Con los ojos llorosos, la voz entrecortada y acompañada únicamente por un extraño cuadro gigante en el que aparecía Westcol, el influencer que hoy es su pareja, Aida Victoria Merlano recibió el fallo que, en segunda instancia, la condenó a 13 años y medio de prisión por haber sido pieza fundamental en la cinematográfica fuga de su madre, la excongresista Aida Merlano, quien se lanzó desde un tercer piso, mientras asistía a una cita odontológica.

SEMANA revela el expediente y las pruebas que la condenaron y que se convierte en la crónica de una fuga momentáneamente exitosa, porque la repercusión directa fue contra la joven, que en el momento de involucrarse en el delito solo tenía 19 años. Con un agravante, la alta condena, que hoy forma parte del debate, se dio por el uso o instrumentalización de su hermano para concretar la fuga; en ese momento era menor de edad.

La Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá concluyó que, desde el minuto uno, Aida Victoria participó tanto en la planeación como la puesta en marcha de ese estratégico escape. Por eso, su presencia en la mañana de ese primero de octubre de 2019 en el consultorio odontológico ubicado en la calle 106 con carrera Séptima, no fue ni casualidad y mucho menos para pasar tiempo con su madre, quien se encontraba en la cárcel de El Buen Pastor de Bogotá cumpliendo una condena por la compra de votos para las elecciones de 2018.

Las cámaras de seguridad del sector aledaño al centro médico La Sabana registraron claramente la forma como Aida Victoria entró con un maletín negro y grande, el cual contenía una soga, un arnés, guantes y una sudadera de color blanca. Todos estos elementos fueron clave para poner en marcha la huida de la excongresista barranquillera.

Otras cámaras, ubicadas en el consultorio, capturaron el momento en el que la influencer habla con su hermano, un menor de 17 años, dándole instrucciones al oído, entregándole el maletín para que este, sin llamar la atención, entrara al consultorio 306 donde estaba su madre en plena sesión de diseño de sonrisa e ingresara al baño privado. Los registros dejan ver que por lo menos en ocho oportunidades el menor ingresaba y salía, pese a que nada tenía que hacer ahí.

Aida ayudó a escapar a su mamá.

Todo eso ocurría –como alega el fallo– mientras Aida Victoria “tomaba la mejor posición y posaba de normalidad, pero expectante al desarrollo de lo que hacía su hermano e hizo su madre en el interior del consultorio para la fuga”.

La participación de Aida Victoria y de su hermano no terminó ahí. En varios registros se le ve a ella hablando por celular, al parecer coordinando con otras personas la fuga, e igualmente dándole instrucciones precisas a su hermano para que distrajera, a como diera lugar, a los guardias del Inpec que estaban esperando a Merlano para llevarla nuevamente a su centro de reclusión.

Prueba de esto fueron las declaraciones de tres dragoneantes que aseguraron que el joven, en varias oportunidades, las buscó para preguntarles sobre temas intrascendentes. Para el Tribunal, esto se hizo con el único fin que no estuvieran pendientes de lo que ocurría en el consultorio odontológico.

La fuga se dio en el odontólogo de la exsenadora.

“Estuvo manipulando su celular (...) coordinando aspectos de la fuga, al interior del módulo de odontología en la que se atendió a Merlano Rebolledo, consolidando el entorno de la fuga”, señala el fallo. El video grabado por la cámara que estaba en el consultorio registró la última conversación entre Aida Victoria y su madre.

Más allá de lo que se intentó catalogar como un tierno cruce de palabras ante una prolongada distancia, las grabaciones evidenciaron –a juicio del Tribunal– la forma en que se concretó la fuga, los consejos finales y la entrega de un elemento crucial para coordinar absolutamente todo lo que iba a pasar.

Cuando el reloj marcaba las 14:49, Aida Victoria le hizo una seña a su madre y hermano para que guardaran la calma, “luego murmuró algo al oído” de su madre. Tres minutos después “(Aida Victoria) Merlano Manzaneda –narra la sentencia– se acerca y le señala la base de una mesa, donde la fugada amarra la soga para descender, mientras esto ocurría, la acusada se sentó al frente de la puerta de ingreso con el celular y vigilaba que ningún extraño ingresara al consultorio, mientras su madre se ponía los guantes”.

Todo indica que mientras esto ocurría, Aida Victoria continuaba coordinando todo desde su teléfono celular. “Se infiere que hablaba con los demás participantes de la fuga y el transporte que permitiría a la reclusa salir del lugar rápidamente, la siguiente fase del plan”.

El magistrado Fabio David Bernal señaló que pruebas, como los videos tomados en el consultorio, dejan clara la responsabilidad de Aida Victoria Merlano en la fuga de su mamá.

Sin embargo, como suele ocurrir, el plan tuvo un atraso cuando, para sorpresa de las dos Aidas, volvió a ingresar al consultorio el odontólogo Guillermo Cely Barajas, injustamente acusado en este caso, quien solamente buscaba que la excongresista firmara un documento frente a la sesión que había finalizado. “Para evitar que viera a su madre atar la reata con la que finalmente descendería, incluso, la procesada trató de pararse en la entrada y obstaculizar que el odontólogo ingresara”.

Fueron cinco minutos angustiantes, como quedó revelado en el video. La excongresista “se notaba apresurada y angustiada” por la intromisión del plan que “estaba por consumarse”, mientras su hija solamente le hacía señas para que se calmara y no hablara. “En ese momento se les ve a los hermanos Merlano y su progenitora sumamente incómodos y afanados porque Cely Barajas no salía del consultorio, pues estaba revisando la historia clínica y organizando sus herramientas de trabajo”.

En el intercambio de gestos que dejaba entrever el dramatismo, Aida Merlano se asomó a la ventana para acto seguido indagarle a su hija “sobre el estado del plan, pues esta era quien estaba coordinando las comunicaciones de la huida”. En medio del desespero, la excongresista y su hijo intentaron por la fuerza que el odontólogo abandonara el lugar, para lo que incluso le mostraron dónde quedaba la puerta.

Cuando vieron que iban a lograr su objetivo “Merlano Manzaneda le da un beso en la mejilla a su madre y de manera sutil le entrega un celular, lo pone entre las piernas y le susurra algo al oído lo que, se infiere, fue una de las últimas indicaciones del plan criminal y las instrucciones recibidas mediante el celular”.

La participación activa de la reconocida y polémica influencer finalizó cuando tuvo conocimiento de que la fuga se había consumado. Su extraña actitud resumida en escasez de sorpresa cuando sonó la primera alerta de fuga y su rápida salida del consultorio, como también quedó registrado en los videos de las cámaras de seguridad, son muestra de ello.

“Si no estaba conectada en toda la ideación ejecución y actuación posterior con la fuga, Aida Victoria, habiendo entrado la madre del consultorio, no sale de las instalaciones después de la fuga, sino que hubiese quedado esperándola, como sería lo razonable en quien nada sabe del suceso, solo espera la salida del paciente”, reclama el fallo al analizar minuciosamente la actitud que tuvo la joven influencer.

En cortas palabras, se calificó la actitud de Aida Victoria como “totalmente persuasiva”, dejando en evidencia “la conexión intelectual” que tuvo en todo momento con el plan de fuga. “La persuasión de las pruebas y los hechos conocidos que no dejan duda son indicadoras de que Merlano Manzaneda prestó un aporte esencial en la fuga de su madre”, concluyó el Tribunal tras valorar la evidencia.

Desde ya el abogado Miguel Ángel del Río, quien defiende a Aida Victoria Merlano, anunció que presentará el recurso extra de casación ante la Corte Suprema de Justicia, no sin antes calificar el fallo conocido el pasado jueves como “injusto”. Hasta que no haya una decisión de fondo en este caso queda suspendida tanto la captura como el envío a la cárcel de la influencer.