pero que los encuentren no será tan sencillo. En la Escombrera se unen ahora mismo dos factores tan poderosos como opuestos. El primero es la fe de quienes se aferran a un milagro, como Rubiela 14 años después de no recibir ni una sola pista del paradero de su hijo. Pero el otro factor es la realidad que significan toneladas y toneladas de tierra y escombros allí donde los paramilitares se aseguraron de que no encontraran a los muertos.Desaparecidos y conflictoLa cifra total de posibles desaparecidos como consecuencia del conflicto armado que se maneja en Colombia es de más de 50.000 personas. De esa cifra, la Fiscalía General tiene en este momento más de 20.000 investigaciones y procesos en el país.A este número se llegó con la ayuda de declaraciones de victimarios, especialmente desmovilizados del bloque Cacique Nutibara, en el proceso de Justicia y Paz, según reveló este lunes el fiscal general, Luis Eduardo Montealegre.En referencia a los operativos que se adelantan en el sector de la escombrera en Medellín, se pudo establecer que en esta zona se podrían encontrar muchos de los desaparecidos de la violencia que tocó la comuna 13 de Medellín, que estuvo controlada por grupos guerrilleros.Según el ente acusador, se calcula que la Escombrera puede ser una de las fosas más grandes del mundo y por esta razón se convierte en uno de los capítulos más importantes de la desaparición forzada en Colombia.