Con profundo dolor, los habitantes del municipio de Casabianca, ubicado al norte del Tolima, ven la manera en la cual el fuerte invierno que azota a la región se cobra otra vida de forma trágica. En esta ocasión, un deslizamiento de tierra de grandes proporciones sepultó una vivienda en la vereda Peñolcitos y sorprendió a una familia mientras dormía.
Todas las personas que habitaban la casa pudieron salir por sus propios medios, excepto Andrés Felipe Rivera Ramírez, un niño de apenas 6 años que no logró escapar del alud. Sus familiares y algunos vecinos empezaron de inmediato a excavar en medio de la angustia para tratar de localizar al menor que permanecía entre la tierra y los escombros.
Después de unos minutos que se hicieron eternos, por fin fue posible divisar el cuerpo de Andrés Felipe y extraerlo de entre los restos de la vivienda. Se procedió en el acto con su traslado a la E.S.E. Hospital Santo Domingo de esta población del Tolima, aunque lamentablemente, las esperanzas se diluyeron muy pronto para sus parientes porque llegó sin signos vitales. Sus honras fúnebres se llevaron a cabo a las 2:00 p. m. en el municipio tolimense de Villahermosa.
El coordinador de la Defensa Civil en el departamento del Tolima, mayor Luis Fernando Vélez Soto, explicó que el intenso aguacero de este lunes causó además afectaciones en la vereda Hoyo Caliente, que también pertenece a Casabianca, aunque por fortuna no dejó personas fallecidas ni lesionadas.
“Es importante que los habitantes verifiquen su entorno y también su vivienda para tener plenamente identificados los riesgos que existen. Es indispensable comprobar igualmente el estado del terreno en la parte trasera de las casas, sobre todo cuando ha sido necesario explanar para poder adecuar el lote, ya que esto puede generar que se desestabilicen las laderas. En el departamento se mantienen las lluvias y por eso se presenta mucha saturación de los suelos”, precisó.
Por su parte, desde la Alcaldia de Casabianca se destinó un equipo de ayuda psicológica y social para la familia damnificada, mientras se evalúan las condiciones para su reubicación, ya que la vivienda terminó destruida por completo. También se asumieron los gastos de los servicios funerarios del menor.
Este mes de febrero ha sido especialmente trágico para esta población del norte tolimense, donde perdieron la vida dos personas que terminaron sepultadas por un deslizamiento de tierra que tapó su casa en la vereda La Cristalina. A pesar del esfuerzo realizado por los integrantes de la Defensa Civil por rescatar vivos a los habitantes de la vivienda, nada se pudo hacer por Jairo García Arcila y Yaneth Estela Bonilla Jiménez.
Otra de las localidades con serios problemas por el incremento de las precipitaciones es Chaparral, al sur del Tolima, donde varias familias lo han perdido todo en zonas como la vereda Mesa de Puracé en el corregimiento Amoyá. También los productores están solicitando ayuda, porque recientemente se destruyeron todas sus cosechas, ya que la mayoría cuenta escasamente con dos hectáreas cuadradas de tierra para el sostenimiento de sus familias.
De acuerdo con el alcalde de la población, Hugo Fernando Arce Hernández, se está coordinando con la comunidad el respectivo censo para establecer la asistencia humanitaria y también se trabaja para reacondicionar la sede Brazuelos de la Institución Educativa La Risalda, la cual permanece cerrada por el riesgo que corren los estudiantes del corregimiento Calarma.
Entretanto, el coordinador de la Unidad Municipal de Gestión del Riesgo, Nelson Garzón Flórez, explicó que estas condiciones adversas generan muchos problemas de movilidad, ya que la vía que comunica al corregimiento Calarma con el casco urbano de Chaparral está en pésimas condiciones, por lo que se hace casi intransitable este tramo de 25 kilómetros. Agregó que tampoco es fácil llegar hasta la vecina población de Vista Hermosa por la cantidad de derrumbes que hay en la carretera.