Los abuelos decían que no hay cuña que más apriete que la del mismo palo. De ahí que la anunciada colaboración de la patrullera Diana Canizales, para convertirse en testigo de cargo contra sus superiores en la Policía, se anticipa como una derrota jurídica para el resto de implicados en la investigación por las chuzadas a Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia. A la patrullera le dijeron que tenía que “ir a la Casa de Nariño”.
SEMANA conoció los detalles de esa colaboración: los chats, correos, documentos y mensajes que compartieron los policías a cargo de investigar el hurto al apartamento de Laura Sarabia, entonces jefa de gabinete del Gobierno nacional. Se trata de los mismos uniformados que, al parecer, manipularon los informes de policía judicial y llevaron al engaño a los fiscales que ordenaron las interceptaciones.
Fueron cuatro los policías capturados por las interceptaciones contra Marelbys Meza, dos de sus amigos y Fabiola Perea, también empleada de Sarabia. Se trata del capitán Carlos Correa, el intendente Alfonso Quinchanegua y los patrulleros John Fredy Morales y Diana Canizales. Cinco meses después de la captura, es la patrullera Canizales quien tomó la determinación de aceptar cargos y anunciar su colaboración con la justicia.
Canizales era la compañera de patrulla del intendente Quinchanegua, un experimentado investigador del grupo de patrimonio económico de la Sijín, en Bogotá, que el día del hurto en el apartamento de Sarabia estaba de vacaciones, pero una semana después asumió la investigación y, de acuerdo con la Fiscalía, manipuló los informes de policía judicial para conseguir la autorización de las interceptaciones.
La patrullera se defendió hasta la acusación, cambió de abogado y se acercó a la Fiscalía. Dijo que quería contar la verdad, cómo se planeó todo, de dónde salió la orden y cómo lograron interceptar las comunicaciones de Marelbys Meza, Fabiola Perea y los dos amigos. El pasado 12 de abril entregó un interrogatorio con los detalles de su verdad y la posibilidad de abonar el camino para un preacuerdo con la Fiscalía.
Al cerrar la audiencia de formulación de la acusación, la Fiscalía advirtió el nuevo capítulo en este escándalo de chuzadas que se empezaba a escribir, y que era necesario separar, judicialmente, a Diana Canizales de su jefe y compañero de patrulla, el intendente Quinchanegua.
El acuerdo entre la patrullera y el ente acusador se convirtió en una realidad, y una testigo acababa de nacer. Canizales arrancó la colaboración y no se trató de su simple testimonio. Entregó al ente acusador las conversaciones que sostuvo con sus superiores, los correos que se convirtieron en prueba de los informes manipulados y los mensajes que compartieron mientras recibían órdenes para continuar con la misión de recuperar el dinero.
En los chats que compartió Canizales con la Fiscalía están las conversaciones del 2 de febrero de 2023 en las que su jefe, el intendente Quinchanegua, le advierte que “deben ir a la Casa de Nariño”. Se trata de una conversación por WhatsApp que detalla las actividades desarrolladas una vez asumieron la investigación por el hurto en el apartamento de Sarabia.
Una pregunta surgió en la Fiscalía: ¿qué tenían que hacer los investigadores de la Sijín en la Casa de Nariño, si el hurto ocurrió en el norte de Bogotá? Además, las diligencias de declaración se hicieron en las instalaciones de la Policía Metropolitana de Bogotá y la fiscal a cargo del proceso estaba ubicada en el complejo judicial de Paloquemao.
Lo que se advierte en el proceso de colaboración, que apenas arranca, pero que tiene tan asustados al resto de implicados en este escándalo, es la hipótesis de que las órdenes para avanzar en la recuperación del dinero de Sarabia surgieron justamente en la Casa de Nariño, donde fueron citados los dos investigadores: Canizales y Quinchanegua.
Junto a las decenas de conversaciones que adjuntó la patrullera Canizales como prueba de la voluntad de colaborar con la investigación, aparece una serie de correos electrónicos con sus superiores en los que comparten información del proceso, los peritajes y los informes que posteriormente habrían sido manipulados para conseguir las órdenes de interceptación. “Captura pantalla correo electrónico del 31 de enero de 2023, tiene un adjunto titulado INFORME 00241.docx.
Se trata del correo reenviado por Alfonso Quinchanegua al correo de la acusada Canizales y contiene el historial de envío de fecha 30 de enero de 2023, desde la cuenta electrónica de Germán Alonso Cabana Cifuentes”, señala el documento que conoció SEMANA.
Quinchanegua y Canizales terminaron capturados porque, según la Fiscalía, y ahora con la aceptación de cargos de la patrullera, manipularon los informes, se inventaron hechos y sumaron una “fuente de información” que confirmaba la patraña de una organización criminal dedicada al hurto de apartamentos, por lo que resultó necesario interceptar las comunicaciones, sin mencionar que se trataba de las exempleadas de Sarabia.
En los correos que entregó Canizales y que conoció SEMANA se advierte la mentira. “Captura de pantalla correo electrónico del 2 de febrero de 2023 remitido desde el correo personal de Alfonso Quinchanegua “pocholo.81@gmail.com” a Diana Canizales, que contiene el texto de una supuesta información aportada por ‘LA FUENTE’, de fecha 2 de febrero de 2023 a las 7:10 p. m.”, advierten los documentos que entregó y reseñó la Fiscalía en el escrito de acusación.
Todas las pruebas, la declaración de la patrullera Canizales y el nuevo impulso en la investigación se convirtió en un preacuerdo que incluirá algunos beneficios, como una tentadora rebaja de pena y la posibilidad de cumplir la condena en su lugar de residencia. “Se perfeccionó un preacuerdo, por esta situación solicitamos la ruptura procesal para la verificación de esa negociación, de la que fueron enteradas las víctimas y el Ministerio Público”, dijo la Fiscalía.
Esta misma semana, una jueza acreditó como víctimas a todos los afectados con las chuzadas: Marelbys Meza, sus dos amigos, Fabiola Perea y los dos fiscales que autorizaron las interceptaciones. La defensa de los implicados, que insisten en su inocencia, apeló la decisión, y será el Tribunal de Bogotá el que defina su participación en el proceso.
El abogado Wilson Pulido defiende a la fiscal Marbel Morales, víctima en este caso, y aseguró que en buena hora la patrullera Canizales tomó la decisión de contar la verdad, decir quién dio las órdenes y cómo se instrumentalizó a su cliente para llevarla al engaño. Cómo fue objeto de engaño a través de los informes falsos. Saber de dónde venían esas órdenes. Nosotros recibimos con mucha alegría y confianza en la justicia.
El nombre de la doctora Marbel va a quedar limpio, va a quedar claro, no como se ha querido enlodar de que ella permitió esas interceptaciones. No. Ahora hay una persona directamente involucrada, quien reconoce libremente cómo engañaron a la doctora para obtener esas interceptaciones”, dijo el abogado.
El proceso contra los implicados avanzó rápido. La Fiscalía obtuvo una contundente evidencia que llevó a la patrullera Canizales a aceptar su responsabilidad y colaborar con la justicia. Estas son las dudas que surgen: ¿qué pasará con el resto de capturados? ¿Se sumarán a la colaboración? ¿Van a reconocer responsabilidades? El tiempo se acorta e inmolarse por sus jefes no parece la mejor opción.