La declaración de Nicolás Petro ante la Fiscalía es demoledora. El hijo del presidente Gustavo Petro entregó nombres, lugares, cifras y detalles que advirtieron un escándalo nacional. En el listado de personas que entregaron millonarias sumas de dinero en efectivo y a cambio de “favores” aparecen los “padrinos” del exdiputado del Atlántico, contratistas, empresarios y hasta extraditables. Un rompecabezas que corrobora las denuncias de su expareja Day Vásquez.
En los primeros minutos del interrogatorio, los investigadores de la Fiscalía indagaron en las pruebas que soportaron la imputación de cargos por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito. De qué forma recibió el dinero, cuánto y, en especial, quiénes se encargaron de hacerlo millonario en esa vaca que hizo en la costa Caribe, y que buena parte terminó en sus bolsillos.
Es allí donde aparecen los nombres de Gabriel Hilsaca, Santander Lopesierra, Óscar Camacho, un contratista de la ciudad de Cúcuta, también un constructor de Villavicencio, además de una mujer, sin identificar, del departamento de Boyacá. Cada uno, desde su escenario, se convirtió en un “padrino” del hijo del presidente, con la misión de aportar recursos a la campaña presidencial, aunque ―él lo confesó― se quedó con parte del mandado.
“Bueno, a finales del 2021 y año 2022, empezamos, Daisuris y yo, empezamos a recibir recursos provenientes de personas que querían aportar a la campaña presidencial de mi padre, Gustavo Petro. Personas como Santander Lopesierra, como Gabriel Hilsaca, como Óscar, de Cúcuta, más adelante corroboro el apellido. Empezaron a hacer aportes, en ese lapso de tiempo, dineros que en parte fueron recolectados por el señor Máximo Noriega”, señala la declaración.
Los fiscales hicieron, con la declaración de Nicolás Petro, una radiografía de los protagonistas de este escándalo, la forma cómo llegaron al hijo del presidente y las intenciones que tenían de acercarse al diputado del petrismo. El mismo Nicolás contó las fechas, los lugares y los montos que recibió en efectivo y que llevó, en ocasiones, desde Bogotá hasta Barranquilla.
Empezó con los aportes que recibió de Santander Lopesierra, un hombre que fue extraditado por delitos relacionados con narcotráfico y que Nicolás Petro conoció a través de su hija, Kiki Lopesierra, de quien dijo era amigo hace más de diez años. No hay duda, el exdiputado conocía los oscuros antecedentes que el generoso aportante tuvo con la justicia, no le vio problema, recibió la plata y se la guardó.
“El primero que empezó a dar aportes fue Santander Lopesierra, voy a poner como un lapso de tiempo, tengo que corroborarlos. Él empezó a dar aportes como entre octubre del 2021, hasta junio del 2022… Aproximadamente, entre 400 millones… entre 400 y 500 el monto de esos aportes”, dijo Nicolás Petro en su interrogatorio.
El siguiente en la lista de benefactores del hijo del presidente fue ―dicho por el mismo Nicolás Petro― el señor Gabriel Hilsaca. Los aportes estuvieron entre los 150 o 200 millones de pesos, que, asegura, no recuerda con claridad, pues nunca se dio a la tarea de contar el dinero en efectivo que llegaba a sus manos y luego era dejado en la caja fuerte o en bolsos de su clóset y una parte salía para la campaña.
“Gabriel Hilsaca hizo un aporte solo, eso fue antes de la primera vuelta presidencial y fue alrededor entre 150 y 200 millones… Qué hacíamos nosotros con esos recursos, mandamos a hacer periódicos, mandábamos a hacer microperforados, mandábamos a hacer camisetas, gorras, financiamos eventos nuestros, de campaña, eventos como reuniones en barrios, etcétera”, explicó Nicolás Petro en su primer intento por colaborar con la justicia.
La cronología de aportes económicos y personas vinculadas a este escándalo, tenían, según Nicolás Petro, un protagonista común, Máximo Noriega, a juicio de Day Vásquez una de las personas más cercanas a su exesposo, y ahora frustrado candidato a la Gobernación del Atlántico.
Noriega se convirtió en el intermediario entre el hijo del presidente y sus padrinos financiadores. Fue el encargado, según el testimonio, de recibir parte de los dineros que entregaban a Nicolás Petro para la campaña presidencial.
“Dineros que en parte fueron recolectados por el señor Máximo Noriega, dineros que se utilizaron para temas personales, dineros que guardamos en nuestra vivienda de ese entonces, dineros que Máximo Noriega se quedaba con un porcentaje por toda su gestión, y parte de ese dinero se empezó a invertir en la campaña presidencial”, señaló Nicolás Petro, quien al ser cuestionado por la parte que tomaba Máximo, afirmó que “él se podía quedar entre el 10 y el 20 % de esas entregas”.
Fue el mismo Noriega, de acuerdo con lo dicho por Nicolás Petro, quien lo puso en contacto con un empresario o contratista de la ciudad de Cúcuta, identificado como Óscar Camacho, que le habría entregado al hijo del presidente una millonaria suma de dinero en efectivo, justamente a través del intermediario, Máximo Noriega.
“Creo que es Óscar Camacho el apellido, también a través de Máximo Noriega lo conocí, él hizo unos aportes entre marzo, finales de marzo de 2022, a junio de 2022; pudo haber hecho aportes entre 200 y 300 millones de pesos”, señaló Nicolás Petro, mientras advirtió que no conocía con certeza cuáles eran los negocios del señor Óscar, del que dijo no recordar con exactitud el apellido.
“Él es un empresario de Cúcuta, de Norte de Santander, pero desconozco más, quien tiene relación directa con él es Máximo Noriega”, recalcó Nicolás Petro, ahora imputado y acusado por la Fiscalía.
El hijo del presidente estaba en el edificio H del búnker de la Fiscalía, sentado junto a quien era su abogado. Se le veía tranquilo y les dijo a los investigadores que su declaración era coincidente, voluntaria y que no recibió presiones para contar su verdad de los hechos. La promesa que hizo por su hijo y que luego rompió para enfrentarse a la Fiscalía en un juicio contra su propia voz y las pruebas de actos ilegales.
Allí mismo, en ese interrogatorio que pretendía convertirse en el preámbulo de un proceso de colaboración con la Fiscalía Nicolás Petro habló de otro patrocinador de sus lujos y excentricidades, de más “aportes” en efectivo.
Se trata de un empresario de la ciudad de Villavicencio que conoció a través de su primo, Camilo Burgos. Un constructor que les entregó una lujosa camioneta Tahoe, blindada, de color gris y que fue plenamente identificada por la Fiscalía, a nombre del megacontratista Juan Manuel Sarmiento y que Nicolás, Day Vásquez y su primo, usaron como propia por varios meses, incluso la llevaron a Barranquilla.
“A mí la camioneta me gustó, le dije que me la prestara, eso pudo haber sido en el mes de agosto de 2022, la llevé para Barranquilla y nos la turnábamos. Él a veces sí la necesitaba, se la llevaba a Montería y yo también la utilizaba para mis traslados personales. Los 40 millones, así que recuerdo, eso me lo entregó Camilo. Me dijo, mira aquí tengo un regalo para un viaje”, dijo Nicolás Petro en la declaración.
Ni siquiera el mismo Nicolás recuerda con exactitud los montos que en efectivo le entregaron directamente a él y a través de intermediarios. Fueron millones que incrementaron su patrimonio de manera exagerada, en más de 1.000 millones de pesos que el exdiputado no logró justificar.
El fiscal del caso Mario Burgos aseguró que los lujos y la vida de ricos que se daban Nicolás Petro y Day Vásquez no podía pagarse con el sueldo como diputado, las cuentas de la Fiscalía advertían que los excesos del hijo del presidente necesitaban como mínimo ingresos mensuales por más de 200 millones de pesos.
La Fiscalía citó a diligencias a las personas que el hijo del presidente reseñó en este interrogatorio, todo con el propósito de establecer con certeza cuánto dinero le entregaron y cuál era la intención de estos aportes. Aun con el reversazo en su colaboración, las cartas fueron destapadas por el mismo Nicolás.