Cada vez son más turbios los detalles que se conocen frente a los planes ejecutados y ahora confesados por un grupo de policías en contra de Marelbys Meza, la humilde mujer que trabajaba como niñera de Laura Sarabia, a quien intentaron culpar del robo de una maleta con dinero en efectivo, imponiéndole una arbitraria prueba de polígrafo y luego haciéndole seguimientos e interceptando los teléfonos a ella y a su círculo cercano.
SEMANA conoció en su totalidad la declaración del patrullero de la Policía José Sebastián López Herrán, quien confesó la forma como, por orden de sus superiores, fueron modificadas y alteradas pruebas en el espinoso expediente y que incluyen la desaparición de videos y hasta la modificación de la versión que entregó Marelbys Meza a las autoridades frente al robo del cual, al sol de hoy, no se sabe con certeza el monto.
El patrullero López Herrán confesó, en su decisión de colaborar con la justicia, que recibió la instrucción de sus superiores de recolectar, el 29 de enero de 2023, la declaración de la niñera tras ser denunciada por Andrés Fernando Parra, en ese momento pareja de Laura Sarabia, por el delito de hurto.
En la entrevista a Marelbys, de cuya existencia solo hay dos copias, que por lo dicho por el patrullero se entiende por qué extrañamente son diferentes, detalló lo que pasó aquella noche en el apartamento del matrimonio Parra-Sarabia, y la forma en que se enteró de que la maleta que estaba en la sala había desaparecido.
El patrullero firmó el acta con todo lo consignado por Marelbys Meza, sin saber que este sería el comienzo del calvario del que solo hasta hoy está viendo una luz de esperanza, cuando se dio cuenta de que sus superiores iban a quedar impunes, y que él y sus compañeros estaban respondiendo ante la justicia por acatar órdenes. Ahí levantó la mano para confesar.
Pocos días después, el 31 de enero, para ser más exactos, recibió otra llamada del capitán Óscar Leandro Mojica en la que le daba instrucciones precisas de ir “con urgencia a una cigarrería ubicada en inmediaciones de Bulevar Niza, en la calle 127 con Avenida Suba, para recopilar los videos de unas cámaras de seguridad”.
Tras la insistencia del capitán Mojica y del intendente Alfonso Quinchanegua, el patrullero se dirigió al lugar para recopilar los videos que formaban parte de los actos urgentes por el hurto de la maleta del caso que sus superiores habían bautizado como “Presidencia”.
Los videos de las cámaras del pequeño establecimiento, en efecto, le fueron entregados en una memoria USB por una señora identificada como Paola Pava. Pocos minutos después, en una panadería cercana, tuvo contacto con el mayor Duván Andrés Muñoz, el mismo que fue señalado por la Fiscalía de amenazar y amedrentar durante la prueba de polígrafo a Marelbys Meza para que aceptara ser la autora del robo de la maleta.
El mayor recibió la memoria y la metió en un sobre de manila, perfectamente sellado, que le debía ser entregado en el menor tiempo posible al capitán Mojica. El 2 de febrero, el patrullero recibió un mensaje de audio por WhatsApp del intendente Quinchanegua, en el que le pedía que “modifique la entrevista” que le había tomado a Marelbys Meza “porque no se le entendía la letra y tenía que transcribir todo un renglón a mano”.
Sin embargo, la orden no terminó allí, el intendente fue claro en señalar que debía cambiar varios datos de la entrevista. Primero que todo, tenía que plasmar en el nuevo documento una nueva hora de la diligencia judicial, el tiempo que duró y borrar por completo todo lo relacionado con el vehículo adscrito a la plataforma Didi en el que la niñera fue trasladada a rendir la declaración.
Esta última decisión se da porque el conductor había sido requerido el 31 de enero “por tres policías que, sin ningún tipo de justificación, lo habían indagado por el servicio prestado a la niñera”, este testimonio los podía poner en riesgo y desarmar el plan que ya habían acordado para ocultar las irregularidades. Lo sorprendente es que Marelbys Meza, bajo juramento, aseguró que nunca entregó información sobre el conductor y mucho menos entregó datos del vehículo.
“El intendente Quinchanegua le pidió al patrullero López Herrán adicionar en la entrevista aspectos no señalados por la señora Marelbys Meza”, reza uno de los apartes de la investigación adelantada por la Fiscalía 102 de la Dirección Especializada contra la Corrupción, a la que SEMANA tuvo acceso.
“Este documento público fue, junto con otros actos de investigación, presentados por el intendente Quinchanegua y la patrullera Dana Alejandra Canizales Bonilla (la primera en tomar la decisión de colaborar con la justicia) a la Fiscalía 101 de hurtos para que solicitara la interceptación de comunicaciones del abonado celular de Marelbys del Carmen Meza Buelvas”, advierte la investigación.
Pero, ¿qué se buscaba con todo esto? Según se comprometió a contar como testigo el patrullero López, “se pretendía alterar, modificar y borrar información clave en la recepción del testimonio de Marelbys”, afectando, según advirtió la Fiscalía, la investigación por los hechos a los que fue sometida la niñera y que terminaron con la prueba de polígrafo, a todas luces ilegal, al parecer, por instrucción del jefe de seguridad de la Presidencia, el coronel Carlos Alberto Feria.
¿Y los videos de la cigarrería? Fuentes cercanas al proceso y consultadas por SEMANA advirtieron que se buscaba borrar todo tipo de evidencia del encuentro “secreto”, en el cual agentes de la Policía adscritos a la Sijín “cuadraron” los actos urgentes que se iban a ejecutar por la denuncia contra la niñera. Encuentro en un sitio clandestino, muy alejado de las instalaciones de la Sijín.
Hasta el momento, esas grabaciones no habían sido mencionadas en ningún expediente, y poco y nada se sabe quién tiene copia y para qué las utilizó. Pero si resultó necesario su recaudo y desaparición debe tener un alto valor probatorio. Esta podría ser la prueba del momento en que se reunieron y acordaron hacer el montaje para hacer pasar a Marelbys como miembro del Clan del Golfo y dar vía libre a las chuzadas, señala una fuente cercana al proceso.
Lo que es claro, y así lo plantea la confesión de López Herrán, es que sí hubo movimientos tratando de eliminar pruebas y que ahora que los policías decidieron colaborar con la justicia están saliendo a flote, tal como la responsabilidad de sus superiores.
Con la declaración que rendirá en juicio el patrullero López Herrán, la Fiscalía General está segura de que podrá demostrar la culpabilidad del mayor Duván Andrés Muñoz, el capitán Óscar Leandro Mojica y el intendente Alfonso Quinchanegua, quienes están ad portas de un juicio penal por las chuzadas.
En la acusación contra los tres policías se advierte que con sus actuaciones se añadió el abonado celular de la niñera, y su compañera de servicios domésticos Fabiola Perea, a una investigación contra alias Siopas, para ese momento uno de los más temidos comandantes del Clan del Golfo, todo para que los jueces validaran la interceptación ilegal.
“Se demostrará la responsabilidad penal de las conductas punibles cometidas por Alfonso Quinchanegua, Duván Andrés Muñoz y Óscar Leandro Mojica”, reveló la Fiscalía en una audiencia reservada en la que se avaló la inmunidad total para el patrullero López Herrán.
“El postulado, al ser un testigo directo de los hechos y ser partícipe de las conductas, dará a conocer las circunstancias de tiempo, modo y lugar de cómo cada uno de ellos como integrantes de la Policía Nacional y de la Sijín actuaron de manera irregular en el desarrollo de actos urgentes y en la indagación desarrollada en virtud de los hechos denunciados por Andrés Fernando Parra y de los cuales era sospechosa la señora Marelbys”, explicó la fiscal.