Con los cuerpos semidesnudos, armados con fusiles de largo alcance y llenos de barro, así se entrenan los comandos suicidas del ELN en las selvas del país. SEMANA obtuvo en exclusiva fotografías de los campamentos donde la guerrilla adoctrina y les enseña tácticas de combate a estas unidades consideradas como fuerzas élite dispuestas a dar su vida por la causa.
En las imágenes se ven grupos de jóvenes, hombres y mujeres, algunos pareciera que son menores de edad, formados debidamente en fila india, con fusiles de madera y reales, listos para el entrenamiento kamikaze.
Caminan descalzos en medio del monte, siempre atentos a las órdenes de los comandantes, quienes los preparan psicológicamente para arriesgar su vida, si es necesario, con tal de cumplir con la misión, como ocurrió con el caso del atentado a la Escuela de Policía General Santander, en el que el ELN usó un kamikaze para ejecutar la acción terrorista, en 2019.
El informe de inteligencia de las agencias de seguridad del Estado, que conoció SEMANA y donde estaban consignadas las imágenes de los entrenamientos de los comandos suicidas del ELN, es preocupante. El documento hace referencia especial a la reaparición de alias Pablito, el cerebro del atentado a la General Santander y que tiene con los pelos de punta a los organismos de inteligencia.
Pablito es una especie de rueda suelta en el ELN, no pide autorización del Comando Central para ejecutar acciones de alto impacto y habría ordenado la reactivación de los escuadrones suicidas en la guerrilla.
Los comandos suicidas son una política del ELN que nació hace aproximadamente 30 años y han sido altamente efectivos. Estos comandos suicidas son entrenados en diferentes modalidades de guerra, pero una de las más usadas es la de la capacitación en explosivos.
Estrategias
Estas personas son las que arriesgan sus vidas instalando artefactos en las zonas por donde transitan los integrantes de la fuerza pública, ubicándolos como trampas mortales que son activadas al paso de las tropas, aunque en algunas ocasiones las víctimas son civiles o ellos mismos. Son también quienes se arriesgan lanzando tatucos o cilindros-bomba desde vehículos como ocurrió en el caso de Puerto Jordán, en Arauca, donde una base del Ejército fue atacada, dejando tres militares muertos y más de 25 heridos.
Hace 30 años, en el sector de Patio Bonito, en Kennedy, durante un operativo militar se encontraron los documentos y libros que daban cuenta de la aterradora estrategia del ELN de conformar comandos urbanos suicidas, que estuvieran dispuestos a arriesgarlo todo por el movimiento revolucionario.
Estos escuadrones de la muerte, además de recibir el entrenamiento en la selva, aprenden cómo infiltrarse en posiciones estratégicas de la sociedad y el Estado para obtener información en detalle. Se convierten en choferes, vigilantes, meseros, tenderos, entre otros cargos y oficios, que les permiten conocer los movimientos de personas importantes para desarrollar acciones de alto impacto.
En la actualidad, según los informes, el ELN cuenta con una compañía dedicada especialmente al entrenamiento de comandos suicidas en el departamento de Arauca y fue creada en homenaje a alias Mocho Kiko, por su acción terrorista contra la General Santander.
“Lo que hizo alias Mocho Kiko fue una acción de comando suicida. La misión, que le fue entregada por alias Pablito desde el año 2006, era atentar en ese momento contra las instalaciones del CAN y contra el expresidente Uribe, pero por condiciones de seguridad no resultó viable ejecutarla”, señala el informe de inteligencia en poder de SEMANA.
De acuerdo con dicha información, ante la frustración por la imposibilidad de ejecutar la acción criminal en el CAN y contra el expresidente Uribe, el ELN mantuvo la orden de ejecutar un atentado terrorista de grandes magnitudes, virando sus reflectores a otro objetivo: el alma mater de la Policía, la Escuela General Santander.
“La clandestinidad que tiene el ELN se convierte en una fortaleza para realizar acciones como esta”, señala el documento de inteligencia al referirse al atentado de la General Santander, en donde perdieron la vida 22 miembros de la policía.
Pablito, el radical
Gustavo Aníbal Giraldo, alias Pablito, tiene preocupadas a las agencias de seguridad del Estado. Los expedientes sobre este guerrillero señalan que es radical en que no se debe ceder ante el poder del Estado y no se deben firmar acuerdos de paz.
Una de las líneas de inteligencia que se maneja en este momento es que alias Pablito estuvo detrás del ataque en Puerto Jordán. “Fue una acción a plena luz del día y con comandos suicidas que tomaron el riesgo de movilizarse hasta cercanías de la unidad militar para detonar los explosivos (...). El ELN se demora en hacer sus acciones pero son contundentes”, señala el informe.
Para los expertos de inteligencia de la fuerza pública, la preocupación tras la reaparición de Pablito radica en que se ha caracterizado por ese tipo de acciones, para las cuales no consulta al Comando Central (COCE). Da la orden directa de ejecutar acciones terroristas de alto impacto.
Preparación de los comandos
Estas aterradoras unidades del ELN son entrenadas de manera especial en la guerrilla. Se les crea un alto sentido de responsabilidad revolucionaria, el transbordo ideológico es el núcleo para estar dispuestos a perder la vida. Los instructores son personas capacitadas académicamente y en terreno, con carreras universitarias y hasta estudios de posgrado, que lograron intercambiar conocimiento con la antigua Unión Soviética y con Cuba, lo que les permitió transmitir una doctrina fuerte.
Los reclutados reciben entrenamientos especializados en manejo de explosivos, de armas, tácticas de combate cuerpo a cuerpo, manejo de drones y hasta para soportar altos niveles de dolor en caso de caer en manos del enemigo. Las unidades que más entrenan comandos suicidas son el frente de guerra oriental, el nororiental y el Jesús Ramírez Castro.
General, en peligro
En medio de las incautaciones y hallazgos de documentos que se han logrado en operativos contra el ELN, las agencias de seguridad del Estado encontraron que el COCE ordenó ejecutar un atentado contra un general de la Policía, que estuvo detrás de los planes de contener el llamado estallido social.
Según la información decomisada a la guerrilla, la acción en contra del oficial se da como represalia por los jóvenes que fueron agredidos y que en algunos casos fallecieron, por eso responsabilizan directamente a la Policía.
“La orden de atentar contra un general de la Policía está congelada en el momento para no afectar los diálogos exploratorios de paz con el Gobierno, pero la orden ya está dada por parte del COCE y en cualquier momento se puede ejecutar”, señala el informe conocido por SEMANA.
Sobre esta grave amenaza, las agencias de seguridad están indagando sobre el nombre del general que estaría en riesgo y que estuvo activo en la Policía durante las violentas protestas que se dieron en el marco del llamado estallido social.
En distintos documentos que se le han incautado a la guerrilla por parte de las autoridades, se evidencia la poca intención de paz del grupo terrorista. En los escritos, los cabecillas indican: “Hemos explicado a los distintos frentes de guerra, donde hay muchas dudas de este nuevo proceso, que no tendremos entrega de nuestras fuerzas ni concentraciones de fuerzas guerrilleras”.