La temporada decembrina generalmente viene acompañada de un aumento notable en el consumo de alimentos por las fiestas y celebraciones familiares en la Navidad, pero esto trae también un incremento importante en las intoxicaciones por ingerir comida en mal estado. Por eso, desde la Dirección Territorial de Salud de Caldas se intensifican los controles en los establecimientos comerciales dedicados a esta actividad, con el objetivo de prevenir las emergencias.
El Instituto de Vigilancia de Alimentos y Medicamentos, (Invima) trazó las directrices para que en el departamento se efectúen los controles del caso en los 26 municipios de categorías 4, 5 y 6: entre los que no se encuentra Manizales, en los que se deben realizar las revisiones pertinentes a más de 8.000 establecimientos.
Sobre este particular, el médico veterinario zootecnista coordinador del Área de Salud Ambiental de la Dirección Territorial, Carlos Andrés Sánchez Baena, indicó que en Caldas se tienen 42 técnicos de saneamiento para adelantar las acciones encaminadas a evitar las Enfermedades Transmitidas por Alimentos, conocidas como ETA, que pueden incluso llegar a ocasionar la muerte.
“Buscamos la capacitación técnica, especialmente en aspectos como la inspección, vigilancia y control de la comercialización o preparación de alimentos en restaurantes, puestos de comidas rápidas, panaderías y carnicerías, entre otros. Siempre se hacen todas las comprobaciones de las condiciones locativas, la infraestructura de los establecimientos y verificamos que sí tengan toda su documentación en regla”, precisó.
También destacó los exámenes de calidad que se llevan a cabo en Caldas sobre las materias primas que son utilizadas, así como los controles que permiten determinar que se esté haciendo un correcto proceso de almacenamiento o refrigeración si es el caso.
Para los últimos meses de 2022 manifestó que se espera como es costumbre un aumento importante en el consumo de alimentos, especialmente los que son preparados, por lo que se estará verificando que los programas de limpieza y desinfección se estén cumpliendo a cabalidad en los locales, que se haga el control de plagas, que se produzcan alimentos con agua potable y, en general, que se mantengan todas las condiciones sanitarias que permitan garantizar que los ciudadanos no se enfermen por problemas relacionados con el mal estado de la comida.
Además, aseguró que es fundamental saber cuáles son los conocimientos que poseen las personas que tienen contacto directo con los alimentos en los establecimientos comerciales a la hora de prepararlos, ya que lo ideal es que cuenten con un esquema de capacitación para que implementen todas las medidas de higiene que garanticen la inocuidad de lo que será consumido por los clientes a la hora de cocinarlos y servirlos.
Los alimentos con deficiencias en su preparación o mal manipulados son un foco potencial de bacterias como la listeria, que está en la leche, alimentos crudos o procesados, así como la E. coli y la salmonela, que se pueden encontrar en huevos y carnes en mal estado o frutas y verduras sin lavar.
Recientemente, se presentó un hecho de intoxicación masiva en el Eje Cafetero, específicamente en la ciudad de Pereira, donde 37 personas presentaron síntomas como vómito, diarrea y náuseas después de comer empanadas que habían sido adquiridas en dos panaderías localizadas en el barrio Perla del Sur de la Ciudadela Cuba y la Central Mayorista de Abastos, Mercasa.
Tras los análisis toxicológicos de las muestras recolectadas que realizó el laboratorio del Instituto Nacional de Medicamentos y Alimentos (Invima), la secretaria de Salud Pública y Seguridad Social de la capital risaraldense, Ana Yolima Sánchez Gutiérrez, afirmó que la comida estaba contaminada por un compuesto orgánico degradable denominado Etión, el cual contiene enlaces de fósforo-carbono.
Detalló también que este elemento es normalmente empleado como plaguicida o pesticida y que las autoridades competentes harán las investigaciones para esclarecer lo ocurrido, ya que es probable que ni siquiera se encontrara en la vivienda donde elaboraban las empanadas para luego venderlas en las panaderías, sino que podía estar presente en los alrededores.