Apenas dos días antes de morir, el coronel Óscar Dávila, jefe de la oficina de Anticipación de la Presidencia de la República, recibió una sorpresiva visita de la Fiscalía en el misterioso despacho que funciona en el piso 13 de la Dian, a pocas cuadras de la Casa de Nariño. En esa diligencia de registro se llevaron, entre muchos elementos, un computador, que sería una de las piezas claves en la investigación. Pero, además, tal vez fue la primera y única vez que el fallecido coronel dio su versión, de manera informal, al ente acusador.
SEMANA revela en exclusiva un documento de 17 páginas, calificado como de información “sensible”, en el que se hace un detallado reporte de todos los sofisticados equipos electrónicos utilizados especialmente para la seguridad presidencial, algunos incluso fueron donados por el Gobierno de Estados Unidos, por lo tanto, la información es de alta confidencialidad.
En el documento explica el porqué la Fiscalía llegó a hacer esta diligencia: “Se dispone que con apoyo de informática forense de la Fiscalía General se realice inspección judicial a las oficinas ubicadas en el ala norte del piso 13 del edificio Sendas de la Dian (incluidos los computadores), en donde funciona una dependencia de la Presidencia de la República, la cual permita el análisis y extracción de información de forma forense a los equipos electrónicos con el fin de verificar y/o establecer la posible existencia de copia espejo del celular de la señora Marelbys Meza, que se habría realizado el 29 de enero del año que transcurre”.
La Fiscalía deja constancia de que el encargado de atender la diligencia fue el coronel Óscar Dávila, quien, según Medicina Legal, se suicidó dos días después de la diligencia. Él puso a disposición toda la dependencia del piso para el registro y traslado de los equipos. Ahí vino la pregunta clave, saber si dentro de las instalaciones hay equipos que permitan el análisis y extracción de información de forma forense de equipos electrónicos.
“Los funcionarios de la jefatura, en cabeza del coronel Dávila, refieren que tienen un cuarto al costado oriental que funciona como almacén de equipos de cómputo, equipo de contramedidas electrónicas, drones, inhibidores de señales, cámaras de video, radios de comunicación, entre los que se encuentra un equipo Ufed, de la marca Cellebrite”, señala el documento.
Este último elemento llama poderosamente la atención, pues el equipo Ufed (Universal Forensic Extraction Device) es el nombre del programa para extraer información de teléfonos móviles, y se usa única y exclusivamente bajo órdenes judiciales. Tiene incluso la capacidad para rastrear y encontrar información que haya sido borrada de los dispositivos.
El documento es muy específico en lo que fue encontrado y cómo les fue entregado, pero hay un factor adicional; la corta versión que entregó el coronel Dávila a los funcionarios de la Fiscalía que fueron a realizar la diligencia de allanamiento y registro. En ella se refirió a los equipos de alta tecnología, donados por Estados Unidos, que habían sido devueltos durante el anterior Gobierno del presidente Iván Duque, y que fueron solicitados nuevamente en noviembre, ya en el mandato de Gustavo Petro.
“Se pregunta al coronel Dávila si conoce el origen del equipo y qué uso se da a estos elementos, a lo cual indica: yo recibí esta oficina en el mes de agosto de 2022, posteriormente, recibí información de que la embajada americana prestaba apoyo con equipos para la seguridad presidencial, pero que habían sido devueltos a la embajada aproximadamente en el mes de julio de 2022. Posteriormente, hicimos un contacto con el personal de la embajada americana, donde le expusimos la necesidad de los equipos que se encontraban acá anteriormente para la seguridad del señor presidente”, señala el informe confidencial. Dávila explicó que ahí se acercó a funcionarios de la embajada a requerir los equipos que consideraba necesarios para la protección del presidente Gustavo Petro, y estos, en efecto, les fueron entregados nuevamente en noviembre.
“Después de reuniones realizadas con ellos, para el mes de noviembre, aproximadamente, nos fueron entregados nuevamente los equipos como drones, inhibidores de señal, el kit Cellebrite y el portátil Getac”.
Sin embargo, aunque el coronel Dávila negó haber usado estos aparatos, hizo referencia a lo señalado por Marelbys Meza, exniñera de la entonces jefa de gabinete Laura Sarabia, quien le contó a SEMANA que el mismo día en que le realizaron la prueba de polígrafo, le fue arrebatado su teléfono celular durante un par de horas. “Este equipo, desde ese momento, ha estado en este cuarto y no ha tenido ningún tipo de uso desde el día que lo recibimos y desconozco si fue utilizado previamente.
Por lo anterior, pongo a disposición de la Fiscalía este equipo para que se realicen los exámenes técnicos que consideren y verifiquen que este no fue utilizado para la actividad que mencionan los medios de comunicación, de extracción de información del teléfono de la señora Marelbys Meza, los cuales son el fundamento de esta diligencia”, dijo Dávila a los funcionarios de la Fiscalía, dos días antes de su muerte, y anticipando lo que ya era un escándalo nacional.
Como se sabe, el 9 de junio, en la zona de Ciudad Salitre, muy cerca de donde vivía, en horas de la noche, el coronel Dávila apareció muerto en su camioneta. Según el informe de Medicina Legal, por un suicidio, cuando aún tenía pendiente una cita que él mismo había solicitado a la Fiscalía para declarar todo lo que sabía alrededor de este escándalo que, para ese momento, ya implicaba incluso la interceptación ilegal de los teléfonos de Marelbys Meza y de otra empleada de la casa de Laura Sarabia.
La Fiscalía procedió a embalar, rotular y poner en cadena de custodia los equipos, en especial el sistema Ufed y el portátil Getac, encontrados en la oficina del piso 13. No se trata de simples aparatos, “son plataformas que recopilan y analizan datos, incluso de comunicaciones, para situaciones de conflicto; que pueden ser estudiados y compartidos bajo estricta reserva a los superiores”.
El coronel Dávila también entregó a los hombres de la Fiscalía dos folios impresos con la lista de todos los funcionarios de la Jefatura de Anticipación con el grado, nombre y funciones desarrolladas. Datos que SEMANA mantiene confidenciales porque son sensibles y de reserva de la investigación.
Entre las funciones de este equipo, que quedaron detalladas en el informe, están “el Csirt, equipo responsable de incidentes cibernéticos”, otro más encargado de “coordinar y recolectar información con las Fuerzas Militares, Policía y Entidades del Estado, en torno al contexto de seguridad en los sitios a los cuales el señor presidente realizará visitas”.
A estos se suman el Prefa, encargado de “seguimiento a medios de comunicación, redes sociales y hechos de orden público”, y el último equipo, que hace los estudios de seguridad de personal de la Policía, Fuerza Pública y de la Unidad Nacional de Protección (UNP), que trabajan para la Presidencia y sus entidades adscritas.
Todo un arsenal de equipos de inteligencia de alta tecnología, y más de 65 hombres de diferentes fuerzas, en especial de la Policía, son los que forman parte de esa oficina de anticipaciones. ¿Hasta dónde llegaron en sus investigaciones? ¿Por qué usar estos dispositivos para resolver un robo doméstico como si se tratara de un tema de seguridad nacional? ¿Por qué realizar un polígrafo a una persona que no es objeto de investigación? ¿Le sacaron copia espejo al celular de Marelbys Meza? Son respuestas que solo sabía el coronel Dávila y que tal vez se puedan conocer con los resultados de la investigación. Por lo pronto, un equipo especializado de la Fiscalía está realizando todos los análisis de estos equipos que están bajo cadena de custodia.