Un caso de presunto parricidio tiene aterrados a los vecinos del barrio El Guamal en la ciudad de Manizales, donde un hombre al parecer con serios problemas por consumo de sustancias alucinógenas habría asesinado a su progenitor.
Las circunstancias sobre el crimen ocurrido en la calle 51A con carrera 39 de la capital caldense aún no son claras, pues solo se sabe que el hijo de la víctima continúa bajo arresto como sospechoso por su fallecimiento; ya que el único testigo es un joven con autismo, quien es nieto del hombre que murió.
Este martes 20 de junio sobre las 4:30 p.m. un sujeto salió desesperado a la calle a pedir ayuda y llamó a las puertas de algunos vecinos que no le hicieron caso, sin embargo siguió insistiendo y logró que dos hombres que se encontraban en la zona entraran a la vivienda donde se produjo el deceso.
Al ingresar encontraron en el suelo a Luis Enrique Franco Vallejo, un pensionado de 66 años de edad por quien nada logró hacer el equipo médico que llegó en una ambulancia, ya que solo se pudo certificar que no tenía signos vitales.
Con el paso de las horas lo que parecía ser un accidente doméstico al caer por unas escaleras internas, se fue convirtiendo en posible homicidio por parte del hijo de Franco Vallejo, a quien habían internado varias veces en diferentes centros de rehabilitación.
Algunas versiones que se han conocido apuntan a que el joven y su padre discutieron, por lo que este lo echó a rodar por las escaleras. Después, en medio de un ataque de ira, lo golpeó repetidamente con la hebilla de un cinturón hasta quitarle la vida.
Los vecinos de Luis Enrique asistieron hoy a su funeral, todavía con la incertidumbre de saber qué fue lo que ocurrió y cómo asumirá la familia este nuevo golpe, ya que hace pocos meses falleció su esposa por enfermedad.
Acerca de su hijo se supo que lleva muchos años inmerso en el consumo de drogas y que ha tenido varios conflictos en el barrio, pues incluso se le acusa de apuñalar un perro en la cancha del sector.
El que sí parece resolverse es el homicidio de Gabriel Sánchez Vásquez, un hombre de 53 años conocido como Noldo que residía en el Municipio de San José al occidente de Caldas, quien perdió la vida en extrañas circunstancias el 1 de noviembre de 2022.
Las investigaciones adelantadas por la Fiscalía, el grupo GAULA y la Policía Nacional permitieron la captura del tercero de los presuntos implicados en este crimen, que se habría producido con el objetivo de robarle el vehículo en el que se desempeñaba como transportador informal.
Ese día la víctima fue contactada por un hombre que reside en Belalcázar, un municipio cercano a San José, quien ya lo había contratado varias veces para llevarlo hasta Manizales. En esta ocasión el viaje propuesto era a la ciudad de Medellín, pasando por Puerto Berrío en Antioquia.
En esta población tenía que recoger a unos supuestos mineros que regresaban a su casa en la capital antioqueña, pero cuando pasaban por un sector conocido como Saúl, en el área rural del municipio de Remedios, lo amenazaron con arma de fuego y lo llevaron a una zona boscosa dónde acabaron con su vida.
Después de eso llamaron a su familia para decirles que Noldo estaba secuestrado por el Clan del Golfo y que exigían $ 80 millones de pesos para liberarlo. La familia desesperada logró reunir una pequeña suma y hacer varias transferencias virtuales.
Los días pasaron sin conocerse nada acerca del paradero de Gabriel Sánchez, hasta que el Ejército Nacional reportó el hallazgo de su cuerpo en alto grado de descomposición. A partir de ese momento se hizo un seguimiento a los movimientos bancarios y las llamadas telefónicas, lo cual permitió la captura de dos sujetos en la ciudad de Medellín.
A estas personas les encontraron los celulares desde donde llamaron a los familiares de la víctima, pero faltaba la captura de alias Josué, el cliente habitual que contrataba al transportador informal para llevarlo a Manizales debido a sus limitaciones físicas para movilizarse.
En su teléfono celular, los investigadores habrían encontrado pruebas sobre las transferencias bancarias que hizo la familia, así como una foto de la víctima que le enviaron a sus seres queridos antes de asesinarlo, como prueba de que sí lo tenían secuestrado.
Las tres personas capturadas por este crimen se encuentran recluidas en un establecimiento penitenciario, para responder por los delitos de extorsión agravada, desaparición forzada y hurto agravado.