Anda, no joda, esa es la vida que a mí me gusta”, decía Nicolás Petro mientras disfrutaba de una existencia de lujos y excesos, al tiempo que recaudaba dinero para la campaña de su papá, el hoy presidente Gustavo Petro.

En principio, dijeron que esa plata se la había embolsillado, pero la gran revelación fue que parte de ella, así lo confesó, sí entró a la campaña. La Fiscalía destapó un arsenal de pruebas de la opulencia del hijo del presidente y su expareja Day Vásquez.

Casas, apartamentos, lotes, autos de alta gama, joyas, calzado y ropa de diseñador son parte de los lujos que Petro y Vásquez disfrutaron en las vacas gordas de la campaña Petro Presidente 2022. Los viajes continuos entre Barranquilla y Bogotá, prestigiosos hoteles y restaurantes, reuniones, fiestas quedaron registrados y se convierten en la evidencia de los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos.

La pareja de la familia presidencial aprovechó el momento, aunque sabían o anticiparon que todo se podía desbaratar. Tenían claro que tal opulencia estaba en riesgo, por lo que decidieron invertir sin aparecer en los documentos. Se dedicaron a visitar proyectos inmobiliarios, a pagar arriendos de entre 15 y 20 millones de pesos, y por adelantado.

La pareja de la familia presidencial aprovechó el momento, aunque sabían o anticiparon que todo se podía desbaratar. Tenían claro que tal opulencia estaba en riesgo, por lo que decidieron invertir sin aparecer en los documentos.

“Nos vamos a quedar cortos”, decía Nicolás Petro en el centenar de conversaciones con Day Vásquez mientras hablaban de cifras de 50, 60 y 80 millones de pesos metidos en maletas, morrales, tulas y los bolsillos de chaquetas en el clóset que tenían como sucursal bancaria, en un apartamento de Barranquilla.

En esas conversaciones, Day Vásquez habla de fajos de billetes, que no cuentan, sino que pesan. “Están como flojos”, decía la exesposa del hijo del presidente para calcular que faltaba dinero de los arrumes de efectivo que repartían con cuidado en los cajones y la ropa del armario.

Los chats que presentó la Fiscalía, revelados por SEMANA en marzo de este año, muestran en detalle cómo la pareja se dedicó a gestionar, recibir, transportar y guardar millones de pesos en efectivo, en una operación de lavado de activos que terminó por involucrar a familiares cercanos de la exnuera del presidente Gustavo Petro.

El mismo Nicolás Petro advirtió que no sería “bien visto” que el hijo del presidente de la república tuviera ese tipo de movimientos financieros.

Un Mercedes de 200 millones

“Como niña chiquita”, decía el fiscal Mario Burgos, se comportaba Day Vásquez cuando le pedía cosas a Nicolás Petro, pero no cualquier regalo: un auto de lujo, un Mercedes de 200 millones de pesos, que logró obtener y que después se convirtió en un problema para la pareja, pues nadie lo quería tener a su nombre.

Day le escribía a Nicolás “lo quiero”, también “saqué 10 para los muebles”, a lo que el hijo del presidente siempre respondía con “bueno” o “ajá”. Así transcurrieron meses de conversaciones en una coordinada estrategia para mover los millones de pesos en efectivo sin pasar por el sistema financiero o el radar de las autoridades.

El mismo Nicolás Petro advirtió que no sería “bien visto” que el hijo del presidente de la república tuviera ese tipo de movimientos financieros. Entonces, decidieron ubicar, contratar o convencer a otras personas de aparecer en los documentos, contratos y cartas de propiedad de los bienes y vehículos que adquirieron.

En los chats aparecen fotos con joyas y autos de lujo. Day consiguió lo que quería y accedía a ello con solo meter la mano en el clóset. Justamente, en esas conversaciones, se revela cómo las sumas de dinero en efectivo que recaudaban, de acuerdo con la Fiscalía para financiar la campaña del hoy presidente Gustavo Petro, se quedaron en el camino y terminaban en el armario.

Gustavo Petro y Nicolás Petro.

–Day Vásquez: Pero no se sabe si está completo.

–Nicolás Petro: Sí, esa es la otra.

–Day Vásquez: Porque es puro billete de 20.

–Nicolás Petro: Sí.

–Day Vásquez: Y el que cogí ahorita estaba flojo.

–Nicolás Petro: Mmmm, bueno. Entonces, en lugar de coger 18 yo cojo 15 para que pagues la universidad.

Las extensas conversaciones que conscientemente guardó Day Vásquez y que ahora se convierten en los elementos de prueba, incluso en su contra, hablan de cómo su propia familia se sorprendió con la opulencia y los exagerados gastos, a tal punto que la mamá de Nicolás Petro se aterró cuando vio los apartamentos y las casas. Ella misma lanzó una frase, retomada por la Fiscalía: “Esto parece de traquetos”.

Como la pareja discutía por las cantidades de dinero que pasaban por el clóset, decidieron comprar una caja fuerte, que se quedó pequeña, pues los fajos de billetes saltaban de bolsillo en bolsillo, o a las maletas y chaquetas. Optaron por instalar cámaras de seguridad, que apuntaban de manera directa a la improvisada bóveda.

–Day Vásquez: Voy a averiguar la cámara y ponerla en el clóset donde va a estar la plata.

–Nicolás Petro: Bueno.

Inversiones y derroche

El lavado de activos, de acuerdo con la investigación de la Fiscalía, superó los 1.000 millones de pesos, representados en los gastos, las compras y los lujos que no solo quedaron en los reportes, contratos o facturas. En las propias conversaciones era evidente el afán por invertir y derrochar.

“Se pudieron observar varios eventos, compra de bienes, compras en establecimientos de comercio como Carolina Herrera y Ferragamo, entre otros. Como muy bien lo decía el señor Nicolás Fernando Petro: ‘Anda, no joda, esa es la vida que a mí me gusta’. Y así lo ha puesto en práctica, un mundo de lujos a como dé lugar, consiguiendo dinero no solo para él, sino para inyectar cifras y poder aportar a la campaña del hoy presidente, doctor Gustavo Petro Urrego”, señaló el fiscal del caso.

Los lujos y gastos se extendieron después de que terminó la relación sentimental entre Day Vásquez y Nicolás Petro. Así quedó en una conversación en poder de SEMANA, y que la Fiscalía reveló durante las audiencias, en la que se escucha a Day Vásquez, en una videollamada, con Máximo Noriega, el frustrado candidato a la gobernación del Atlántico.

En la charla se revela la insistencia del hijo del presidente por un dinero que supuestamente le tienen guardado, mientras que Day recuerda cómo Nicolás Petro usó 90 millones de pesos para viajar a Punta Cana con la “otra” y también pagó un tour por Europa, que ni siquiera utilizó: “Una millonada metida ahí”.

Day Vásquez cerró las conversaciones y el material de prueba con varias frases recapituladas por la Fiscalía justo cuando ella advirtió una traición y una “falta de palabra” de Nicolás Petro. Ese fue el detonante del escándalo, y mientras a ella le exigían la entrega de un dinero, ella respondía: “Ladrón que roba a ladrón...”.