Óscar Iván Zuluaga cometió uno de los peores errores de su vida cuando nombró a su hijo David como gerente de su campaña. El joven, en ese entonces de 24 años, tenía ya para esa época una trayectoria brillante. En el colegio había sido uno de los creadores del Congreso Joven que permitió a decenas de estudiantes ir al parlamento a simular que ejercían la política, y luego había estudiado Filosofía en Harvard con todo tipo de honores.
En la clase política era conocido como David, tenía un talento particular para hablar en público y especialmente para imitar a los personajes más importantes del país. Por eso, cuando fue nombrado en un cargo que solo suelen tener zorros de la clase dirigente, con muchos años de experiencia encima, esa designación no sorprendió. Pero en medio de los escándalos que sacudieron esa campaña presidencial, tener el cargo que más responsabilidad jurídica tiene en una campaña hoy parece un despropósito.
Tras las revelaciones de Daniel García Arizabaleta, David fue llamado a audiencia de imputación por el delito de fraude procesal. Como gerente tendría que responder por qué no se incluyó el pago de 1.6 millones de dólares de Odebrecht al publicista Duda Mendonça en las cuentas que la campaña le presentó al CNE.
Zuluaga ha vivido fuera del país por años. Incluso buscó tener asilo, según lo cuenta su mismo padre en los audios con Daniel García. El hijo del candidato hizo luego un máster y un doctorado en Princeton y ha trabajado en prestigiosas firmas de consultoría de los Estados Unidos.
La suerte judicial de David es el gran dolor de su papá, como lo cuenta a García. “Quiero que lo tenga usted muy claro, para mí no hay ninguna prioridad más grande que salvar a mi hijo y yo quiero que usted lo tenga presente. Lo que tenga que hacer y lo que tenga que decir. Esta es mi prioridad”, confesó Zuluaga mientras recordaba un encuentro con el expresidente Álvaro Uribe, a quien le mintió al decirle que no hizo lo que sí hizo con respecto a Odebrecht y la entrada de dineros a su campaña.
Por ahora, David tendrá que comparecer a la audiencia de imputación. Probablemente, podrá hacerlo de manera virtual por vivir fuera del país y porque, tras la pandemia, muchas audiencias penales se realizan de esta manera. En esa audiencia él solo deberá contestar si acepta o no el cargo que se le imputa. Luego, vendrá una audiencia en la que la fiscalía tendrá que formular la acusación en su contra y después una en la que deberá pedir pruebas.
Durante todo ese tiempo, David podrá negociar con la Fiscalía un principio de oportunidad o un preacuerdo con miras a que el desenlace del proceso resulte mejor para él.
La situación de él y de su padre es compleja. La Fiscalía cuenta con los audios, pero también con el testimonio de Daniel García Arizabaleta, que se comprometió a testificar en su contra a cambio de un principio de oportunidad total.
En los audios, Zuluaga le repitió varias veces a García Arizabaleta que él, como candidato, sabía de la entrada de dineros de Odebrecht a su campaña. “Yo tendré que asumir toda la responsabilidad, si me toca en algún momento, por encima de todos, para proteger a David, para protegerlo a usted y para proteger a todos”, dice Zuluaga en su confesión.
Y va más allá. “Por eso incluso lo que yo he planteado es que la negociación la hice yo solito, que ni siquiera David está involucrado en esto”, dijo Zuluaga.
El excandidato presidencial habló sin tapujos del proceso, de cómo salir del “mierdero” en que estaba metido y que enredó a su hijo David, como gerente de la campaña. “Yo no voy a eludir mi responsabilidad, ni me voy a esconder, ni voy a lavarme las manos con nadie, yo no actúo así”, se le escucha decir a Zuluaga una y otra vez.
En la conversación con García Arizabaleta, que ocurrió mientras la Fiscalía avanzaba en una nueva fase de las investigaciones por el caso Odebrecht, se oye insistentemente a Zuluaga decir que estaba dispuesto a aceptar “cosas que no hizo” con tal de proteger a su hijo David.
“Y dedicado a este problema y protegiendo a David. Es que David está en el trámite del asilo; jueputa, si esto revienta en cabeza de él, chao. Entonces yo tengo que proteger y proteger, y eso se lo dije al presidente, yo quiero tener bajo perfil y no me voy a meter a entrevistas y entrevistas pa’ que salga y salga”, señaló Zuluaga en su conversación.
No es la primera vez que el hijo de Zuluaga enfrenta un lío judicial siendo tan joven y todo por cuenta de la carrera política de su papá queriendo ser presidente de Colombia. Durante siete años estuvo vinculado al sonado caso del hacker Sepúlveda, las supuestas interceptaciones al proceso de paz entre las Farc y el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos. La Fiscalía archivó esa investigación, pero ahora, dos años después, a David Zuluaga se le vino una nueva imputación por el escándalo de Odebrecht. El mismo Zuluaga reconoce, en su charla, el episodio del hacker.
“Cómo cree que me puedo sentir yo, cuál es mi culpa y cuál es mi grado de responsabilidad (...), esto no tiene antecedentes, es el papá y el hijo en un problema de estos, lo tuve que padecer cuando el hacker y ahora otra vez”, advierte Zuluaga.
Los audios revelados por SEMANA se convierten en lo que es una confesión, están en poder de la Fiscalía y forman parte del arsenal probatorio en manos de los investigadores. Esa confesión incluida en los audios ancló los argumentos de la imputación de cargos contra Zuluaga y su hijo.
En su conversación con García Arizabaleta, el excandidato presidencial advirtió que cuando le confesó todo al padre Arturo, un sacerdote amigo, este le recomendó protegerse y proteger a su familia, entre ellos a su hijo. “Esto ocurrió así, yo quiero que me diga qué debo hacer, desde la luz, yo soy un hombre de fe, católico”, señaló Zuluaga al reiterar la recomendación del padre: “No inmolarse”.
“La semana pasada, cuando sale todo este problema otra vez, que la Fiscalía, que las pruebas, volví y hablé con él y le dije: ‘padre, ¿yo qué debo hacer?’. Y volvía y me insistía: ‘no, no, no, usted no tiene derecho, usted debe protegerse’”, se escucha a Zuluaga en los audios.
El excandidato confesó ante el sacerdote que tenía, junto a su hijo y el exdirector del Invías, un “secreto de sangre”. El sacerdote incluyó en su conversación un “principio moral” que bautizó como “restricción mental” para evitar la maldad que los estaba rodeando.
“Le dije: ‘no, padre, aquí hay un secreto que hemos tenido con una persona, pues con Daniel y con mi hijo, como un secreto de sangre que hemos compartido nosotros’, y él me dijo ‘no, no, no’. Por eso yo quería que fuéramos a hablar con él”, contó Zuluaga sobre la conversación con el religioso.
La Fiscalía advirtió, en el reciente llamado a imputación de cargos contra Zuluaga y su hijo, que su campaña presidencial en 2014 recibió 1.610.000 dólares de la constructora Odebrecht, dinero destinado al pago de publicidad y con recibos a nombre de Duda Mendonça, el publicista brasileño.
El excandidato presidencial reveló la estrategia que diseñaron para las diligencias que en la Fiscalía y el Consejo Nacional Electoral se estaban adelantando. Zuluaga explicó que era necesario guardar silencio y buscar aplazamientos mediante comunicados o memoriales a las autoridades.
“Pero lo que estamos planteando es: nosotros no vamos hasta no conocer ese tema y yo creo que, para protección de todos, aquí no podemos entregar nada, nosotros no podemos entregar nada y tenemos que tener una actitud de pelea”, advirtió Zuluaga.
Los audios fueron entregados por García Arizabaleta a la Fiscalía como parte de un eventual principio de oportunidad para convertirse en testigo del caso Odebrecht y en contra de su exjefe político, el mismo que le confesó los hechos de corrupción y el “cariño” que le sentía, además de la “buena fe” de sus actuaciones en la campaña.
“Políticamente nadie va a creer que, hijueputa, entró esa plata y Zuluaga no sabía, así todos digan y yo me sostenga, pues me voy a sostener siempre así, la conciencia colectiva de todo es: este huevón sabía”, se le escucha a Zuluaga en su conversación con el exdirector del Invías.
David es el hijo mayor del exministro de Hacienda; estudió en los Estados Unidos y justamente, al inicio de la campaña política de su papá, regresó al país para tomar las riendas de la contienda electoral. Tras la derrota en segunda vuelta se devolvió a continuar con sus estudios y desde la distancia atendió los llamados de la justicia. En la campaña presidencial de su papá en 2022 no estuvo activo.
En los audios, se nota la angustia en la voz de Zuluaga para convencer a García Arizabaleta de que todos están en un momento difícil, un “mierdero” que para el excandidato presidencial es por partida doble.
Para la Fiscalía no hay dudas, de acuerdo con los elementos de prueba, de la responsabilidad de David Zuluaga en el escándalo de Odebrecht. La imputación en su contra será por el delito de fraude procesal, principalmente por las omisiones en los soportes contables enviados al CNE y la millonaria reposición de los votos.
Zuluaga repite que, en pro de la amistad con García Arizabaleta, está “dispuesto” a asumir su responsabilidad y con ello protegerlos a todos. “Yo soy un hombre de principios, no voy a eludir responsabilidades cuando me toque, pero voy a dar la batalla, y la daré hasta el último momento diciendo que no tuvimos nada que ver en eso y lo que yo respondo es por el contrato, por lo que hicimos y le pagamos”.
Pasó el tiempo y ese llamado “secreto de sangre” voló en mil pedazos. Mientras García Arizabaleta tiene una inmunidad total por haber colaborado con la justicia y delatado a los Zuluaga, el excandidato y su hijo tendrán que decidir qué camino tomarán ante las contundentes pruebas que los incriminan gravemente. Todo en la propia voz de Óscar Iván Zuluaga.