Como cada 9 de abril, los congresistas colombianos tienen la responsabilidad de escuchar a las víctimas del conflicto. Era la cuarta vez que senadores y representabas cedían el protagonismo en el capitolio a los voceros de las víctimas, pero la de este 2016 era particular, como la fecha caía un sábado, la historia del ausentismo volvió a repetirse. Aunque la sesión estaba citada para las nueve de la mañana, a las 9:34 se abrió el registro y con la presencia de 55 representantes y un nùmero indeterminado de senadores, el tablero electrònico solo registraba la asistencia en la Càmara de Representantes. En el Senado el registro era manual y no era publicado en lìnea. El Salón Elíptico, se veía con las sillas colmadas, pues las víctimas compartían curul con los congresistas asistentes.Fueron más de veinte voceros de organizaciones de víctimas los que pudieron intervenir. A cada uno se le daba la palabra por cinco minutos, y así uno a uno desfilaban por el atril y aprovecharon la oportunidad para decirles a los congresistas las amenazas de las que han sido blanco por su condición, los problemas para acceder a los beneficios de la ley de víctimas, o simplemente a pedirles a los representantes del pueblo que los escuchen, y que no los olviden.La sesión era transmitida por televisión, probablemente quien se haya detenido a verla solo escucharía las intervenciones de las víctimas. Podrían creer que los congresistas los escuchaban con atención, pero las cámaras no registraban lo que realmente ocurría en simultanea mientras las víctimas intervenían.Muchos congresistas aprovecharon este sábado para ocuparse de conversaciones pendientes con sus colegas, o simplemente para atender otros asuntos. Y lo hacían muchas veces dando la espalda a quienes leían los escritos que habían preparado para intervenir con seriedad ante el Congreso.Una mujer lloraba porque no tenía la respuesta a su hijo, que cada noche le preguntaba si su padre iba a venir a la casa. Entre lágrimas pedía que no olvidaran a las viudas y a los huérfanos, mientras tanto Roy Barreras, Musa Besaile y el Ñoño Elías tenían un animado corrillo en sus curules.El diccionario de la Real Academia de la Lengua define la palabra guirigay como “gritería y confusión que resulta cuando varios hablan a la vez o cantan desordenadamente”. Pues así, un guirigay, llegó a ser esta sesión para “escuchar” a las víctimas.Detrás de las sillas del presidente del Congreso, el ministro del Interior Juan Fernando Cristo sostenía una larga conversación con el senador Juan Carlos Restrepo, mientras intervinieron por lo menos cinco víctimas. En una columna, a Evert Bustamante se le escaparon algunas carcajadas con las dos personas que lo acompañaban. Juan Manuel Corzo aprovechó un momento para agarrar su libreta y su teléfono, despedirse de sus compañeros, y buscar la puerta de salida, y por el pasillo desfilaba Gloria Gaitán, con una foto de su padre, Jorge Eliécer Gaitán, pidiendo hablar en el Congreso. Ese ambiente es habitual. Así, entre congresistas que entran y salen, hablan con el del lado, van y vienen, se aprueban las leyes en el país.Un hombre discapacitado que subió con dificultad al atril para hacer su intervención. Confesó que tenía la ilusión de que el Congreso, en un acto de no repetición, esta vez los escuchara: “cuando van a los pueblos a buscar votos los escuchamos con amabilidad, lo mínimo es que guarden silencio”.A las 10:45, Luis Fernando Velasco se conmovió y tuvo que llamar la atención de los congresistas, en público pidió a Roy y los Ñoños que acabaran el corrillo, y al subsecretario del Senado que volviera a ocupar el lugar que le corresponde, en lugar de estar hablando con el representante Constatino Rodríguez.A esa hora el registro señalaba la presencia de 108 representantes. No había registro electrónico de la asistencia de los senadores. En ese momento Gloria Gaitán tuvo su turno y prometió escandalizar al país, y tras echarle puyas al gobierno de Mariano Ospina Pérez, pidió una ley de honores para Jorge Eliécer Gaitán, que minutos después Roy Barreras se comprometió a presentar en las próximas horasA las 11:30, cuando terminaron de intervenir las víctimas, 114 representantes se habìan registrado No se puede saber si se quedaron o no. La sesión del día de las víctimas terminó con la intervención de los partidos políticos. Álvaro Uribe habló por el Centro Democrático, Sofía Gaviria y Clara Rojas por los liberales, Alirio Uribe e Iván Cepeda por el Polo, Ángela Robledo por los Verdes, Carlos Galán por Cambio Radical, entre otros. Así se desarrolló la cuarta sesión plenaria en homenaje a las víctimas. Un guirigay.