SEMANA: Después de tantos años de proceso, con claras irregularidades como lo documentó el juez, ¿cuál fue la decisión sobre Santiago Uribe?
JAIME GRANADOS: El juez decidió absolver a Santiago Uribe de los cargos de concierto para delinquir agravado y homicidio agravado por dos razones principales. La primera, porque la Fiscalía cometió errores garrafales en la manera de imputar, presentar elementos probatorios y conducir el caso, que violentaba las garantías fundamentales de Santiago Uribe Vélez. La segunda, de fondo, es que no cumplió con la carga probatoria, ni pudo vencer la presunción de inocencia. Por el contrario, se dieron elementos de prueba contradictorios y otros claramente exonerativos. Ni remotamente la Fiscalía pudo aprobar su teoría del caso. Después de un proceso de 14 años, no quedaba otra salida que absolver a Santiago Uribe de todos los cargos por tercera vez.
SEMANA: ¿Las pruebas de la Fiscalía eran tan dudosas que terminaron absolviendo a Santiago Uribe?
J.G.: Así es. Para empezar, uno de los testigos de cargos, Alexánder Amaya, terminó, en el fondo, siendo testigo a favor de Santiago Uribe, por mentiroso, como lo dijimos que era desde el comienzo. Juan Carlos Meneses se autodestruyó. De hecho, llama la atención que el juez anunció que iba a compulsar copias a este señor, pero en la decisión final no aparece. Yo creo que fue una omisión fruto de lo extenso del tema. Claramente, lo que hacían los testigos era contradecir los hechos que llevó la Fiscalía y en eso el juez hizo un trabajo muy juicioso al darse cuenta de esa contradicción. En lo único en que no estoy de acuerdo es en la forma como valoró a Mauricio Pineda Luján. Me parece que en ese punto el juez terminó creyéndole a ese enfermo mental, a ese esquizofrénico, que nunca trabajó en la finca La Carolina (donde supuestamente hubo actividad paramilitar). Puede que por su enfermedad mental, su esquizofrenia, pues no sea responsable de las mentiras que dijo, pero que claramente debió haber tenido otro tipo de consideración frente a él. Me parece que hizo un trabajo muy serio, muy juicioso, muy detallado.
SEMANA: Un cargo era el de concierto para delinquir por el tema de los 12 Apóstoles. ¿No existió ese grupo? ¿Santiago Uribe no perteneció él?
J.G.: El juez no fue tan lejos, reconoce que sí hubo una serie de muertes, temas de limpieza social y de un grupo que cambió de nombre. No descarta el juez que uno de esos nombres haya sido el de los 12 Apóstoles. No entró en ese nivel de detalle. Lo que sí dejó claro es que Santiago no perteneció. Absolutamente claro. Eso es lo contundente.
SEMANA: El otro cargo era por el homicidio del conductor Camilo Barrientos. ¿En qué quedó ese señalamiento contra Santiago Uribe?
J.G.: El juez llega al tema del homicidio de Barrientos de una manera casi que residual. Si no existen los 12 Apóstoles, no era responsable, porque nunca conformó ni lideró ni perteneció a una organización criminal. Con mayor razón no podía responder por alguien que no conocía y por una supuesta muerte que fue ejecutada por terceros, que eran policías o sicarios de la policía, esa acusación se caía por su peso. Es claro que Meneses miente, él mismo confesó y es claro que Amaya señala que él es responsable. El mismo Amaya (escolta de Meneses para esa época) confesó que Meneses había traído dos sicarios desde Medellín. Nada tuvo que ver Santiago Uribe Vélez y, por eso, el juez es categórico.
SEMANA: Me devuelvo a 2010, cuando aparece Juan Carlos Meneses, quien denunció a Santiago Uribe y, por eso, se reabrió el proceso. ¿Qué hay detrás de esa acusación?
J.G.: Se pudo establecer que él estaba refugiado en Venezuela y, por tanto, estaba siendo manipulado por quien se refugia en la Venezuela de Chávez y Maduro, si no es un agente de ellos. Pero, sobre todo, que era un sicario del cartel de Norte del Valle y que en la guerra de carteles, por alguna razón, para salvar su vida buscó refugio y lo encontró allá. Lo que sí sabemos es que luego termina cayendo en paracaídas en Buenos Aires, de la mano de Daniel Prado Albarracín, y arman todo el show.
SEMANA: ¿Quién es Daniel Prado Albarracín y por qué su interés de involucrar a Santiago Uribe con los 12 Apóstoles y con el crimen de Camilo Barrientos?
J.G.: Es un abogado amigo cercano al presidente Gustavo Petro. Al parecer formó parte del M-19 como él y ha sido su abogado personal. En este caso ha estado directamente involucrado como abogado de las supuestas víctimas. Consiguió ser el abogado de la familia de Camilo Barrientos y es el que trae a Meneses. Claramente se ve la conexión con Gustavo Petro y con quienes son los opositores políticos de Uribe.
SEMANA: ¿Este fallo demuestra una persecución política que terminó en los tribunales contra el expresidente Álvaro Uribe y por esa vía contra su hermano Santiago?
J.G.: Meneses aparece en Buenos Aires en un evento político, y todo esto deja ver que hubo un móvil político muy claro detrás del tema de Santiago Uribe y es que van por la cabeza de los Uribe. Álvaro Uribe necesitaba defender la honra de su hermano, si hay una víctima en este país es él. Le matan al papá, a Santiago Uribe lo hieren gravemente en esa ocasión, le incendian la finca y terminan en un proceso de décadas y dos años preso. Es inhumano lo que le quisieron hacer a Santiago Uribe. El expresidente está defendiendo la honra de Santiago, de su familia y de él mismo.
SEMANA: Al principio de esa entrevista habló de errores garrafales de la Fiscalía, era la época de Eduardo Montealegre, quien se presenta como víctima en el caso contra Álvaro Uribe. ¿Es una persecución del exfiscal?
J.G.: Sin duda es una animadversión personal y política. Recordemos quién puso como fiscal a Montealegre, el expresidente Santos, en el momento en que el mayor opositor era Álvaro Uribe. Todo está unido por la política.
SEMANA: Usted es abogado de Santiago y de Álvaro Uribe en casos diferentes, que presentan muchas irregularidades. ¿Van por la cabeza de los Uribe?
J.G.: No hay duda de que ese era el objetivo de ellos, pero esta decisión les frustra ese camino, ese deseo de perseguir políticamente a Álvaro Uribe. Lo hicieron en cuerpo ajeno con Santiago y en cuerpo directo con Álvaro Uribe. Recordemos que Iván Cepeda empezó la búsqueda de testigos en las cárceles para incriminarlo, todo está unido. Absolutamente.
SEMANA: ¿Quieren anular el legado de Uribe, acabarlo política, judicial y moralmente?
J.G.: No hay duda, lo que están buscando es eso. Y no lo han conseguido, que eso es lo más impactante. Fue presidente dos veces y salió con una popularidad cercana al 94 por ciento. Algo nunca visto en la historia de Colombia y con una fuerza política arrolladora, tanto que ha puesto dos presidentes después de él. Es el senador más votado en la historia. Aquí se ve claramente que querían destruir su legado y su fuerza política, y no lo han logrado porque finalmente existe la justicia y existe la inteligencia de los colombianos que se han dado cuenta de todo este entramado.
SEMANA: ¿Pero es muy grave que la Fiscalía se convierta, como usted señala, en un ente de persecución política?
J.G.: Al final esa Fiscalía ya quedó descubierta. Eso es lo importante, que podrán unirse las fuerzas del mal, podrán los injustos hacer presencia, pero no prevalecerán, no pasarán.