El video de un Audi verde persiguiendo a toda velocidad a unos ladrones en el tradicional barrio de Normandía en Bogotá se volvió viral en las redes sociales. En las imágenes se podía ver cómo el lujoso carro terminaba embistiendo una de las motos en las cuales huía uno de los atracadores sobre un andén. El resultado, una persona muerta.
El empresario terminó respondiendo ante los tribunales. “Me encuentro en una situación crítica, en que yo soy víctima de un atraco, atentan contra mi vida; me abordan dos hombres de manera abrupta, uno de ellos me lanza una puñalada, la cual fácilmente hubiera podido terminar en mi muerte”, dijo.
Escuche al empresario hablar del robo
La versión del hombre al frente del volante no se conocía hasta este fin de semana que fue publicada en la última edición de SEMANA. Allí el empresario narró lo que vivió. Se encontraba muy cerca de su trabajo. Parqueó su carro, un Audi verde, modificado y con capacidad para acelerar de cero a 100 kilómetros por hora en cuatro segundos.
A los pocos minutos, a las 10:17 a. m., mientras el hombre estaba sentado en el garaje de una casa, cerca a donde funciona su empresa, aparecieron dos motociclistas que pasaron lentamente por el frente, campaneando, lo identificaron como su próxima víctima. Desde otra cámara se ve la misma imagen de los motoladrones que tienen azotado el sector de Normandía. Bajan la velocidad, observan a Luis y siguen su camino.
Los ladrones avanzaron por la 71B hacia la calle 49, ahí giraron a la izquierda y uno de los criminales dejó su moto parqueada para, esta vez como pato, regresar a donde estaba el empresario y atracarlo.
Hay una imagen en la que se ve claramente la maniobra del primer ladrón para evitar la persecución. La segunda moto sigue su camino e incluso saltan pedazos de la moto que alcanza a ser empujada por el vehículo. Luis corre detrás de la moto, están a muy pocos metros de la avenida Rojas, que tiene alto tráfico.
Así sucedió. Los dos atracadores se montaron en la moto, fueron hasta el lugar donde se encontraba Luis, uno de ellos se bajó del vehículo y con arma en mano gritó: “Al que se mueva le pegamos un tiro, al que se mueva le pegamos un tiro, le pegamos un tiro; el anillo, el anillo, pase el anillo, el anillo, el anillo”. Corrieron hacia la moto y emprendieron la huida. De inmediato Luis corre hacia su carro, se monta y suena de fondo el poderoso motor modificado del vehículo. Empieza la persecución.
“Me abordan abruptamente dos sujetos en motocicleta, uno de ellos se me lanza con un cuchillo, me lanza una puñalada —considero yo— a nivel de muerte, afortunadamente no terminó con mi vida en ese momento y, posteriormente, suceden los contextos que en su momento se van a aclarar”, narra Luis, el empresario que prefiere guardar su identidad por razones de seguridad.
Los peligrosos motoladrones llegan a la esquina, en la calle 49, y voltean a la izquierda. Ahí parquean una de las motos, hablan unos segundos y se montan en la otra para continuar con el atraco y se devuelven por la misma ruta. Así operan habitualmente. De forma simultánea, una cámara ubicada sobre la misma calle 49, única a los dos criminales haciendo el cambio de moto para iniciar el crimen. No saben que Luis los sigue. Las dos motos son seguidas muy de cerca.
Al fondo, en otra cámara, se ve cómo uno de los ladrones, tal como habían planeado, se baja de la moto y se sube en la otra. Inician la fuga, pero de inmediato se ve aparecer a Luis en la persecución, a toda velocidad. Está a muy pocos metros. En la persecución, a gran velocidad, pasan las dos motos y el Audi verde. El primer motoladrón hábilmente voltea a la derecha para esquivar con éxito a Luis que sigue detrás del otro criminal.
El brutal atraco generó miedo y frustración en Luis, empezó una persecución que nunca espero que tuviera este desenlace. La moto frenó antes de la avenida Rojas y el carro no alcanzó a hacer lo mismo embistiendo al ladrón que terminó en el separador.
Luis tiene una herida con cuchillo, el hombro fracturado, perdió su carro sin haberlo asegurado, y la justicia está a punto de pasarlo de víctima a víctimario. Sólo le queda hacer un llamado a la justicia: “Todo esto desencadena un escenario de miedo, de altísimo temor, yo soy una persona que ha sido expuesta en temas de riesgo, en temas de hurto, puntualmente en este caso es una tentativa literalmente de asesinato, le doy muchas gracias a Dios de haber salido con vida de esta situación; desde el momento que me abordan yo paso tres epicentros, el más fuerte, en el que fácilmente hubiera podido perder la vida, en el momento del atraco, en el momento de la colisión, y en el momento de que hubiera habido represalias del otro delincuente que se fuga, me hubiese podido generar la muerte en el lugar de los hechos, donde culmina la situación”, sostiene.