“Mi mamá pensó en suicidarse”, es la cruda frase de Diana Milena Cubillos Sánchez, hija de Doris Sánchez, quienes hoy pasan por la peor experiencia de sus vidas por culpa de la inmobiliaria Mi Remate Seinco, de propiedad de José Heliodoro Boada. Las dejaron en la calle, y no fueron las únicas. Habría más de 20 víctimas, varias de ellas con denuncia en la Fiscalía; mientras tanto, Boada se hace “el loco”.

Su tragedia, como la califica Diana, inició en julio de 2020, cuando tocaron las puertas de Seinco para vender un apartamento que tenía su madre en el barrio Santa Lucía, en Bogotá. Al principio todo fue una maravilla, José Heliodoro Boada, propietario de Seinco, de manera muy amable les ofreció sus servicios como experto en el campo de la finca raíz.

El negocio no tenía pierde. La inmobiliaria vendía el apartamento de Diana y su mamá, cobraba una comisión y todos quedaban contentos, como funcionan normalmente estas transacciones. Las semanas comenzaron a pasar, se convirtieron en meses, y el apartamento no se vendía.

Afanadas porque las deudas las estaban asfixiando, Diana se comunicó con José para saber cómo iba el negocio. El sujeto, que se había presentado como el “rey midas” de los negocios inmobiliarios, cuenta Diana, respondía con excusas, decía que nadie preguntaba por el inmueble, que su venta estaba difícil y les hizo una contrapropuesta.

Paula Soto, Héctor Beltrán, Yuly Beltrán y Doris Sánchez (de izquierda a derecha), al igual que otras víctimas de José Boada, claman a las autoridades por justicia en su caso. Aseguran que Mi Remate Seinco les destruyó la vida.

Les compraba el apartamento, que se estaba vendiendo en 130 millones de pesos, si se lo dejaban en 80 millones. No tuvieron más remedio que aceptar. Esperanzadas en que la venta sería más rápida, hicieron planes con el dinero que recibirían para salir de los aprietos económicos. Los meses pasaron y la respuesta era que ni así se había vendido.

Comenzaron a averiguar por su cuenta y lo que descubrieron fue aterrador. José Heliodoro ya había vendido el apartamento, por un monto mucho mayor al acordado, y no les había dado un peso. Mi Remate Seinco lo vendió por 110 millones de pesos, que se embolsilló. Con un aspecto que ya forma parte de la investigación y está en poder de la Fiscalía: cuenta cerca de 12 víctimas.

Diana le contó a SEMANA que no sabe cómo José Heliodoro hizo las escrituras, si en la promesa de compraventa había quedado estipulado que los mencionados papeles se harían cuando recibiera el dinero de la venta. Para la afectada, Boada trabaja en complicidad con una notaría por medio de la cual se habrían hecho las escrituras de manera fraudulenta. “Él, al momento de hacer el negocio de los 80 millones, nos dio 10 y se pactó que las escrituras se harían cuando nos diera los 70 millones restantes”, relató.

Más víctimas

Son varios casos denunciados. Paula Soto y su mamá, Blanca Medina, también acudieron a la inmobiliaria Mi Remate Seinco. Viven en Armenia, pero habían comprado un apartamento en Soacha; el propósito era que los dineros del arriendo fueran destinados a la manutención de un hermano de Paula que tiene una discapacidad mental y física. Al igual que Diana y Doris, fueron atendidas por José Heliodoro, quien, señalan, se mostró como una persona noble, comprensiva y colaborativa.

Él les explicó las supuestas bondades que tendrían si dejaban el inmueble en sus manos. La idea era que Mi Remate Seinco lo arrendara, cobrara la comisión y, con el dinero restante, costear los gastos de su familiar discapacitado. Las afectadas habían acabado de remodelar el apartamento, le habían invertido 12 millones de pesos, esperanzadas en que con los cambios sería más fácil alquilarlo.

Los afectados esperan que les devuelvan su dinero, pues lo perdieron todo.

José, de nuevo, se llenó de excusas, que por la zona era difícil arrendarlo y les propuso que se lo vendieran. Ellas, como no son de Bogotá, accedieron al negocio. Le dejaron el apartamento en 80 millones de pesos, con el compromiso de hacer las escrituras cuando recibieran el pago.

La promesa de compraventa se firmó en noviembre de 2021 y se acordó que el 7 de marzo de 2022 se haría un pago para la escrituración. Ilusionadas porque tendrían los dineros en efectivo para garantizar la manutención de su familiar discapacitado, Paula y Blanca proyectaron comprar otro inmueble en Armenia, donde se encontraban radicadas.

Pero sus planes se vinieron abajo cuando José Heliodoro Boada incumplió con la fecha del pago. Con el reclamo vinieron las mismas excusas que en casos anteriores; el inmueble no se había vendido. Le exigieron que les devolviera el apartamento, pero José Heliodoro se negó con evasivas.

Su sexto sentido les decía que había algo oscuro, Paula y su mamá emprendieron viaje a Bogotá para saber qué estaba pasando, se dirigieron al apartamento y se encontraron con que el inmueble no solo estaba ocupado, tenía nuevos dueños, quienes les dijeron que habían pagado en efectivo el apartamento a José Heliodoro Boada.

Cuentan que la única respuesta que obtenían eran palabras groseras, burlas y portazos en la cara de parte del dueño de Mi Remate Seinco. “Las víctimas desconocemos el poder que él (José Heliodoro) hace firmar en la promesa de compraventa, engaña a los dueños de los bienes para robarse la plata, es un delincuente”, afirmó Paula.

Julián Rodríguez es otra víctima y su historia es similar, pero esta vez él fue el comprador. Hace dos años, en noviembre, se puso la meta de tener su propio apartamento. Aplazó la universidad, vendió su moto, tomó dos créditos bancarios y reunió todos sus ahorros. “José Heliodoro me citó para hacerme una oferta de una vivienda, en la que yo creí”, relató.

Son varios los casos denunciados ante la Fiscalía. | Foto: Carlos Julio Martínez / SEMANA

Mi Remate Seinco le vendía un apartamento en 65 millones de pesos, pero Julián tenía que hacerle algunos arreglos. “No estaba terminado, no había cocina, no tenía puertas y los baños estaban a medio terminar”, dijo el joven, que lo perdió todo.

Con las “reglas del juego claras”, Julián accedió a comprar el apartamento a José por 65 millones con el compromiso que este último se encargaba de hacer todos los trámites y entregarle el inmueble saneado de la hipoteca.

Firmaron la promesa de compraventa. Julián le dio 50 millones de pesos de adelanto a José y los 15 restantes se los entregaría el día en que se hicieran las escrituras. Nuevamente, los meses pasaban y las escrituras no llegaban. También tuvo que investigar por su cuenta y encontró que el inmueble tenía millonarias deudas. Los servicios estaban cortados, debía más de 5 millones de pesos en administración y, lo peor, no tenía la titularidad del inmueble.

En la actualidad, Julián vive ahí, pero sabe que en cualquier momento va a ser desalojado porque la hipoteca nunca fue pagada por José y el banco va a tomar posesión de la propiedad. Mi Remate Seinco se niega a devolverle los 50 millones que dio como anticipo y lo que invirtió en los arreglos acordados.

Julián, además, recibió la llamada de la dueña del apartamento, quien le advirtió que José nunca le pagó y que se encuentra embargado por el atraso en los pagos del impuesto predial.

Tras la larga lista de denuncias por estafa, hurto, abuso de confianza, entre otros delitos que hay en la actualidad contra José Heliodoro Boada en la Fiscalía, SEMANA lo contactó. Reconoció que no tiene dinero para responderles a las víctimas, a quienes dejó en la calle al apropiarse de manera abusiva de cientos de millones de pesos, fruto de la venta de los apartamentos que fueron consignados en su inmobiliaria.

Como al parecer es su costumbre, solo dio excusas: que los dineros de la venta de los apartamentos, en el caso de Diana y Paula, los utilizó para el funcionamiento de su empresa, porque tenía problemas financieros por cuenta de la pandemia del covid y está en proceso de reorganización empresarial ante la SuperSociedades.

“En este momento estoy muy afectado de salud y estoy tomando medicamentos psiquiátricos”, fueron las evasivas respuestas de Boada a SEMANA respecto a las acusaciones que hay en su contra.

Por su parte, Paula, Diana y Julián, al igual que otras víctimas de José, esperan que la Fiscalía haga justicia y demuestre que está de parte de quienes lo perdieron todo y el caso no quede en la impunidad.