El invierno sigue azotando con fuerza a Caldas y generando afectaciones a las diferentes comunidades, como sucedió en los corregimientos de Bolivia y San Daniel, que pertenecen al municipio de Pensilvania, al oriente del departamento, donde los vientos huracanados provocaron el colapso parcial en las cubiertas de dos viviendas.
Mientras tanto, en Neira, que está ubicado al norte de Caldas, se presentó un movimiento en masa en el sector Castellana Baja que por fortuna no afectó a las casas del lugar, aunque se mantiene un monitoreo constante por parte de las autoridades.
Otra de las localidades golpeadas por las lluvias es Supía, donde sus habitantes y la administración municipal siguen a la espera del apoyo desde la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres por la inundación del pasado 3 de septiembre; que dejó una persona fallecida, 7 heridas, más de 3 mil familias damnificadas, 16 barrios y veredas incomunicados, 48 casas destruidas por completo, 84 averiadas y otras 934 con daños menores.
Allí, un vendaval en el casco urbano generó el destechamiento de una vivienda, por lo que sus habitantes sufrieron pérdidas y daños en algunos de sus muebles y enseres.
Pero la fuerza de las aguas con el incremento de las lluvias también pone en dificultades a Chinchiná, específicamente en la vereda La Estrella, donde la creciente súbita de una quebrada inundó cuatro casas y produjo una gran palizada sobre el puente que comunica a sus habitantes con el sector del Bajo Español.
El alcalde de la población, Eduardo Andrés Grisales López, conformó un equipo de trabajo con la Secretaría de Planeación e Infraestructura, el Concejo Municipal, el Comité de Gestión del Riesgo, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Chinchiná, la Policía Nacional y funcionarios de la Central Hidroeléctrica de Caldas, (CHEC), para adelantar las labores de limpieza de esta área y el lavado de las vías con maquinaria.
También se lleva a cabo el censo de la población para lograr una plena identificación de las familias que terminaron damnificadas, a las cuales se les entregan mercados y subsidios de arrendamiento mientras se define su reubicación.
Frente a estas situaciones y teniendo presentes los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, (IDEAM), según los cuales la temporada de lluvias abundantes se mantendrá durante los últimos tres meses de este año y los dos primeros de 2023; desde la Secretaría de Medio Ambiente de Caldas se implementó la estrategia de Comités Barriales que permite alcanzar una mejor preparación de la ciudadanía ante cualquier emergencia.
De acuerdo con Milena Bautista, quien es trabajadora social de esta dependencia, se realiza una labor que tiene como objetivo fortalecer a las comunidades mediante la conformación de grupos con los líderes comunitarios, los cuales deben estar enfocados en la prevención de los riesgos.
Explicó que también se pretende que puedan identificar plenamente las zonas vulnerables de sus comunidades, pero con una adecuada capacidad de respuesta, por lo cual se lleva a cabo una capacitación completa en primeros auxilios, planes comunitarios y visitas en los territorios para conocer las amenazas.
Destacó el trabajo que se realiza con un enfoque diferencial étnico en los municipios donde se tienen Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras, (NARP), como lo son La Dorada, Anserma, el Corregimiento de Arauca en Palestina, Marmato y Supía.
Gonzalo García Barbosa, quien hace parte de la Secretaría de Infraestructura de Caldas, indicó que en este momento se trabaja con las alcaldías municipales para superar con éxito la temporada invernal. Destacó que se cuenta con 10 combos de maquinaria amarilla que están repartidos de manera estratégica en las seis subregiones del departamento para que cualquier deslizamiento o movimiento en masa pueda ser atendido de forma rápida y eficiente.