En medio de la espinosa apuesta del Gobierno por la llamada paz total, que no discrimina entre exparamilitares, bandas criminales, narcotraficantes, disidencias y guerrilleros, al despacho del presidente Gustavo Petro llegó una polémica propuesta que plantea repatriar a los más poderosos criminales extraditados a los Estados Unidos, para que se sumen a la paz y aporten a la verdad sobre el largo y sangriento conflicto en el país.
La iniciativa tampoco parece discriminar la organización criminal y es ambiciosa, pues plantea que regresen a Colombia, en calidad de repatriados, y terminen de cumplir sus penas personajes de la talla del exjefe guerrillero Simón Trinidad; el jefe del Cartel de Cali, Miguel Rodríguez Orejuela; el poderoso narco y jefe del Clan del Golfo, Dairo de Jesús Úsuga, alias Otoniel; Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna; Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, y Henry Trigos y Yamit Picón, estos dos últimos del ELN.
SEMANA revela los documentos y las conversaciones que se están llevando en voz baja y de manera confidencial sobre esta controvertida propuesta, que incluso ha tenido eco en sectores del Gobierno que mantienen la tesis de que es necesario, si se quiere lograr la paz, llegar al fondo de lo que ha sucedido en el conflicto e identificar quiénes son los responsables. Algo que incluso ha planteado el presidente Petro.
Esta vez la propuesta viene acompañada de un tema que fue prioridad para Estados Unidos: la extradición del llamado testaferro del régimen de Nicolás Maduro, Álex Saab, capturado en el pequeño país de Cabo Verde; luego de dos años, llevado a los tribunales de su país y, de forma insospechada, tras una negociación con el régimen, fue devuelto a Venezuela, donde hoy es “presidente del Centro Internacional de Inversiones”.
La pregunta que ha surgido y sirve de sustento para esta apuesta en medio de la paz total, que aseguran no estaría completa sin los testimonios de estos expoderosos criminales, es: si Estados Unidos dio vía libre a la repatriación y le abrió la puerta de la cárcel a Álex Saab, ¿por qué no lo haría con ellos?
El documento, que ya está en las manos no solo del presidente Petro, sino también del alto comisionado para la Paz, Otty Patiño; el ministro de Justicia, Néstor Osuna; el canciller (e) Luis Gilberto Murillo, y el presidente del Senado, Iván Name, es firmado por Michell Pineda Ramírez, un curtido abogado que ha representado a exjefes paramilitares, miembros de la Fuerza Pública, guerrilleros y narcotraficantes, y que hoy hace parte de la Fundación Compromiso Colombia, que se ha convertido en una suerte de puente entre los extraditados y el Gobierno Petro.
El tema lo han puesto a sonar, incluso, en el Congreso de la República. Allí fue planteado, en la Comisión Segunda del Senado, de Relaciones Exteriores, en donde se hizo la petición. Se creó una mesa de trabajo para verificar si existen las garantías de protección de derechos humanos de los extraditados y solicitaron “un pronunciamiento respecto a la repatriación de los que denominamos casos emblemáticos para la construcción de la verdad en Colombia, que incluyen exactores del conflicto de izquierda y derecha, detentadores de la necesaria “verdad” requerida para la construcción de la paz y que purgan sus penas en ese país”, se lee en el documento que conoció SEMANA.
Las llaves de la repatriación que parecían perdidas, de acuerdo con la propuesta, habrían reaparecido con el caso Saab, y así lo deja claro la petición: “El mundo vio, en diciembre de 2023, cómo el Gobierno de Estados Unidos liberaba a Álex Saab y lo enviaba de regreso a Venezuela, país que, igual que Colombia, no tiene suscrito Tratado de Repatriación, lo que muestra la posibilidad de hacerlo con colombianos que quieren participar en la construcción de la paz total con su aporte a la verdad”.
La propuesta no es un simple tiro al aire, según confirmó este medio; se está discutiendo en las más altas esferas del Gobierno y con quienes tienen interés en la negociación y en la accidentada paz total.
SEMANA habló con Pineda, quien reafirmó que es un hecho la iniciativa de traer a esos peces gordos del narcotráfico, la guerra y el conflicto en Colombia. “Se hace necesario plantear un procedimiento que permita conocer la verdad de los hechos que marcaron la violenta historia del país, de quienes fueron sus protagonistas. Entonces las razones para repatriar se sustentan desde los derechos de las víctimas a ser reparadas, la reconstrucción de la memoria histórica del país sin olvidar los derechos humanos de los detenidos en esas cárceles”, explicó Pineda.
Y agregó: “El país requiere la verdad de todos los que participaron del conflicto, sin excepción, independientemente de que sus acciones obedecieran a pertenecer a estructuras de derecha o izquierda; hay que ser incluyentes para hacer la paz, recordemos que el error en la discusión de la Constitución de 1991 fue dejar por fuera de la misma al ELN, las Farc y los grupos de autodefensas campesinas que en ese momento comenzaron su accionar. Por eso hoy seguimos en un reciclaje del conflicto con sus sucesores”.
Una cruzada que en principio parece imposible, pues vale la pena recordar que en momentos del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, mientras se negociaba con las Farc, uno de los temas que parecía casi un inamovible para la guerrilla era la repatriación de Simón Trinidad, que nunca fue aceptada.
Sin embargo, en esta nueva propuesta, hay un precedente y una posición clara del presidente Petro, quien, incluso, en momentos de su candidatura, y a pocos meses de ganar la elección, fue claro. Refiriéndose al caso del peligroso Otoniel, dijo que no lo hubiera extraditado, por lo menos, hasta que contara toda la verdad en Colombia de las relaciones del paramilitarismo con políticos y militares.
Incluso, es claro que el Gobierno Petro no es ajeno a la repatriación de uno de los más poderosos exparamilitares del país, Salvatore Mancuso, a quien incluso le dieron la condición de “gestor de paz” como estrategia para recuperar la libertad. Además, la JEP le dio un estatus sin precedentes en ese tribunal transicional “como sujeto incorporado a la Fuerza Pública” para aceptar su sometimiento.
Por ahora, el asunto está rodando y se habla, incluso entre el Gobierno, además de la posibilidad de plantear esta solicitud con los extraditados VIP, de buscar los caminos para que otros detenidos en Estados Unidos, no tan conocidos, pero ligados directamente y con conocimiento claro del conflicto, puedan sumarse a la indescifrable paz total.