La Terminal del Norte en Medellín ha sido escenario de cientos de migrantes venezolanos que llegan a la ciudad con el fin de comprar un tiquete que los llevé directo a Necoclí, municipio del Urabá antioqueño, donde posteriormente tienen conexión para cruzar el peligroso Tapón del Darién.

Sobre esta situación que se ha vuelto recurrente, la Personería de Medellín informó que son cerca de 600 los migrantes de esta nacionalidad, que están llegando a las taquillas de las tres empresas de transporte de pasajeros que viajan para Urabá, con el fin de conseguir un tiquete y llegar por carretera a Necoclí.

Sonia Peña, líder de Asuntos Étnicos y Migrantes de la Personería de Medellín, contó que han estado realizando sensibilizaciones, campañas para concientizar a las personas de los riesgos que corren en su travesía a Norteamérica.

“La administración municipal se ha visto con limitaciones para la oferta institucional, por el aumento de los migrantes, es el caso de auxilio en salud, auxilio habitacional, entre otros”, dijo Peña.

Samir Echeverry, vocero de los transportadores de pasajeros en Antioquia, contó que este panorama ha incrementado los fines de semana y estiman que pueda aumentar el número de pasajeros de esta nacionalidad en los próximos días.

Cabe recordar que, en el año 2021, el municipio de Necoclí, en el Urabá antioqueño, estuvo con cerca de 20.000 mil migrantes, en su mayoría haitianos, con el mismo fin de cruzar esta peligrosa selva. Esa situación generó una bomba de tiempo en este municipio por la falta de atención en servicios básicos para esa población.

Precisamente sobre esta situación, el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, y su homólogo de Panamá, Eduardo Leblanc, se reunieron para hacerle seguimiento a esta situación migratoria en la zona del Urabá-Darién dado que se han venido registrando graves vulneraciones a los derechos humanos de las personas que atraviesan esa región con rumbo al norte del continente.

El Tapón del Darién es una trampa mortal, coincidieron en señalar los Defensores de Colombia y Panamá, al advertir los graves peligros que deben enfrentar los migrantes, no solo por las difíciles condiciones y los peligros de la selva, sino por las acciones de los grupos armados y organizaciones criminales a los dos lados de la frontera.

Como prueba de ello se registran frecuentes casos de personas desaparecidas o muertas en ese recorrido, el último caso fue el lamentable homicidio de una niña de 6 años. Ante este escenario, las dos defensorías trabajan en la construcción de una alerta temprana binacional, con el fin de que con la institucionalidad de los Estados puedan articular acciones para reducir los riesgos de la población en tránsito.

“Ha pasado un año desde cuando alertamos sobre la situación humanitaria en el Darién por el paso masivo de ciudadanos haitianos. Hoy estamos asistiendo a una crisis humanitaria de dimensiones más graves, en su mayoría de migrantes venezolanos quienes viajan en condiciones de precariedad económica y de mayor vulnerabilidad”, destacó el Defensor del Pueblo de Colombia.

De la misma forma, llamó la a atención porque a la fecha ya han cruzado 134.000 migrantes por el Tapón de Darién con rumbo hacia Panamá, una cifra que resulta preocupante dado que ya supera la registrada durante todo 2021 y porque para los últimos meses del año se prevé un incremento en el número de migrantes en tránsito hacia el norte del continente.

“Aprovechando la reactivación de las relaciones con el hermano país de Venezuela, desde la Defensoría del Pueblo consideramos que esta crisis migratoria por el Urabá-Darién debe ser un tema prioritario en la agenda humanitaria, dado que el 69 % de los migrantes que hoy están pasando por el Darién son venezolanos, y el 15% son menores de edad”, agregó Carlos Camargo.

“Finalmente, acudimos a las autoridades gubernamentales para que se reactiven los protocolos de atención que el año pasado nos permitieron establecer estándares de migración segura, legal, ordenada y en condiciones de dignidad”, puntualizó el Defensor del Pueblo.