Fabricación de fusiles para más de 200.000 soldados del país, mantenimiento para los aviones de guerra Kfir que protegen la soberanía nacional, soporte en sistemas de inteligencia militar, en los sistemas de misiles en las fronteras, en los mantenimientos de aeronaves tripuladas, entre otros, quedarían en el limbo tras la orden del presidente Gustavo Petro de frenar la compra de armamento a Israel.
El país de Oriente Medio se encuentra entre las naciones con mayor vínculo para Colombia en materia de cooperación de defensa, después de Estados Unidos y Reino Unido. Por eso, excomandantes de las distintas fuerzas que hablaron con SEMANA se declararon alarmados tras la decisión del jefe de Estado. La calificaron de catastrófica para la fuerza pública.
Israel, según los generales retirados, además de la cooperación internacional, tiene la patente para la fabricación de los fusiles Galil que se ensamblan en Indumil, la empresa militar de Colombia, y que utiliza el 60 por ciento de los soldados del país. Asimismo, brinda el mantenimiento a la flota de aviones de combate Kfir, que, pese a que se encuentran en etapa crítica por su tiempo cumplido de servicio, si Israel no les brinda el soporte, el país quedará desprotegido en el aire y con los aviones en tierra.
Pero también se encuentra la cooperación militar para los equipos de inteligencia de la fuerza pública y los de comunicaciones que usan los militares en operaciones de alto impacto. A estos dos, Israel les brinda soporte de actualización de software, es decir, que frenar una cooperación de la nada pondría en aprietos a los uniformados en el terreno.
Los acuerdos entre los dos países hacen que Israel brinde soporte también a los sistemas para proteger las fronteras nacionales como los proyectiles de defensa aérea Barak y los misiles Spike, así como mantenimiento y repuestos para las aeronaves remotamente tripuladas Art Hermes, de inteligencia y de combate. La cooperación entre los dos países no para ahí. En más de tres décadas de buenas relaciones militares, Colombia comenzó a fabricar piezas para el consumo interno de la fuerza pública con licencia de Israel.
En el abanico de productos están los fusiles Tavor, cámaras térmicas para la Armada, misiles Python, misiles aire-aire Derby, bombas Spice, ametralladoras Negev, pistolas Jericho y subametralladoras Uzi, a cargo de Indumil. Otro de los impactos negativos para el país tras el rompimiento de relaciones militares ordenadas por el presidente Petro, y que ha generado incertidumbre, es sobre el futuro de la misión que el Ejército tiene desplegada en la península del Sinaí, en Oriente Medio, a donde Colombia ha enviado más de 120 rotaciones de personal en acciones de observación, verificación y reporte a la misión de mantener la paz entre Egipto e Israel.
Graves consecuencias
Para el exministro de Defensa Diego Molano y los generales en retiro Eduardo Zapateiro, excomandante del Ejército; el general (r) Jorge Luis Vargas, exdirector de la Policía, y el general (r) Guillermo León, excomandante de la Fuerza Aérea, romper relaciones con Israel traerá consecuencias “catastróficas” en materia de seguridad y defensa.
“La suspensión de la compra de armas, más la decisión de no tener relaciones con Israel, tiene unos efectos devastadores para nuestras Fuerzas Militares. En primer lugar, para Indumil, porque tiene un convenio muy grande en la producción de piezas para los fusiles Galil”, dijo Molano.
Por su parte, el general (r) Zapateiro indicó que en las fronteras del país, que es por donde se maneja un número indeterminado de delitos, se verán las graves consecuencias de la decisión del presidente Petro. “Esos radares permiten las tareas de reconocimiento y vigilancia de nuestras fronteras, que son porosas. Ya se había hecho un esfuerzo grandísimo con el Gobierno anterior para poder adquirir estos elementos, pero allí se verán las consecuencias”, dijo.
A su turno, el general (r) León señaló que la decisión del presidente seguramente acelerará la salida de circulación de los aviones Kfir al suspenderse los mantenimientos y la compra de repuestos, y el país quedará desprotegido en sus cielos.
“La Fuerza Aérea ya anunció que tres aviones salieron del servicio porque llegaron a su techo máximo. Los demás aviones entrarían en la condición de no tener cómo mantenerse en vuelo porque no va a haber flujo de repuestos”, agregó el general (r) León.
Además, añadió: “El contrato de mantenimiento no continuaría si se llega a romper (relaciones) y, por supuesto, la flota quedaría en tierra. Y aún no tenemos una decisión sobre el equipo de reemplazo y la posibilidad de adquirir una flota nueva, sea la cual fuere, no sería muy rápido y quedaríamos sin una capacidad para la defensa estratégica del país”.
Otra de las fuerzas que se vería afectada sería la Policía. De acuerdo con el general (r) Vargas, Israel ha sido un aliado estratégico importante para prevenir acciones terroristas de grupos internacionales como Hamás y Hezbolá.
“Hay grandes organizaciones que se asocian con narcotráfico, con ventas de armas, de destrucción masiva. Esto no es una película para nada. Colombia es parte clave y yo tengo una preocupación particular en el sentido de que salgamos de ese círculo de compartir la inteligencia que permita precisamente mantener segura la región, a Colombia y a parte del mundo”, dijo el general (r) Vargas.
Por su parte, el comandante del Ejército, el general Luis Ospina, pareció restarle importancia al asunto e indicó que la fuerza militar no se vería impactada al tratarse de asuntos políticos.
“En nuestro funcionamiento, no solamente tenemos armamento que adquirimos de Israel, tenemos otras fuentes de armamento y allí diversificamos, en eso continuamos haciendo la tarea y a medida que se vayan dando las relaciones y se vayan haciendo las tareas, nosotros hacemos lo que nos corresponde y no paramos. El nivel político y de relaciones internacionales es manejado por el presidente”, dijo el general Ospina.
Hasta el cierre de esta edición, quienes no se habían pronunciado sobre el sorpresivo anuncio del presidente Petro eran el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el comandante de las Fuerzas Militares, el general Helder Giraldo, a quien la orden presidencial lo tomó en Estados Unidos, en donde sostenía reuniones con el Comando Sur en búsqueda de cooperación militar para Colombia.