El secretario de Gobierno de la capital del departamento de Antioquia, Juan Pablo Ramírez, arribó a la grama del estadio Atanasio Girardot en la tarde de este sábado, 4 de febrero. Entre gritos, los asistentes le pidieron que se retirara para arrancar el encuentro.
En la cancha estaban los jugadores del Deportivo Independiente Medellín y Santa Fe. Al funcionario de la Alcaldía lo invitaron a pasar para que protagonizara un saque de honor previo al partido que se programó por la Liga colombiana, cuyo resultado fue 1-1.
Los hinchas del poderoso registraron en las redes sociales el momento exacto en el que lanzan palabras de alto calibre y exclamaciones de malestar contra el funcionario. Sin embargo, en un principio se pensó que se trataba del alcalde Daniel Quintero Calle.
Se observa en los videos a las personas en un aparente malestar por la presencia de Ramírez. No es la primera vez que los agentes del distrito son víctimas de los ataques verbales de los fanáticos en las instalaciones del estadio Atanasio Girardot.
Una de las personas que atestiguó el hecho lo contó en su cuenta de Twitter, donde adjuntó la grabación: “Así reciben a Daniel Quintero en el estadio de Medellín. Aquí no hay bots, se hace imposible pagar por popularidad”, redactó la mujer este sábado.
También se les escuchó gritar: “Fuera, fuera” y chiflidos. Esto ocurrió cuando la mano derecha del mandatario estaba culminando el ritual, quien estaba oficializando en ese momento la instalación de la marca oficial de la ciudad en el equipo paisa.
Aunque Juan Pablo Ramírez no ha hecho referencia al incidente, por medio de sus redes sociales manifestó: “No tengo que ser hincha del Deportivo Independiente Medellín para admitir que la marca de ciudad #MedellínAquíTodoFlorece se ve hermosa en su camiseta”.
Este funcionario ha tenido protagonismo dentro de la administración distrital. En un principio, tomó las riendas de la Secretaría de Participación Ciudadana e Inclusión Social. Más tarde, renunció para hacer campaña por Petro. Cuando ganó, retornó a la Alcaldía.
Por otro lado, la Alcaldía de Medellín resolvió cercar la plaza de Botero para frenar los altos índices de inseguridad que espantaron a los turistas. Y si bien varias personas aplauden la decisión, desde el sector cultural se criticó la determinación.
En un comunicado dirigido al alcalde Daniel Quintero Calle, firmado por más de 50 ciudadanos reconocidos en la opinión pública, le pidieron encontrar otra salida para enfrentar el deterioro social y humano que se tomó las calles del centro de la ciudad.
Tras varios días de seguimiento, se concluyó que la estrategia no solucionaría el dolor de cabeza, sino que lo aumentaría. “No creemos que un cerramiento físico contribuya a solucionar la situación de esta plaza, (…) generan más deterioros que soluciones”.
Fue el mandatario distrital quien anunció el pasado lunes, 30 de enero, que la Policía Nacional se apretaría el cinturón para recurar el orden público del espacio donde están instaladas las famosas obras del maestro Fernando Botero que son de interés mundial.
La información la emitió por medio del consejo ampliado que televisó. En primer lugar, planteó que es indispensable poner a marchar un plan de choque para consolidar como zonas de delitos, tanto a la plaza, como al Parque Lleras, en el barrio El Poblado.
Contrario a las acciones del pasado, en esta oportunidad serían más rigurosas las medidas que tendrían que mostrar favorables resultados. Los turistas se quejan de los constantes atracos que sufren y del consumo de drogas por parte de habitantes en condición de calle.
Se le reprocha a la administración que no se puede hacer una intervención sin tener en cuenta al Museo de Antioquia que está de pie desde 1872, y al Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia que, en el pasado, fue sede de la autoridad departamental.