El coronel Carlos Feria, jefe de protección presidencial, se mostró dispuesto este sábado a comparecer ante las autoridades judiciales en los próximos días con el fin de dar respuestas sobre el polígrafo practicado a Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia, exjefe de gabinete del Gobierno Petro, y las polémicas chuzadas a las comunicaciones de esa mujer y también de la trabajadora doméstica Fabiola Perea.
En un comunicado emitido por su defensa, en cabeza del abogado penalista Marlon Fernando Díaz Ortega, Feria dijo que tiene “completa disposición para aclarar cualquier hecho que se considere jurídicamente relevante”.
La historia del coronel Carlos Feria Buitrago, jefe de protección presidencial, en la mira por el polígrafo y las chuzadas a Marelbys Meza
Un hombre humilde, juicioso y muy disciplinado fue la descripción que realizaron varios policías que conocen al coronel Carlos Feria Buitrago, jefe de protección presidencial y hombre de confianza del presidente Gustavo Petro, desde que era alcalde de Bogotá, hace casi una década. Su nombre tomó relevancia los últimos días luego del escándalo que involucró a la hasta hace poco jefa de gabinete presidencial, Laura Sarabia, por la cuestionada prueba de polígrafo a la que fue sometida su exniñera, Marelbys Meza.
El hecho se convirtió en un escándalo de marca mayor cuando el fiscal general, Francisco Barbosa, denunció que Meza, además, fue víctima de chuzadas ilegales a su celular en medio de la investigación no oficial por la pérdida de una considerable suma de dinero de la casa de Sarabia.
Feria es el todopoderoso de la seguridad presidencial, nada alrededor del mandatario se mueve sin su orden o aprobación. La confianza con el presidente Petro es de tal nivel que su cargo, destinado habitualmente para policías con rango de general, esta vez tuvo la excepción de ser asumido por un coronel.
SEMANA consultó con varias fuentes de la Policía e indicaron que la esfera del coronel Feria, al ser el jefe de la Casa Militar, es de resorte directamente del palacio presidencial, y sus movimientos o decisiones dependen directamente del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre).
Sobre la trayectoria del oficial Feria, es bien sabido que desde capitán se profesionalizó en la protección de personalidades, y no es para menos, pues se ha encargado por años de la custodia del presidente Petro, uno de los hombres más protegidos del país.
También es experto en inteligencia, una cualidad que hoy lo tiene en el ojo del huracán por las graves denuncias alrededor de la seguridad de la esfera presidencial y el supuesto uso del aparato investigativo del Estado en este caso, en el que hay un debate de si se trató de un robo doméstico o un asunto de seguridad nacional.
“Desde capitán, siempre me dio muestras de ser un respetuoso de las normas, procedimientos y siempre pensando en que cada actuación esté dentro de los códigos de ética”, le dijo a SEMANA el director de la Policía, el general William Salamanca. Y fue Salamanca quien hace unos 15 años encargó al entonces capitán Feria del cuidado de varios congresistas en el país y luego, como alcalde, de Gustavo Petro. }
A la pregunta sobre por qué tanta confianza del presidente Petro con Feria, el director de la Policía no dudó en señalar que se debe a la actividad propia de un policía experto en su oficio. “Así como hay policías que llevan 12 y 15 años en investigación criminal, el coronel Carlos Feria es un hombre experto en protección”.
En la Alcaldía, el oficial Feria no descuidaba ni un solo detalle o movimiento del alcalde Petro ni de su familia. La misión era que a ninguno les faltara ni les pasara nada y así lo cumplió, lo que le valió para ganarse la confianza del desconfiado Petro.
Los caminos de Feria y Petro fueron distintos. El oficial ocupó cargos como comandante en Chía, Ubaté y Buga, en el Valle del Cauca, hasta que en febrero de 2022, con la campaña presidencial al rojo vivo y con Petro como uno de los candidatos más fuertes, este pidió que su jefe de seguridad fuera su viejo amigo, el ahora coronel Carlos Feria. Nuevamente, el oficial se convirtió en su escudero.
El poder de Feria
En su misión de cuidar al presidente, el jefe de seguridad cuenta con acceso a información privilegiada de todas las agencias del Estado: Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), Dirección de Investigación Criminal (Dijín) y Dirección de Inteligencia de la Policía, entre otras. Según fuentes judiciales, por temas de seguridad nacional y presidencial, Feria tiene acceso a las poco conocidas oficinas anticipativas, desde donde se manejan protocolos de seguridad para el presidente, rastreo de comunicaciones, operaciones de registro e, incluso, de forma habitual inspeccionan los lugares en donde permanece el mandatario en búsqueda de elementos de riesgo, como micrófonos.
Desde esta oficina de anticipación se pueden realizar registros, bloqueos de señales, revisión de celulares, pruebas de polígrafos a personas que ocuparán cargos de confianza o que estarán en el círculo presidencial. También, revisión de cámaras de seguridad, trabajos de inteligencia y contrainteligencia a los policías que forman parte de la seguridad presidencial. Uniformados que han estado adscritos a ella la describen como “el ojo de Dios”, pues se puede obtener cualquier información en tiempo récord.
Feria tendría línea directa también con las Comisiones Investigativas contra el Crimen Organizado (Cicor), ubicadas en diferentes regiones. Una de ellas tiene como misión ocuparse de la “burbuja”, para referirse al Clan del Golfo, la principal estructura narcotraficante del país. Es ahí cuando los reflectores empiezan a apuntar al coronel Feria.
El fiscal general reveló que el teléfono de Meza había sido interceptado por la Policía al parecer de manera ilegal, señalándola a ella y a otra empleada que ayudaba con las labores domésticas en la casa de Sarabia, llamada Fabiola, como presuntas integrantes de la estructura criminal.
Recibieron los alias de la Niñera y la Madrina y empezaron las escuchas ilegales, pese a que, presuntamente, no tenían nada que ver con la estructura al margen de la ley. Justificaron la interceptación porque una fuente humana de altísima credibilidad había involucrado a las dos mujeres, pero nunca efectuaron un rastreo investigativo, pues las exempleadas de Sarabia jamás habían aparecido en un organigrama judicial del Clan del Golfo. Sobre todo este poder “del ojo de Dios” tiene acceso –según fuentes del palacio presidencial– el coronel Carlos Feria, quien, gracias a esta información que llega a sus manos, conoce hasta el más mínimo movimiento de cabello de algún funcionario presidencial y su entorno más cercano.
Fuentes judiciales aseguraron también que el coronel Feria ha atendido personalmente todas las diligencias de la Fiscalía en la investigación que abrió para determinar quién ordenó someter, sin una orden judicial, a Meza a la prueba del polígrafo, y también quién pidió que fueran interceptados los teléfonos de las empleadas de Laura Sarabia.
Aunque sobre el coronel Carlos Feria no hay tacha alguna como lo dice su jefe, el general Salamanca, SEMANA estableció que la hermana del coronel Feria es la esposa del coronel Carlos Alberto Martínez Rodríguez, llamado a calificar servicios el 15 de julio de 2022. Al coronel Martínez Rodríguez, cuatro meses después de su salida de la institución, el 20 de noviembre de 2022, la Procuraduría le profirió pliego de cargos por la presunta construcción de productos de inteligencia y contrainteligencia con falsedad ideológica y descontextualización de la información recolectada cuando era jefe del área de contrainteligencia de la Dirección de Inteligencia de la Policía en el periodo 2019-2020.
El Ministerio Público señaló que Martínez Rodríguez habría omitido la solicitud de trabajo para recolectar, analizar y divulgar información de contrainteligencia, hecho que calificó como una falta gravísima. El hoy escudero del presidente Petro, el todopoderoso coronel Carlos Feria, cuya hoja de vida registra más de 31 condecoraciones y más de cinco medallas como oficial destacado, se encuentra en el radar de las autoridades en medio de esta trama política y judicial. La Fiscalía busca al funcionario que se habría extralimitado en sus funciones al someter a una humilde trabajadora al poder de la inteligencia estatal.