“Me contactó por Facebook y me dijo que estaba en Medellín para que nos viéramos. Ahí me dio su número de WhatsApp, cuadramos para que yo fuera a su casa, porque yo necesitaba una plata”, este es el relato de una menor de edad, que les contó a las autoridades la manera de operar de Orión Michael Depp, un influencer financiero con 3,3 millones de seguidores en Instagram y unos 1,7 millones en X (antes Twitter).
Orión es un ciudadano estadounidense que habla italiano, portugués, español y su idioma nativo, inglés. Tiene amplio bagaje académico, pues cuenta con una maestría en el área financiera de Harvard, en donde fue compañero de la hija del expresidente Donald Trump. Su conocimiento, descrestante estilo de vida y acento extranjero le servían para ganarse la confianza de menores de edad de estratos vulnerables de Medellín y Bello, en Antioquia, según la Policía.
“Orión me envió un carro por una aplicación para que me recogiera y me llevara a su casa en Bello, en San Jacinto. Su casa era de tres pisos, en el último estaba su habitación, estaba llena de espejos, yo le dije y él sabía que tenía 16 años”, dice la víctima.
Para los encuentros sexuales con menores, en los cuales siempre mediaba dinero, el influencer de 46 años imponía sus condiciones de acuerdo con lo informado a SEMANA. Quienes acudieran a su casa no podían tener cicatrices, hijos y debían tener depilado todo el cuerpo.
“Cuando nos desvestimos me dijo que no le gustaba que tuviera vellos en las piernas ni en ninguna parte, entonces me hizo depilar, a mí eso no me gustó, me sentía incómoda, tuvimos relaciones y me pagó 250.000 pesos, luego me pidió el taxi”, dijo una de las denunciantes que tiene identificada la Policía.
La investigación contra Orión se remonta a abril pasado, cuando en una jornada de atención a menores de edad de la Policía en Antioquia, una joven decidió contarle su historia a una de las mujeres policía de la Dirección de Protección.
La menor contó que había un extranjero que estaba ofreciendo dinero para tener relaciones sexuales con niñas entre los 14 y los 17 años en Medellín, a quienes contactaba por internet. “Él manda una especie de mensaje de difusión en Facebook”, le dijo la menor a la uniformada. Con la información proporcionada por la joven, la investigadora líder le dio prioridad al caso al tratarse de posibles delitos con menores de edad.
Descubrieron los datos claves para la investigación de un caso que resultó aberrante. Orión había ingresado al país en 23 ocasiones, presuntamente para buscar jovencitas, tenía dos apartamentos en Bello y Medellín, era psicorrígido con las jóvenes, autoritario, y aunque al principio se mostraba amable, luego su trato era déspota indican los testimonios en poder de la Policía y conocidos por SEMANA. Las humillaba alardeando de su poder económico y los idiomas que hablaba, señalan las fuentes.
En diálogo con SEMANA, la investigadora líder dijo que tras ganar la confianza de las niñas, les imponía la forma de vestir, hablar y hasta cómo hacer bailes eróticos en ropa interior o desnudas.
De las declaraciones recibidas y el pronunciamiento del coronel el coronel Juan Pablo Cubides, director de Protección de la Policía, se puede inferir que sus visitas a Colombia tenían una finalidad clara. Así lo afirmó el oficial: “con nuestra Fiscalía se le imputan los delitos de acto sexual con menor de 14 años y acto sexual con contenido pornográfico con menor de 18 años; además, explotación sexual comercial con menor de 14 años”.
Mientras ellas accedían a sus exigencias, dice la investigadora, el sujeto las grababa y guardaba ese material con fines aún desconocidos, se investiga si lo distribuía en redes de pornografía. “Por el momento, se sabe que era para mirar los videos cuando estaba en otros países y autocomplacerse”, señaló la agente.
Con las alertas encendidas, las autoridades se enteraron de que Orión iba a aprovechar la Feria de las Flores de Medellín para contactar menores de edad. Presuntamente el influencer estaba utilizando la misma estrategia, las ilusionaba con llevarlas de viaje, regalos y lujos para que cayeran.
Estando solo con sus víctimas, según la Policía, las hacía consumir marihuana, la suministraba en diferentes presentaciones. Con la voluntad de las menores diezmada, el sujeto, dice la investigación, aprovechaba para grabar contenido para adultos y luego sostenía relaciones sexuales con ellas.