En las últimas semanas David Murcia Guzmán, el hombre que fundó y popularizó DMG, decidió volver a hablar para reclamar la vulneración de sus derechos humanos. Desde la cárcel de La Tramacúa, en Valledupar, Murcia ha manifestado que se le han pisoteado sus garantías procesales puesto que él ya cumplió su pena en los Estados Unidos por cargos de lavado de activos.
Ahora, reapareció para anunciar que participará en el proceso de liquidación de DMG Grupo Holding. Sin embargo, desde el principio tomó una decisión que generó una gran polémica al recusar a la jueza que lleva el complejo caso, “recientemente designada por el superintendente de sociedades, Billy Escobar Pérez, la cual tiene como fundamento una denuncia penal presentada por Santiago Morales Sáenz en su contra en el marco de otro proceso judicial”.
El apoderado de Murcia Guzmán sostiene que la participación del creador de DMG en este proceso de liquidación “permitirá tener mayor claridad sobre el inventario de la masa de activos registrados por la actual liquidadora del proceso, María Mercedes Perry Ferreira, y validado por varios jueces que han conocido del mismo”.
En la actualidad, David Murcia Guzmán, creador de la captadora de dinero DMG, cumple una condena de 30 años y ocho meses de prisión, por los delitos de lavado de activos agravado y captación masiva y habitual de dinero.
Considera que el estrés, el trauma por pasar un extenso proceso y una mala asesoría jurídica lo llevaron a aceptar cargos ante las autoridades de los Estados Unidos. “Estoy cansado de tanta violación de derechos humanos, tanta violación a mi nombre, tanto odio que se ha generado alrededor de mi caso”.
DMG no tiene víctimas
Recientemente, desde la temida cárcel de La Tramacúa, en Valledupar, Murcia Guzmán, defendió las acciones que realizó DMG Grupo Holding S.A. durante su existencia, asegurando que jamás se cometieron acciones ilegales como el llamado de activos. “DMG era una comercializadora con sistema de tarjeta prepagada”, señaló en entrevista con Caracol Radio.
Murcia Guzmán no entiende por qué después de pagar su condena en Estados Unidos por delitos relacionados con el lavado de activos, fue deportado y privado nuevamente de su libertad en Colombia. “Se me están violando mis derechos porque la Constitución dice claramente que nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos, pero en mí caso ya van cinco condenas por los mismos hechos”.
Considera que el estrés, el trauma por pasar un extenso proceso y una mala asesoría jurídica lo llevó a aceptar cargos ante las autoridades de los Estados Unidos. “Estoy cansado de tanta violación de derechos humanos, tanta violación a mí nombre, tanto odio que se ha generado alrededor de mi caso”.
Murcia Guzmán, quien fue procesado como representante del grupo DMG, señaló que la persecución política en su contra se ha extendido, prueba de esto es que fue trasladado a una cárcel de máxima de seguridad de Valledupar bajo unas condiciones extremas, pese a que siempre ha mostrado buena conducta y cumplimiento de las normas.
En medio de la entrevista con la periodista Vanessa de la Torre, Murcia Guzmán prefirió no responder preguntas sobre la afectación de miles de personas que perdieron los ahorros que invirtieron sus ahorros. Simulando el discurso que tuvo después de su condena en 2009, el creador de DMG señaló que fue por la interventoría del Estado que los inversionistas se quedaron sin el dinero.
“No tuve una denuncia por estafa, las víctimas se crean después de la intervención del Estado (…) cuando estaba en libertad nadie salió perjudicada”. En la entrevista, sostuvo que ni en el proceso que adelantó la Superintendencia Financiera ni las autoridades judiciales (juzgado especializado, Tribunal y Corte Suprema de Justicia) se determinó que DMG incurriera en “captación ilegal de dinero”.
Reseñó que no existe, después de 15 años de la intervención de DMG, una denuncia en su contra por estafa o robo. Cuando fue capturado y se ordenó la liquidación de la empresa siempre estuvo dispuesto a colaborar con el Estado, pero jamás fue atendido ni escuchado para la devolución del dinero. “Podemos estar llenos de testimonios de los beneficios que recibieron muchos colombianos”.
“David Murcia Guzmán no cerró las empresas porque quiso, ni cogió todo el dinero y se fue para otro país. (…) Fue después que el Estado intervino, me ató de pies y manos, y yo con toda la disposición del caso para que no pasara eso, para que no resultaran perjudicados”, precisó.
DMG –advirtió- no estaba ni en crisis económica ni con falta de liquidez como se señaló. “En DMG quitaron todo a la mala, cerraron las empresas, ni siquiera hicieron un proceso como en Drogas La Rebaja, que simplemente fue cambio de administración, pero siga funcionando. (…) Pero acá cerraron todas las empresas de DMG deteriorando el patrimonio de las personas”.
Finalmente, cuestionó el papel de la interventora María Mercedes Perry, quien, según él, ha sido la única que se ha enriquecido con los bienes que dejó DMG, dándoles la espalda a los inversionistas que hoy reclaman su dinero.