El Servicio Geológico Colombiano emitió un nuevo informe sobre el comportamiento que tuvo este lunes, 1 de mayo, el volcán Nevado del Ruiz, que amenaza con hacer la erupción más grande de la última década, por lo que se mantiene activa la alerta naranja.
El grupo de expertos aseguró que hubo un leve incremento en la actividad sísmica asociada al fracturamiento de roca. Los temblores estuvieron a una distancia de dos kilómetros del cráter Arenas, una de las partes más sensibles del complejo natural. Mientras que las profundidades variaron entre tres y cuatro kilómetros. El sismo de mayor magnitud se reportó a las 3:43 de la tarde con 1,8.
Por otro lado, la actividad sísmica relacionada con el movimiento de fluidos al interior de los conductos volcánicos también tuvo un aumento en la energía liberada, si se compara con las estadísticas del 30 de abril. Esto se manifestó con la emisión de ceniza que corrió tres kilómetros alrededor del Nevado del Ruiz.
“Continúa la desgasificación de dióxido de azufre a la atmósfera y la salida de vapor de agua en el volcán. La altura máxima de la columna de gases y/o ceniza observada ayer fue de 800 metros medidos desde la cima del volcán, esta presentó una dirección de dispersión predominante hacia el occidente - noroccidente del volcán”, reseñó el Servicio Geológico Colombiano.
Se agregó que permanecen las anomalías térmicas en el fondo del cráter, según la información emitida desde las plataformas de monitoreo satelital. Las altas temperaturas se presentaron durante el lunes festivo y hasta las 8:30 de la mañana de este martes, 2 de mayo.
Todos estos indicadores ponen en evidencia lo que la entidad ha reiterado desde hace 34 días: “La actividad del volcán Nevado del Ruiz sigue siendo muy inestable. Es posible que los niveles de actividad sísmica, así como los niveles de desgasificación o salida de ceniza disminuyan o sean oscilatorios, en el sentido de aumentar unos días y disminuir otros. Sin embargo, esto no implica que el volcán haya retornado a sus niveles normales de actividad”.
Es decir, no se recomienda a la comunidad acostumbrarse a estas características que pueden ser traducidos como mensajes de tranquilidad. Al contrario, se debe seguir al pie de la letra las peticiones de los organismos de socorro porque se podría presentar una erupción en término de días o semanas.
Mapa de riesgos
Un mapa de amenaza elaborado por el Servicio Geológico Colombiano pone en evidencia los pueblos que deben estar preparados en dado caso de que sus sospechas se hagan realidad. Allí se encuentran en etapa de alistamiento ante una posible emergencia.
- Zona de amenaza alta por caídas de piroclásticos
En primer lugar, los flujos piroclásticos o nubes ardientes son una mezcla de gases con materiales sólidos, como ceniza y rocas de diferentes tamaños, que pueden movilizarse a grandes velocidades y a altas temperaturas desde el volcán.
“Afectarían las partes cercanas del edificio volcánico, canalizándose por las cuencas de los ríos Lagunilla, Gualí, Azufrado, Recio, Molinos y las quebradas Nereidas, Alfombrales, La Lisa, La Marcada, La Hedionda, Aguas Calientes, La Plazuela y La Negra”, reportó el SGC.
- Zona de amenaza alta por lahares
Los lahares o avalanchas son flujos de lodo volcánico que se componen de una mezcla de roca, arena, arcilla, escombros y agua. “Los lahares son altamente destructivos debido a su densidad y a la velocidad que puedan tomar”, explicaron los expertos del Servicio Geológico.
En la zona occidental del volcán, en las veredas de Villamaría (Caldas), descenderían por los valles de las quebradas Nereidas y el río Molinos; luego alcanzarían a los ríos Claro y Chinchiná; más tarde correrían 62 Kilómetros hasta desembocar en el río Cauca y, tal vez, avanzar algunos kilómetros aguas abajo.
En este recorrido se afectarían las zonas rurales de los municipios de Manizales, Villamaría, Chinchiná, Palestina, Neira y Anserma (Caldas).
Mientras que al sector del norte y nororiente de la cuenta del río Gualí, los flujos podrían avanzar cerca de 97 kilómetros hasta desembocar en el río Magdalena, donde podrían seguir su recorrido aguas abajo.
En este camino, se afectarían las zonas rurales de Fresno, Herveo, Casabianca, Honda Palocabildo, Falan y Mariquita; y las cabeceras municipales de Mariquita y Honda (Tolima).