El ciudadano Iván de Jesús Prada Camaño presentó una tutela y fue admitida para cambiar la letra de +57 o desmontarla, la canción de reguetón que unió a los artistas antioqueños más destacados del género y que ha causado polémica en Colombia por sus frases.
En el documento que conoció SEMANA, se logra leer: “Con todo respeto me permito formular acción de tutela contra las siguientes autoridades públicas colombianas: Defensoría del Pueblo, Iris Marín Ortiz y la Directora del ICBF, Astrid Eliana Cáceres, y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez por violar por omisión los derechos de los menores de edad en actuaciones para prevenir presuntos delitos que vienen siendo incitados por los artistas referidos”.
En el punto donde resumen los hechos de esta tutela, algunos de ellos, como el número 2, asegura: “Que las autoridades que defienden los derechos de los niños criticaron la letra de la canción, a tal punto que el Bienestar Familiar se pronunció al respecto. El mensaje de ASTRID ELIANA CÁCERES, directora del ICBF, indicó que la letra incita a las menores a apagar el celular cuando salen a encuentros sexuales, siendo esta una modalidad por la cual se constituyen en victimas las niñas menores. También se queja la doctora Cáceres porque la canción +57 incita al consumo de drogas”.
El ciudadano Prada indica en el documento que lo que buscan con esta canción es poder darle mayor publicidad al consumo de drogas en menores de edad así como también las actividades sexuales por las que están luchando las autoridades en todo el territorio nacional.
“Manifiesto, señor(a) juez, que la canción +57 engloba a Colombia, pero reproduce una forma de ver y vivir la vida que “no es constructiva, sino que simula una liberación que en realidad está sometida a un esquema machista y violento”. Los cantantes olvidan que las mujeres no deberían tener dueño porque eso las vuelve objetos sexuales y que no deberían tener amo o escapar de ellos a hurtadillas”, dice en el enumerado número seis de esta acción judicial.
De igual manera, indica en el escrito que los pronunciamientos de las autoridades del orden nacional no han hecho sino darle mayor publicidad a esta canción que sigue generando polémica en todo el territorio nacional.
“Se presenta esta acción ya que no es suficiente la publicación que hicieran la Defensoría del Pueblo y el ICBF, en cuanto tales publicaciones lo que hacen es darle más popularidad y likes a los artistas y a su cuestionable canción; el llamado de atención público es solo un placebo, por lo que se les exhorta con respeto a dichas autoridades tomar medidas más contundentes acorde a la ley colombiana, como es actuar bajo las rutas de protección para evitar los delitos a los que hace presunta apología dicha canción. También que esta canción sea prohibida en la ciudad de Medellín ya que incita a la violencia sexual (presuntamente)”, dice el escrito.
Y es que, según el demandante, hay una serie de violaciones en la realización de esta canción.
“Se viola el art 44 de la Constitución. Las autoridades de la República como la Defensoría del Pueblo, el ICBF y la primera autoridad de Policía como lo es el señor alcalde de Medellín han lanzado opiniones en los medios de comunicación y en redes sociales rechazando la canción +57; sin embargo no han tomado acciones sancionatorias o rutas de atención, o procedimientos policivos contra los señores cantantes, quienes presuntamente están promoviendo e incitando a la violencia sexual en el país, en especial en Medellín, en tanto el mismo Federico Gutiérrez ha manifestado que su ciudad es el pináculo del turismo sexual en el país, donde a diario se abusa de menores de edad, en especial por extranjeros”, indica.
Entre las tantas voces que se conocieron en contra de esta canción se encuentra la de la empresaria y creadora de contenido Luisa Fernanda W, quien por medio de sus redes sociales rompió su silencio.
“+57. oigan, qué canción para estar generando polémica, qué vaina tan impresionante. Y claro, lo entiendo, pero no me podía quedar sin dar mi opinión. En primer lugar, a mí la canción no me parece que el ritmo esté como mal, está chévere, es como para uno ir a perrear a una discoteca hasta abajo, pero quiero hacer un paréntesis y es que, yo tengo 30 años, y cuando los artistas de nuestra época de juntaban era para hacer unos hits, hacían unas vainas espectaculares (...) hoy en día uno las escucha y son himnos”, expresó.