El Club El Nogal es totalmente responsable de la muerte del empresario mexicano Luis Fernando Campos Yanelli, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en la habitación 23 en la mañana del 27 de agosto de 2014. Así de tajante es la conclusión a la que llegó el Juzgado 28 Civil de Bogotá, que ratificó la condena en contra del exclusivo club, ubicado en el nororiente de la capital colombiana.
En el fallo, conocido en exclusiva por SEMANA, rechazaron los argumentos de El Nogal, que buscaban negar cualquier responsabilidad civil cuestionando a los peritos y expertos que declararon, así como las conclusiones del primer fallo emitido en septiembre de 2020.
En la decisión, de 32 páginas, se citan informes, actas, fotografías y testimonios que demuestran que las directivas del club se alejaron del principio de protección para sus huéspedes y realizaron una obra que causó un escape de gas, que llegó directamente a la habitación 23, ubicada en el piso 11, donde se encontraba hospedado el mexicano Campos Yanelli.
“Estando en su habitación, intentando descansar por el malestar que sentía, el empresario (...) inhaló una cantidad de gas cinco veces superior a la que puede tolerar un ser humano”. Esto, pese a la posición del Club, no es una exageración, sino un dato certificado por peritos.
En síntesis, el empresario estaba durmiendo sobre el escape, respirando de manera directa todo lo que de este salía. Días antes, Campos había presentado mareos, dolores de cabeza, debilidad y alteraciones de la conciencia. Los mismos síntomas que sufrió, en la madrugada del 28 de agosto, Felipe Sánchez Treviño, su socio, quien había ido hasta urgencias tras desmayarse dos veces dentro de su habitación.
El Club apeló la decisión con el argumento de que las calderas estaban vigiladas por personal especializado las 24 horas del día debido al riesgo que implicaba mantenerlas prendidas a una temperatura que oscila entre los 200 y 350 grados. Lo cierto es que la misma evidencia aportada por la defensa permite establecer que las máquinas carecían de supervisión. La tragedia estaba anunciada.
De hecho, entre el 25 de julio y el 22 de agosto no se realizó un mantenimiento preventivo a las calderas. Es decir, 30 días pasaron hasta que ocurrió la tragedia. “Se llevaron a cabo mediciones de gases en las instalaciones, que arrojaron resultados de altísima concentración de monóxido de carbono, letales para el ser humano en exposición continua”, según el fallo.
El Nogal, al parecer, siguió dejando todo al azar. Solo hasta noviembre, tres meses después, se firmó el contrato para el mantenimiento correctivo de la chimenea ubicada sobre la terraza. “Se esclarece la existencia de un nexo causal entre la fuga de monóxido de carbono provocada por la perforación de canal de la chimenea, como secuela de la acumulación de gases provocada por la irregular manipulación del ducto, y la suspensión barométrica, con la muerte por intoxicación del señor Luis Fernando Campos Yannelli por la inhalación de aquel material”, es la conclusión.
Mientras que la justicia civil ya ha golpeado tres veces, el caso en los juzgados penales contra el entonces gerente de El Nogal, Luis Fernando Vargas, y dos empleados del Club avanza a paso de tortuga y en dos oportunidades se ha aplazado la audiencia de imputación de cargos. El caso prescribirá en agosto. Por ahora, El Nogal tendrá que pagar 113 millones de pesos por el fallo civil, pero lo importante, de fondo, es que se definió la responsabilidad, y la decisión, en este caso, no deja dudas.