Actualmente, en poder del ELN hay 32 secuestrados, según información de inteligencia. Uno de ellos es Fabián Camilo Arias, de 34 años, padre de un niño de 9 y una bebé de apenas 4 meses de nacida. Sus familiares se consideran víctimas anónimas, y el secuestro y liberación de don Luis Manuel Díaz, papá del futbolista de la selección Colombia Lucho Díaz, lo ratifica. Sin embargo, saben que este hecho también provocó que el país pusiera sus ojos y reclamara al unísono el fin de este delito; sus súplicas por libertad se empiezan a escuchar.

“Yo en estos momentos me siento triste. Alegre por la liberación del papá de Luis Díaz, muy alegre, pero triste porque creo que toca ser un artista o alguien muy importante para que nos presten atención como se la prestaron a él”, le dijo a SEMANA Jorge Arias, padre de Fabián. En redes sociales, la esposa de Fabián, Ana Milena de la Peña Durán, puso un conmovedor mensaje junto a la foto de su pequeña hija: “Mi bebé de cuatro meses y yo también te esperamos en casa papá. 38 días sin ti”, una súplica en redes sociales que parece grito en el desierto.

“El llamado es que el Gobierno nacional, ya que está en negociaciones con varios grupos armados, por favor, nos ayude. Así como estoy yo, hay otras familias en Ocaña. Por favor, así como actuaron y pidieron la liberación del papá del jugador Luis Díaz, lo hagan también con nosotros. Nosotros somos seres humanos igualitos todos, todos nos vamos por el mismo hueco, merecemos lo mismo”, agregó Javier Arias.

El ELN ha fortalecido la pra´ctica de los secuestros.

Fabián Arias es administrador de empresas, trabaja en la empresa familiar dedicada al suministro de implementos hospitalarios, vive en Bucaramanga y fue secuestrado el pasado 2 de octubre, a las 8:30 de la noche, en Ocaña, Norte de Santander, cuando fue a visitar a sus padres.

“Nosotros hemos estado mirando cámaras. Un vehículo llega desde el mediodía, se cuadra a la vuelta de la casa. Fabián deja la camioneta un poquito más atrás de la puerta principal de la casa de la mamá y sale a esa hora, a las ocho y media de la noche, a correr la camioneta, a dejarla en todo el frente de la puerta de la casa. Ahí tres sujetos se bajan de un vehículo azul y lo abordan. Se montan dos en la camioneta con él y otros se van en el otro carro”, cuenta Jorge, recordando el último día que compartió con su hijo.

Ya se cumplieron 40 días desde su secuestro y no hay rastro tampoco de la camioneta en la que fue raptado. Todo indica que permanece en poder del ELN.

Fabián Arias lleva 40 días secuestrado. Es padre de una niña de solo 4 meses y de un niño de 9 años. Su familia lo espera.

“Conmigo no se han comunicado y no tengo conocimiento de nada. El conocimiento lo tiene el señor Danilo Rueda (alto comisionado para la paz) y los lugareños de la zona entre El Tarra y San Calixto.

El señor Danilo Rueda me dice que lo tiene el grupo ELN, eso es lo único que me ha dicho”, agregó Jorge, quien también comenta que meses antes del secuestro de su hijo recibió llamadas extorsivas de sujetos que se identificaron como miembros de ese grupo guerrillero.

“La camioneta tampoco aparece. ¿Por qué le hago referencia a la camioneta? Porque en Ocaña hay grupos delincuenciales haciendo muchos secuestros exprés, pero a los días los sueltan. Para hacer esta clase de secuestro, que no aparezca la camioneta, deduzco que es un grupo especializado, un grupo que viene años perpetrando estos delitos”, agregó.“

¿Qué garantía tenemos si el Gobierno no nos da ninguna? Hay total falta de seriedad de parte de estos grupos que están sentados en una mesa negociando la paz y no ponen un granito de arena. Ellos saben que el secuestro es un crimen atroz, no se imagina usted lo que es vivir esta angustia. Privar a las personas de la libertad por motivos económicos es algo inhumano”, puntualizó Jorge.

Los criminales no tienen escrúpulos ni límites, no les importa ni siquiera la edad de los secuestrados. Ese mismo drama lo padece la familia de Sanín Mena, de 87 años. Este adulto mayor lleva ya casi seis meses secuestrado por hombres armados que llegaron hasta su finca en el sur del Cesar, entre los corregimientos de Montecitos y Los Ángeles.

Don Sanín Mena y su familia han sido víctimas del secuestro varias veces. Él lleva en cautiverio seis meses, ya había sido plagiado, al igual que uno de sus hijos.

Su hija Zita Mena, agobiada, habló con SEMANA y, además de la edad de su padre, la gravedad que significa estar en cautiverio, manifiesta su preocupación por no tener ninguna noticia: “Desde ese momento nosotros no tenemos ninguna razón de papá, ningún conocimiento de dónde se encuentra. Mi papá es egresado de la Universidad Javeriana, es abogado y toda la vida se dedicó al trabajo de la finca y a estar cerca de su familia, por eso, siempre ha estado acá en Ocaña”.

“Es un hombre sencillo, demasiado sencillo, trabajador e incansablemente funcional. Una persona que a sus 87 años madruga para ir a trabajar porque se siente en la capacidad de poder seguir haciendo las cosas”, contó Zita Mena.Esta no es la primera vez que la familia Mena sufre en carne propia el flagelo del secuestro. Por eso, presumen que el plagio de su padre tiene fines extorsivos.

“Mi papá ha sido secuestrado en anteriores oportunidades. Hacia el año 86, por diferentes actores del conflicto armado que se presentaban en la región, y pues había exigencia de dinero. Hace cuatro años y medio un hermano menor fue secuestrado y también hubo exigencia económica. No se sabe, entonces, qué grupo es, no hay claridad frente a eso”, señala Zita.

“Nosotros pedimos respeto por la vida de nuestro padre y el restablecimiento de ese derecho de libertad del que nunca nadie debe ser privado. Que nos digan dónde está papá, qué es lo que quieren con papá, que regrese a la casa. Realmente, ya los días uno los deja de contar, ya casi seis meses de un secuestro, es un dolor totalmente indescriptible”, dice Zita, quien solo se encomienda a la misericordia de Dios, pues los secuestradores no la tienen.

En La Guajira otra familia vive la misma tragedia. Roger Francisco Duarte, secretario de Hacienda del municipio de Albania, va a cumplir dos años de cautiverio. Tiene 51 años y es padre de cuatro niños, el menor tenía tan solo 3 años cuando siete hombres armados llegaron hasta su vivienda en una camioneta con matrícula venezolana y se lo llevaron.

Roger Francisco Duarte era secretario de Hacienda del municipio de Albania cuando fue secuestrado. Lleva dos años en cautiverio y en las pruebas de vida se ve demacrado.

“Hace tres meses exactamente enviaron un video de Roger, no me llegó a mí, sino a un familiar de él. Manda un saludo a su familia, a su esposa y a sus hijos, y dice que ha sido una lucha muy dura y que se hace necesario que se haga lo posible para que él pueda salir de allá. Está en una situación complicada, muy desmejorado, tiene el cabello más largo que en la foto que mandaron cuando cumplió el año”, le dijo a SEMANA Ida Piedad Brito, esposa de Roger.

“A mí me ha tocado sola todo este proceso, es muy duro, una soledad impresionante. Yo me imaginé que por el hecho de que Roger trabajaba en la Alcaldía íbamos de pronto a tener un apoyo diferente, pero ni moralmente, ni porque él es funcionario público, ni nada, eso ha sido muy extraño”, agregó Ida, lamentando que nada se haya hecho hasta ahora para buscar la liberación de su esposo.

La incertidumbre es total, la última prueba de supervivencia fue enviada hace tres meses y todavía se desconoce quiénes están tras este secuestro. Además, la exigencia económica para su liberación raya en el absurdo, los captores quieren a cambio 1.000 millones de pesos.

“Mi esposo tiene una calidad humana enorme, es muy de sus amigos, muy servicial, muy de pueblo, como somos nosotros, humildes. Yo no sé ni quién lo tiene, la verdad, y tampoco tengo ese dinero. Nosotros tenemos una parcela de 22 hectáreas y mi casa, donde yo vivo, y ahí tengo un restaurante que lo organizamos y con eso nos ayudamos. He tocado puertas, pero no he podido conseguir los recursos; es una cantidad imposible de conseguir”, lamenta Ida.

“Mi llamado es principalmente al presidente, que mire este caso y muchos más que están en silencio, que nos ayuden en el proceso, que de pronto están en lo de las negociaciones, intervengan, que no nos dejen solos, porque aquí en La Guajira pasan muchas cosas, muchísimas que de pronto a nivel nacional no se saben. Mi clamor es que nos ayuden”, insistió la esposa de Roger Francisco Duarte.

En poder del ELN, grupo con el que el Gobierno adelanta una mesa de diálogo y acordó un cese al fuego, todavía están padres, hijos y esposos secuestrados. Hoy, como en las peores épocas del conflicto, hay familias que claman por la libertad de sus seres queridos y que ruegan por no convertirse en una simple estadística. Las muestras de paz son nulas mientras los secuestrados no dejen de serlo.