Mayra Alejandra Vera Duarte llevaba una vida muy cómoda en Barranquilla. Estaba acostumbrada a usar ropa de costosas marcas, comer en los mejores restaurantes, frecuentaba exclusivos sitios de rumba, le gustaba mantenerse en forma y se había sometido a varias cirugías estéticas, pues sabía que su belleza era una de sus más poderosas armas.
Esta mujer, abogada de profesión, se presentaba ante la sociedad como una empresaria de bienes raíces del Caribe colombiano y reconocida tiktoker. Lo que pocos sabían, y era difícil de sospechar, pero logró develar el Gaula de la Policía, era que detrás de esa fachada de mujer exitosa se escondía un tenebroso mundo criminal del cual era parte.
Vera Duarte es la novia de Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, el temido cabecilla del grupo delictivo Los Costeños, estructura criminal dedicada al despojo de tierras, secuestros, extorsiones, actos terroristas y homicidios. El siniestro sistema montado por Los Costeños, y al cual presuntamente pertenecía Vera Duarte, alias la Mona, consistía en cobrar millonarias extorsiones a los propietarios de tierras para no quitarles los predios. Si se negaban a sus pretensiones, eran asesinados.
El modus operandi era sencillo, pero terrorífico para las víctimas. La mujer habría asumido el papel de cabecilla financiera de Los Costeños y recibía instrucciones directas de su novio, quien se esconde en Venezuela, desde donde da las órdenes.
Los Costeños hacían una selección especial de los predios en zonas de desarrollo, como Puerto Colombia, para apropiarse a sangre y bala de ellos. Entre las víctimas, las autoridades cuentan con varios testimonios, como el de Madelein Gutiérrez, a quien la amenazaron con matarle a uno de sus hijos si no les entregaba su casa. Para lograr su cometido, Gutiérrez detalló que Los Costeños la obligaron a sostener una videollamada con alias Castor, quien le dijo: “Estás hablando con Jorge Eliécer Díaz Collazos, mi gente me dice Castor, yo soy el jefe de Los Costeños, el que tiene control en toda Barranquilla de extorsiones, homicidios. La mayor cantidad de droga que se vende en Barranquilla es de mi propiedad y en ese hijueputa barrio en el que usted vive se hace lo que yo quiera”. Con la sentencia de muerte sobre sus hombros, contó Gutiérrez, a los pocos días llegó alias la Mona con varios sujetos en una camioneta para hacer los papeles de su casa y ponerla a nombre de Castor.
El 30 de marzo de 2019, Gutiérrez recibió a las 9:00 a. m. una llamada de alias Castor pidiéndole que desocupara la casa. “Para allá va una de mis mozas, que es la financiera (La Mona) de la organización y va a legalizar toda la documentación de la casa”, relató la afectada a la Fiscalía.
Otra de las presuntas víctimas de La Mona y Los Costeños es el empresario Jairo Arango Esquivia, quien aseguró que la tiktoker y su combo de matones le querían quitar un predio en Puerto Colombia. “Es más fácil para ellos llevar a las notarías a la fuerza a las personas para que firmen los papeles. En el allanamiento que le hicieron a Mayra hay un centenar de escrituras; (...) tengo una lista de las personas que me pueden matar, comenzando por Mayra Vera Duarte, que es la jefa de todos estos bandidos y la amante de Castor”, relató Arango. Entre las víctimas de La Mona no solamente se encuentran particulares.
De acuerdo con los investigadores del Gaula de la Policía, Said Polanía, hermanastro de la procesada, alegó ante la Justicia que ella se quería apropiar de varias propiedades que le había dejado su padrastro, el excandidato a la Alcaldía de Barranquilla Julio Polanía (padrastro de Vera Duarte), quien fue asesinado en extrañas circunstancias que son aún materia de investigación.
Para la Fiscalía, Mayra Alejandra Vera Duarte ha desarrollado comportamientos de usurpación de predios, extorsión, actos delictivos que habría ejecutado en complicidad con Castor –con quien coordinaba las amenazas– haciendo videollamadas a sus víctimas por medio de WhatsApp.
“Jorge Eliécer Díaz Collazos (Castor) tiene a su servicio no solo una estructura delincuencial, sino un núcleo de personas que han cometido homicidios en la modalidad de sicariato”, relató el ente acusador. De hecho, la investigación arrojó que la organización, de la que formaría parte la despampanante tiktoker, contaba con los servicios de un temido sicario conocido como Cinco Tiros, sobrenombre que se habría ganado porque cada vez que asesina a una persona le propina cinco disparos con arma de fuego.
Sexting criminal
Alias La Mona y Castor comenzaron con una relación de amistad, pero con el paso del tiempo sus sentimientos cambiaron y se convirtieron en pareja. Así quedó demostrado para la Fiscalía, que logró recopilar información sobre su relación amorosa.
Incluso en cadena de custodia quedaron las fotografías de Vera Duarte y Díaz Collazos practicando sexting, se enviaban imágenes de contenido sexual y erótico. También hay fotos, que obtuvo SEMANA, en las que aparecen los dos en playas de Venezuela compartiendo una tarde de pareja.
Para la Fiscalía este material es sumamente valioso, pues con él puede demostrar que la tiktoker, que subía contenido a sus redes sociales haciendo sensuales movimientos de cadera, sí sostenía una relación con el presunto máximo cabecilla de Los Costeños.
El vínculo afectivo entre la temida pareja era tan fuerte que desde Venezuela Castor había enviado a dos hombres para que sirvieran de escoltas de alias La Mona, sujetos que, además de ser su guardia pretoriana, según la Fiscalía, también cumplían un papel importante dentro de la estructura. “Mayra hace parte de un grupo de delincuencia organizada de ese grupo de usurpadores y extorsionistas”, sentenció la Fiscalía en audiencia de medida de aseguramiento.
Y es que para el ente acusador, la tiktoker no era la primera vez que comparecía ante la Fiscalía. Entre sus antecedentes ya figuraba un proceso por el delito de porte ilegal de armas de fuego. “Se dilucida que el número de delitos que se le imputan los ha realizado de manera reiterativa”, señala el documento de la Fiscalía.
Paradero incierto
Sobre alias Castor hay que mencionar que su paradero es incierto. Se conoció que en mayo de 2019 había sido puesto preso en Venezuela; sin embargo, un año más tarde habría recuperado su libertad, al parecer, bajo jugadas corruptas con las autoridades de ese país. Desde allí se le perdió el rastro y por las fotos que tiene en su poder la Fiscalía, que datarían de 2021, parecería que se mueve como pez en el agua en territorio venezolano.
El material probatorio que hundiría a alias La Mona, y que le valdría una dura sentencia de un juez, es sólido, asegura la Fiscalía, que durante varios años armó el paquete con el Gaula de la Policía.
“Con esta captura logramos el esclarecimiento de algunos casos de extorsión y de homicidio. También demostramos a la sociedad de Barranquilla y a los delincuentes que no vamos a parar nuestra actividad policial, que vamos a capturarlos a todos. Tenemos las capacidades para capturar al delincuente que crea que es intocable”, sentenció a SEMANA el coronel Giovanny Cristancho, director del Gaula de la Policía.