Elsy Marina Pérez se le acercó al viceministro de Justicia Juan Francisco Espinosa para hablarle de frente. Pensó que no tendría otra oportunidad como esa que estaba ocurriendo este miércoles en un patio de la cárcel en Buen Pastor. Con la voz entrecortada, le dijo que muchas de las reclusas que están en ese centro carcelario se han hundido en la depresión más profunda, otras han agonizado de dolores crónicos y varias han muerto en el encierro. "Lo que le quiero decir es que nosotras tendremos la oportunidad de recibir esta terapia con los perritos, pero muchas compañeras quisieran estar aquí con nosotras", le dijo. El Inpec y la Fundación Acción Interna -dirigida por Johana Bahamón- se aliaron para una vez más implementar un proceso de rehabilitación que impida la reincidencia en los reclusos que beneficia. Los caniles, las casetas pequeñas donde habitarán los perros, ya están construidas. Y un grupo selecto de mujeres internas de la cárcel podrá gozar de este proyecto.  "Este tipo de terapia se ha implementado en muchas cárceles, pero en lo que consideramos que somos pioneros es que estos perritos son adoptados, por lo que también es una oportunidad para ellos", dijo Bahamón.  El objetivo -que ha tenido resultados concretos en otras cárceles del mundo- es que las internas se logren involucrar con los perros en sus actividades diarias y logren además tener un momento a solas. Uno de los agentes del Inpec ha visto en otras cárceles que los secretos más profundos de los reclusos son escuchados muchas veces por sus compañeros de cuatro patas. "Es una forma de ellos para sanar al lado de un animalito", contó.