El Servicio Geológico Colombiano entregó un nuevo reporte de la actividad del volcán Nevado del Ruiz, que se encuentra en un nivel II o amarillo. El registro más reciente corresponde al período comprendido entre el 4 y el 10 de julio de 2023.
De acuerdo con lo observado en los equipos de monitoreo ubicados en el sitio, el volcán continuó mostrando inestabilidad en su comportamiento, los niveles de actividad fueron bajos y la mayoría de los parámetros monitoreados presentaron variaciones menores.
John Makario Londoño Bonilla, director técnico de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano, destacó que, en la última semana, la actividad de este volcán, en términos generales, ha permanecido en niveles bajos, comparado a cuando estuvo en nivel naranja.
“Esto quiere decir que ha presentado niveles de sismicidad relativamente estables localizados en diferentes lugares alrededor del volcán, pero en general, en términos de poca cantidad y poca energía. Igualmente, las emisiones de gases y ceniza han permanecido estables”, afirmó el experto.
El balance de la actividad presentado por el SGC aclara que algunas de las señales sísmicas estuvieron asociadas a emisiones de gases y ceniza a la atmósfera y a cambios en la temperatura relativa del material emitido. Estos fenómenos fueron confirmados a través de las cámaras convencionales y termográficas utilizadas en el monitoreo del volcán.
Llama la atención la incandescencia observada el 4 de julio asociada a la emisión de ceniza de las 8:48 p. m. que alcanzó uno de los mayores valores de temperatura relativa estimados en el último año.
Entre los parámetros analizados está el de la sismicidad asociada al fracturamiento de roca en el interior del edificio volcánico, el cual aumentó en el número de sismos registrados y en la energía sísmica liberada en comparación con la semana anterior.
Los sismos se localizaron principalmente en el cráter Arenas y en los sectores nororiental y occidental-suroccidental del volcán, y adicionalmente se registró sismicidad de baja energía asociada a la actividad del domo, que es una protuberancia o montículo de lava ubicado en el fondo del cráter, los días 7, 8 y 10 de julio.
“La deformación de la superficie volcánica permanece muy estable y podemos decir que la actividad del volcán continúa en nivel amarillo, es decir, mostrando cambios y su comportamiento, pero que no afecta de manera importante la actividad en general del volcán, por lo que permanecerá en este nivel”, aseveró Londoño Bonilla.
El reporte confirma que la altura máxima en vertical de la columna de gases y ceniza fue de 2.000 metros sobre la cima del volcán, reportada el día 4 de julio. La dirección preferencial de dispersión de la columna varió entre el noroccidente y suroccidente de la estructura volcánica.
El SCG confirma también que durante la semana del informe se tuvo reporte de varias anomalías térmicas de baja energía en el fondo del cráter Arenas, las cuales fueron observadas a través de las plataformas de monitoreo satelital.
Los expertos no descartan que sigan ocurriendo emisiones de gases y ceniza con dispersión de acuerdo con el régimen de vientos que impere en el momento de la emisión, ni tampoco que se presenten algunos sismos que pueden ser sentidos en la zona de influencia, debido al nivel de actividad en el que se mantiene el edificio volcánico.
“Como es un volcán activo, en cualquier momento puede acelerar los procesos de desestabilización y por eso es importante permanecer atentos a las recomendaciones de las autoridades y estar informados con los datos que el Servicio Geológico Colombiano revela de manera oportuna”, indicó el director técnico de Geoamenazas.
Destaca que es importante no normalizar el comportamiento del volcán en nivel amarillo, que indica cambios en el comportamiento de la actividad volcánica.